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Se cumplió un año de la desaparición seguida de muerte de Facundo Astudillo Castro y no hay una sola persona presa. Desde el primer momento, Leandro Aparicio, el abogado de Cristina Castro, la mamá de Facundo, explicó que policías, fiscales, jueces, políticos y periodistas son necesarios para la desaparición de personas en democracia. La fortaleza de la madre y la organización como antídoto contra la impunidad. Las dudas del  equipo de la fiscalía  que recusó a la jueza del Juzgado Federal N°2 de Bahía Blanca. (Por La Retaguardia)



✍️ Redacción: Paulo Giacobbe
💻 Edición: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero  
📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia

“Lo que presumen los investigadores es que Facundo pudo haber ido rumbo a Bahía Blanca por la vía, porque hay una vía del ferrocarril que va costeando”, decía el periodista Germán Sasso, del medio La Brújula, el 18 de julio en C5N.
El 30 de abril Facundo Astudillo Castro desapareció. El 15 de agosto fue hallado su cuerpo en un cangrejal. En el medio fue detenido por la Policía de la Provincia de Buenos Aires y llevado a una comisaría.  
25 de agosto de 2020: 
En la media tarde de C5N, entrevistan a Leandro Aparicio, uno de los abogados de Cristina Castro, la mamá de Facundo, antes de que entre a la ESMA, lugar donde le realizan la autopsia al cuerpo esqueletizado que encontraron en Villarino. La placa a lo largo de la pantalla partida dice que terminó la autopsia. Ni cerca estamos de esa instancia. Aparicio incomoda en vivo y en directo: “Para que haya desaparecidos en democracia es importante también la labor de algunos periodistas” y apunta a Pablo Duggan, figura del prime time de ese canal comercial de noticias. Aparicio dice que algunos periodistas sustentan hipótesis que no sabe cómo acreditan y que desinforman. “Para que haya desaparecidos en democracia es necesaria la policía, por supuesto, son necesarios algunos fiscales, por supuesto, algunos jueces, por supuesto, muchos políticos como (Sergio) Berni, como (Patricia) Bullrich, y algunos periodistas”, agrega Aparicio.
Desde el piso defienden a Duggan, que sale al aire vía telefónica: “El doctor Aparicio equivoca completamente el camino, no tiene que mentirle más a la gente. Tiene que empezar a decir la verdad, porque tarde o temprano va a quedar muy mal parado. Cuando se conozca bien todo lo que está pasando en el expediente y sobre todo cuando las hipótesis que lanza todo el tiempo no se van a ver comprobadas en ninguna prueba. Sostiene cosas que no son ciertas, que son falsas. La causa no es tan compleja”, son las primeras palabras de Duggan, que parecería haber llamado para confirmar los dichos de Aparicio. 
——La causa no es tan compleja, es bastante fácil de entender.
——A ver, contame—le retruca el abogado de la familia de Facundo Castro.
——Aparicio dice que la productora rural que lleva en el último tramo a Facundo le plantaron un falso Facundo. Es una expresión temeraria. No tiene ninguna prueba —afirma Duggan, quien en esas pocas palabras relata la versión de la policía de Villarino y da por cierto que Facundo fue retenido pero le permitieron continuar viaje. Además, como si fuera un abogado defensor, intenta descartar una prueba de la querella: “Los tres testigos que supuestamente vieron a Facundo dentro de un patrullero, no pasaron por el lugar, eso está demostrado porque no pasan por el control fitosanitario. Él dice (por Aparicio) que esa prueba está truchada, tampoco aporta ninguna prueba. Él dice lo que tiene ganas de decir y a mí eso me parece poco serio”,sostiene Duggan, dejando poco margen de duda en cuanto al rol que juega. 
 ——Ah, ¿no soy serio? —le pregunta Leandro Aparicio al mismo momento que exige ir punto por punto—. —No tiene idea de lo que está hablando, esa lectora de patente del kilómetro 714 marca los autos que van para Bahía y los que vuelven. El día 13 la municipalidad manda un informe de que el auto de los testigos está retornando, el día 14 mandan un informe de que el auto de los testigos no está yendo ni retornando. Puedo hablar más de eso, pero no tiene idea de lo que está hablando, no quiero perder más tiempo con esta persona, me voy a trabajar, no tengo tiempo de explicar lo que usted no sabe —responde Leandro Aparicio.
Duggan entonces le dice que eso lo tiene que demostrar en el expediente y que no haga terrorismo. 
——¡Terrorismo! ¿Usted me está acusando de terrorista? —dice Aparicio y se va. Entra a la ESMA, a seguir trabajando para esclarecer la desaparición forzada de Facundo Astudillo Castro.
Lo último que dice Duggan es: “Lo estoy acusando de terrorista mediático. Es muy irresponsable porque cuenta lo que a él le interesa del expediente, y si alguien lo contradice sale y ataca periodistas. Yo tengo toda la libertad de hablar y la gente que me sigue sabe que conozco el expediente”. ¿Cómo lo conoce si es reservado? ¿De dónde? ¿Lo va a ver o le cuentan?. “En el expediente no hay, al día de hoy, una sola prueba que demuestre la complicidad de los policías”, agrega. Todo eso el abogado de Cristina Castro no lo escucha, ya se había ido. El periodista de C5N lo dice para su audiencia. 
Ese mismo día, la jueza María Gabriela Marrón, titular del Juzgado Federal N° 2 de Bahía Blanca, ordenó allanar el comando de patrullas de la bonaerense en Bahía Blanca buscando un móvil en particular, teléfonos de los efectivos, libros de guardia y otros elementos. Ese mismo día, evidentemente, había en el expediente algún indicio que hacía pensar en la bonaerense. 

La defensa

Instalar que no existen pruebas que señalan a la Policía bonaerense en una causa federal por desaparición de persona comenzó con el propio ministro de Seguridad de la Provincia, Sergio Berni, cuando dijo que apartaba a la policía de la investigación para dejar tranquila a la madre de Facundo, Cristina Castro. “Primero y principal, el señor Berni no apartó a la bonaerense a pedido mío. Ya hacía diez días, cuando él vino, que nosotros habíamos hecho la denuncia a la Justicia federal. O sea, de una forma u otra se iba a apartar, no es que yo lo pedí. ¿Ustedes dónde vieron que un ministro le dé bola a alguien? Segundo, las irregularidades son muchas desde un principio”, había dicho a La Retaguardia Cristina Castro. 
Sergio Berni transita la causa con altibajos que oscilan entre lo malo y lo peor, lo peor y peor aún. “Su hijo está vivo y lo vamos a encontrar”,  le dijo a Cristina Castro en su primera conversación telefónica. Cuando en un cangrejal de Villarino Viejo apareció el cuerpo esqueletizado de quien, se sabría después, era Facundo Astudillo Castro, el ministro declaró a los medios: “Por la estructura física del cuerpo y la mochila semienterrada da la impresión que se trata de él”. Pero no había ninguna mochila. Un mes después, será un pescador el que la va a encontrar, como fue otro pescador el que encontró el cuerpo. No fueron los rastrillajes que se hicieron en la zona. Lo que sí había junto al cuerpo era una zapatilla de Facundo, que para la perito de la familia, Virginia Creimer, es un claro mensaje de la Bonaerense: “Une pibe laburante cuida sus zapatillas como si fuera su vida, de hecho pierden la vida por las zapatillas. Eso también pasó en el caso de Luciano (Arruga), que las zapatillas estaban revoleadas del otro lado de la General Paz. Y las fuerzas de seguridad saben lo que significa una zapatilla al lado de un cuerpo. Y además saben que es un mensaje no solo para afuera, para quien pueda escucharlo, sino que también es un mensaje para adentro. Tan impune soy, que te dejo el cadáver con la zapatilla al lado”.
Berni realizará una defensa cerrada sobre los policías bonaerenses, hasta llegar a poner en duda el hallazgo de la pequeña sandía de madera, un amuleto que Facundo llevaba a todos lados y que fue hallada en la comisaría de Teniente Origone. “Ese lugar donde se dice que apareció ese amuleto que no se sabe si es, no es o puede ser es un lugar abierto que no tiene ningún tipo de custodia, es una comisaría de pueblo que tiene un patio afuera de libre acceso”, dijo; a su vez, justificó que los policías hayan borrado los mensajes de sus celulares y desconoció que una de las policías acusadas por la familia tuviera una foto del DNI de Facundo, todo en una misma entrevista con Reynaldo Sietecase e Irina Hauser, el 20 agosto de 2020. 
“El abogado”, así, sin aclarar a cuál de los dos que representan a Cristina Castro, aunque parecería hablar de Leandro Aparicio, será especialmente atacado por Berni, que lo acusará de mentiroso, de manipular y ocultar información. “Es un abogado que va a tener que dar muchas explicaciones”. El trato con la madre será distinto, ataque por elevación. “La actitud de la madre, que es una madre que ha perdido un hijo y que todos como padres y seres humanos entendemos la desesperación que eso genera”, por eso la excusa de cualquier cosa que ella pudo haber dicho. Su comprensión no evitará que la cuestione por la demora en denunciar la desaparición de su hijo, culpabilizándola: “Recién a los cuarenta días de no tener novedades, la madre hizo la denuncia por búsqueda de paradero”. 
Cristina Castro había intentado hacer la denuncia mucho tiempo antes, pero en la comisaría no se la tomaban. El hostigamiento por parte de la policía a la familia, amigos y testigos fue permanente. En uno de los rastrillajes  de julio de 2020, el Subcomisario Pablo Reguillón se acercó a Luciano Peretto, el otro abogado de la familia y lo amenazó: “Cuando todo pase, yo sé bien lo que tengo que hacer”. En junio la ex novia de Facundo, que vive en Bahía Blanca, y su familia fueron presionadas por la policía y se les realizó un allanamiento ilegal en su casa. Toda vez que se hable de la pista narco de Bahía, se trata del intento de armar esa causa. 
Berni dice dar detalles del expediente al tiempo que reconoce no tener acceso al mismo y la versión que da es la versión de la policía. 
Doble Defensa

El 14 de julio, el intendente de Villarino, Carlos José Ceferino Bevilacqua, habló en el programa radial de Germán Sasso. La conversación, aunque breve, merece repasarla. 
El intendente se encontraba en el puesto fitosanitario. Se acercó hasta el lugar porque, ordenado por la justicia y con fuerzas federales, estaba por comenzar un nuevo rastrillaje. “Vine a observar si necesitaban algo, el tema de logística”, explicó el intendente sobre su presencia en la zona.
—¿Vos le recomendaste alguna directiva o sugeriste algo, o todo lo ha diseñado el fiscal Federal Santiago Ulpiano Martínez?. – preguntó Sasso con absoluta normalidad. 
—Ellos vienen con un trabajo a realizar pero le he puesto a disposición al director de caminos viales del municipio, que es conocedor de toda la zona de cangrejales para que le dé una ayuda y esté permanentemente con ellos.—respondió el intendente y agregó que mantuvo una conversación con el jefe de la Policía Federal donde acordaron que sería de vital importancia que las fuerzas federales contaran con la ayuda de un guía, un baqueano. “Así que bueno, poner un funcionario que es conocedor de todo el distrito de hace más de veinte años, de todos los caminos rurales, es miembro de rutas y pescas”.  En esa mañana, el intendente Bevilacqua va a explicar la zona por donde será el rastrillaje.
“Toda la zona de cangrejales, Cabeza de Buey y un poco más al lado de la ruta tres, más para el salitral”. 
Hará especial énfasis en la ayuda que brinda el municipio en los rastrillajes. Quizás por eso repite: “ya está con ellos el secretario de Protección Ciudadana, que es Martín Pacheco, acompañado de Federico Monteros”. 
Un mes después, un pescador encontraba el cuerpo de Facundo en un cangrejal. En ese mismo lugar, ya rastrillado, encontrarán la mochila, las zapatillas y otro cuerpo que no pudo ser identificado.  
Antes de cerrar la amigable conversación en ese frío día de mediados de julio en Villarino, Sasso y Bevilacqua acordaban que “hay mil versiones de lo que pasó con Facundo”. El intendente, que el día anterior se había reunido con el Jefe de la Policía Bonaerense, consideró que algunos informes que se conocerían pronto serían claves. “Hipótesis, hoy, son varias”, analizó. 
“Lo que hablábamos con el jefe de la policía, la línea investigativa que llevaba el fiscal De Lucía no es desechable o descartable”, considerando además, que “no hay nada para descartar, hay que investigar todo”.  Esta declaración ocurría días después de que el propio fiscal Rodolfo De Lucía se declarara incompetente en el caso, desechando él mismo su propia investigación sin resultados.  
A fines de julio, Leandro Aparicio dijo a La Retaguardia que pidieron imputaciones en la causa contra diez integrantes de la policía Bonaerense y un funcionario de la Municipalidad de Villarino, Martín Pacheco.  “Introdujo un informe falso tendiente a desacreditar el testimonio de las tres personas que vieron subir a Facundo a un patrullero de la policía de la provincia de Buenos Aires”. Ese 14 de julio fue un día de mucho trabajo para Pacheco, no solo participó del rastrillaje, también presentó ese informe de tránsito. “Forma parte de la quinta etapa del plan de encubrimiento”, dijo Aparicio. 
El 4 de agosto, también con Sasso, el intendente resalta y aclara que quiere que aparezca Facundo. En relación al “abogado mediático” dice que “habla porque el aire es gratis”. Insistirá sobre la pista del narcotráfico, lo cual, sabemos hoy, es incriminar a la familia de la ex novia de Facundo. “¿por qué está centrado únicamente la cuestión en un tema de desaparición forzada?” se preguntó el intendente. Faltaban pocos días para la aparición del cuerpo. 

Triple defensa

En cuanto a la línea de investigación del fiscal Rodolfo De Lucía, que el intendente de Villarino pedía continuar, como dijimos, fue desechada por el propio fiscal. Sucedió después del allanamiento a la comisaría de Mayor Buratovich por parte de la justicia  federal. Hasta ahí De Lucía era ideólogo de buscar a Facundo en Bahía Blanca. Incluso el 8 de julio La Brújula publicó una entrevista donde el fiscal decía: “Una testigo que lo conoce hace mucho (a Facundo) prestó dos declaraciones ante la Policía y funcionarios de Fiscalía en las que explica por qué lo reconoció, que no le caben dudas que era él, al punto de que hasta se dijeron ‘hola'”.
“Eso fue hace un mes. Lo vio en un lugar donde viven personas que tenían relación con el joven desaparecido, en la casa de sus ex cuñados, lo cual hace que tenga bastante lógica. Es una declaración con fuerza, uno como investigador no cree o descree, solo debe corroborar el dato con las demás circunstancias”, declaraba De Lucía. 
Pero después del allanamiento a la comisaría cambió radicalmente de idea. Fueron 24 horas de su cabeza cayendo en picada por una montaña rusa y pidió al Juzgado de Garantías por su incompetencia. “Existen elementos objetivos que permiten afirmar la posible comisión del concreto delito de desaparición forzada”, sostuvo y se fue por donde había llegado. 
Más de dos meses después de la desaparición de Facundo Astudillo Castro fue que la investigación quedó en manos de la Justicia Federal. 
El fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez había tenido a su cargo como juez subrogante el juzgado federal número 1 de Bahía Blanca. Ahí supo ganarse el rechazo de los organismos de derechos humanos. En 2018 fue propuesto para el cargo que ocupa actualmente. “Respecto de la intervención de Ulpiano Martínez en las causas por delitos de lesa humanidad, encontramos que se manejó con coherencia: sus intervenciones obstaculizaron los avances en la investigación de distintas causas”, expresó el Centro de Estudios Legales y Sociales el 27 de abril de 2018 en un comunicado. 
“Ni siquiera controlaba la posesión de armas de fuego en los domicilios de los represores que gozaban de prisión domiciliaria, se negó a investigar los delitos sexuales cometidos en la órbita del V Cuerpo del Ejército. Intervino en la causa contra Vicente Massot y rechazó el pedido de instrucción que hizo el Ministerio Público sin siquiera llamar a Massot a indagatoria. Durante las tareas de normalización del juzgado, la secretaria informó que no podía acceder al disco donde se hallaban los archivos necesarios para el desarrollo de la causa “Triple A”, de los que no tenían copia. Las resoluciones de Ulpiano Martínez fueron sistemáticamente revocadas por su superior jerárquico, la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca y fueron incumplidas igualmente por él. No solo estuvo dispuesto a decidir en forma arbitraria sino que tuvo determinación por entorpecer y frenar el avance del proceso de justicia en Bahía Blanca”, fue el largo recorrido a favor de la impunidad llevado adelante por Ulpiano que enumeraron desde el CELS. 
Al tener en su órbita, ya como fiscal, la causa por la desaparición de Facundo Castro continúo sumando rechazos. Incluso fue recusado por Cristina Castro pero logró continuar en el cargo hasta que se excusó por violencia moral en febrero de 2021. Se desconoce si el intendente de Villarino pide seguir con las hipótesis de Ulpiano, que resultó duro a la hora de acusar a los integrantes de la fuerza bonaerense señalados por Cristina Castro y sus representantes legales. La impunidad como bandera. 
La fiscal federal de Santa Rosa Iara Silvestre fue designada en el lugar del fiscal saliente.  
El 28 de agosto de 2020, el procurador general interino de la Nación, Eduardo Casal, resolvió “DESIGNAR a los señores Fiscales de la Procuración General de la Nación, doctores Andrés Heim y Horacio Azzolin, titulares de la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) el primero, y de la Unidad Especializada en Ciberdelincuencia (UFEQ) y subrogante de la Fiscalía General ante la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca el segundo, para intervenir en representación del Ministerio Público Fiscal en forma conjunta o alternada con el señor Fiscal Federal, doctor Santiago Ulpiano Martínez”. 
El 12 de febrero Heim y Azzolin “recusaron a la jueza María Gabriela Marrón, titular del Juzgado Federal N° 2 de Bahía Blanca por considerar que había perdido la imparcialidad que debe tener como jueza del caso”, informaron desde Fiscales.gob.ar. 
La Cámara Federal de Bahía Blanca rechazó el planteo y el 31 de marzo, la fiscal y los fiscales, anunciaron que recurrirían a Casación. En el sitio de fiscales explicaron: “Consideran que sus argumentos no fueron valorados en su totalidad, en especial en lo relativo a nuevas irregularidades cometidas por la titular del Juzgado Federal N°2 de Bahía Blanca en las últimas semanas”. 
El 29 de abril, el equipo fiscal presentó un informe marcando algunas dudas sobre:
“Lo sucedido en Mayor Buratovich.
La forma y circunstancias en las que Facundo continuó su viaje hacia Teniente Origone, lo acontecido en ese lugar y con posterioridad.
La relación íntima entre una testigo del caso que dijo haber trasladado a Facundo y el personal policial que lo detuvo previamente en Mayor Buratovich.
Las razones por las cuales estuvo en posición de morir por asfixia por sumersión en algún lugar del estuario de Bahía Blanca.
La desaparición de su DNI con cuyos datos se obtuvieron líneas de teléfono.
La aparición dentro de su mochila —hallada en el estuario casi un mes después que su cuerpo— de la ropa que tenía puesta al momento de ser detenido por primera vez por la policía.
Los extraños movimientos de algunos patrulleros cuyos dispositivos de georreferenciación los sitúan en fechas y horarios relevantes para la investigación”.
Resaltando que “sorprende a los investigadores, además, el buen estado de conservación de la mochila a diferencia del resto de la ropa que estaba en su interior”.
En el informe dan cuenta que, a un año, aguardan “que la Cámara Federal haga lugar a medidas de prueba rechazadas por el juzgado”.
Insistencias

“Abogado bahiense afirma que a Santiago Maldonado se lo llevaron los Carabineros” titulaba La Brújula el 28 de septiembre de 2017. El abogado Miguel Ángel Asad lo declaró en su columna del programa radial “Bahía Hoy” con Germán Sasso. 
Conocedor del caso de Santiago Maldonado, Sasso dirá que “Maldonado quedó resuelto por la justicia, se ahogó”. Justamente estos días la familia de Santiago está pidiendo la nulidad de la causa por los vínculos del Juez Gustavo Lleral con el secretario privado de Mauricio Macri, Dario Nieto, que lo consideraba un juez “propio”. 
Facundo se ahogó solo y como ya no lo podían situar en Bahía, las hipótesis de los investigadores tendrán dos teorías muy sólidas: o se ahogó solo o se suicidó. Olvidan el transitar involuntario de Facundo por patrulleros y calabozos de la policía Bonaerense. Sasso no es el único periodista de medios comerciales que abona esa querencia sin sustento. 
Únicamente si se falsean datos, se omiten otros y se inventan todos los que sean necesarios, se puede llegar a la conclusión de que Facundo Astudillo Castro se cayó de un puente y que la Policía bonaerense es ajena a su desaparición.
En la conferencia de prensa que la familia brindó después de conocidos los resultados de la autopsia, Leandro Aparicio derrumbó todas esas ideas con una sola frase: “No estamos obligados a acreditar qué hicieron de cada momento. Aportamos como prueba que estaba desaparecido, que fue subido a un móvil policial, que su cuerpo estaba tirado en (la comisaría de) Origone, que uno de sus amuletos estaba en Origone. Ahí el Estado tiene que explicar y las respuestas del Estado son inconsistentes”.
Margarita Jarque, de la Comisión Provincial por la Memoria, que acompaña a la familia, en la misma conferencia de prensa, señaló la ubicación de un patrullero, a 800 metros de donde fue encontrado el cuerpo de Facundo, y el posterior destino de ese vehículo: “Quiero fortalecer la figura de la desaparición forzada, en tanto la hipótesis policial de la causa se ha visto fortalecida fundamentalmente por prueba técnica cuando hemos detectado ese posicionamiento en dos oportunidades, el día 8 de mayo, durante 35 minutos, a 800 metros del hallazgo del cuerpo. Otro dato, que nos informa la empresa Megatrans, es que luego ese móvil quedó paralizado frente a la Unidad de Prevención de la policía local durante dos días, cosa que también es llamativa con la actividad policial en el marco de una pandemia”.
La aparición del cuerpo no descarta la desaparición forzada de persona, como intentan instalar, tanto en el caso de Facundo como en el de Santiago. 
Transcurrido un año, hay algunas otras cuestiones a tener en cuenta. La calidad informativa de FM De La Calle, medio local, comunitario e integrado por periodistas y militantes sociales, la contracara de los vampiros. Las movilizaciones en Pedro Luro y la entereza de Cristina Castro en busca de verdad y justicia. Son el músculo en esta pulseada. 
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