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¿Por qué Luciano Arruga no tiene Justicia ni cadena nacional?

Escrito por el enero 31, 2023


14 años después de su desaparición forzada seguida de muerte, sus Familiares y Amigxs realizaron una nueva jornada para recordarlo. Mientras el caso de Fernando Báez Sosa se acerca a la justicia con cobertura premium de los medios tradicionales, Luciano continúa ausente en sus agendas. Buscamos respuestas a la pregunta del título en la actividad del sábado pasado.

Redacción: Fernando Tebele
Edición: Pedro Ramírez Otero
Fotos: Bárbara Barros/La Retaguardia

Este enero de 2023 se fue a los piques. En los medios de comunicación tradicionales el video del asesinato de Fernando Báez Sosa se repitió hasta más que el hartazgo, sin respeto alguno por la víctima y sus familiares. Los más rescatados difuminaron su rostro mientras lo molían a patadas; ese es el máximo de cuidado que, evidentemente, se puede esperar


Este enero termina como todos los eneros desde hace 14: se recuerda a Luciano Arruga con alguna actividad armada por el grupo de Familiares y Amigxs. Cabe preguntarse entonces, este enero, por qué una causa como la de Fernando tiene la fortuna de obtener Justicia a ritmo razonable y cobertura total en los medios tradicionales. Y por supuesto, cabe también que nos preguntemos por qué Luciano no tiene juicio a la vista, ni imputados en la causa por su desaparición forzada seguida de muerte, ni espacio en esos medios, a excepción de la TV Pública (que siempre debería poder hacer algo más, pero al menos suele estar) y alguno que otro que cada tanto se acuerda y manda movilcito para dos minutos al aire, depende de cómo venga la movida partidaria y por ahí se le pueda tirar el muerto a algún enemigo ocasional que mañana volverá a ser amigo.



Como toda pregunta compleja, es difícil que se responda con un solo motivo. En una recorrida por la jornada tal vez aparezcan algunas de esas respuestas. La primera quizá esté entre las figuras que Familiares y Amigxs de Luciano prepararon para la quema de este año. Para quienes nunca estuvieron en estos 14 años, el cierre es con la noche iluminándose con el fuego de una figuras de cartón que durante toda la jornada son paseadas si hay marcha; o permanecen en un lugar central, si es actividad en un lugar fijo como esta vez. Quienes participan esperan especialmente ese momento que se ha ido cargando con algo de mística. Entre las figuras de este año está el infaltable Daniel Scioli, gobernador de la Provincia al momento de la desaparición de Luciano, quien evitó abordar el tema públicamente durante su gestión; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, haciendo la V acompañada con la leyenda “Con V de violador”, a propósito de una denuncia realizada por una mujer que fue su asistente; hay pelotones de Gendarmería Nacional y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, de acción represiva contra las comunidades mapuche en el sur; y también están los 7 nombres desconocidos para casi todo el mundo, pero a quienes la familia de Luciano conoce demasiado bien: son los policías que estuvieron operativos aquella noche del 31 de enero en la que Luciano finalmente, se sabría después, fue asesinado. Damián Sotelo, Ariel Herrera, José Márquez, Hernán Zeilz, Martín Monte, Daniel Vázquez, Oscar Fecter y Néstor Díaz.

Esos carteles echarán humo al final de la jornada. En muchas de las movidas el punto de cierre ha sido la plaza del Barrio 12 de octubre, la pequeña villa en la que vivía Luciano y en la que todavía vive parte de su familia. En esa porción de verde entre los ladrillos sin revoque, ocurre cada año la quema. Bien en el centro del mundo que Luciano habitó mientras se lo permitieron. Pero este año la actividad transcurre en Indart y San Martín. Hay unas diez cuadras de distancia. En ese andar entre la plaza de la villa y esa esquina céntrica de Lomas del Mirador, se pueden observar las diferencias sociales, que derivan en resentimientos mutuos difíciles de desandar. Esta vez estamos en el barrio de clase media (más en el estribo que con asiento en el bondi social), de casitas bajas, que tuvo miedo ante algunos robos y crímenes ocurridos en la zona. Un grupo de posiciones extremas, autodenominado VALOMI (Vecinos en Alerta de Lomas del Mirador), consiguió lo que quería: un nuevo destacamento policial. El Estado alquiló una casa tradicional de la zona, en Indart 106. Esa nueva dependencia tenía como cabecera a la Comisaría Octava, donde en los años oscuros del último genocidio en Argentina funcionó un Centro Clandestino de Detención Torturas y Exterminio denominado “Sheraton”, porque en comparación con otros, el trato bestial se convertía en semibestial. Como si nada se supiera de aquellos años, algunas prácticas, de ciertos lugares, nunca se fueron; las comisarías de La Bonaerense y las cárceles continúan siendo centros de torturas. Los Vecinos en Alerta no se alteraron nunca por los gritos que solían salir desde el destacamento. En cambio, Vanesa Orieta, la hermana de Luciano, lleva tatuados en sus oídos los gritos de Luciano en la tarde/noche del 22 de septiembre de 2008. Faltaban seis meses para que lo desaparecieran. Lo acusaban injustamente del robo de un reproductor mp3 a un joven de una escuela. “Sacame de acá Vane, que me están cagando a palos”. Vane lo sacó, junto a Mónica, su mamá, como pudieron y cuando pudieron. Por fortuna convenció a su hermano de ir a realizar una consulta médica por los dolores que tenía en el pecho. En una clínica de San Justo quedaron asentadas las heridas.

Tras muchos años de lucha, con la comunicación popular como herramienta esencial, Familiares y Amigxs consiguieron la expropiación del lugar que hoy es un enclave cultural de nombre cantado: Espacio para la Memoria Luciano Arruga. Donde había golpes y torturas, ahora hay talleres y acciones culturales. Pavada de diferencia.


Indart se pega de lleno contra la Avenida San Martín. Ese recorrido de casi 100 metros se puede seguir por un caminito que le escapa al agobio a través de un corredor de media sombra que intenta bajarle la perilla al sol. Hay una coincidencia que salta de charla en charla: en comparación con eneros anteriores, la jornada tiene unos grados menos para soportar. En el fondo de ese corredor, una mesa con micrófonos vuelve a poner a la comunicación popular y a Radio Zona Libre como el martillo con el que intentan golpear la realidad. O quizá sea más adecuado decir: como el fósforo con el que pretenden encender la mecha. La consigna de este año es #QuéArda. Les acompaña esta vez el canal de TV comunitario Antena Negra.

Entonces, de regreso a la pregunta inicial, ¿por qué la causa de Luciano está paralizada? ¿Por qué los medios tradicionales abordan poco y nada esta historia? Es un notón hablar de un pibe adolescente que murió escapando de alguien, como asegura la persona que lo atropelló involuntariamente sobre la Gral. Paz en aquella madrugada del 1 de febrero de 2019. Que estaba vestido con ropas ajenas, con los jeans por la rodillas, y con sus zapatillas del otro lado de la vía de circunvalación que separa algo más que dos distritos. ¿Por qué tan pocas veces fue noticia en estos años? ¿Por qué sí lo es la historia de Fernando Báez Sosa? ¿Por qué la Justicia tiene plazos razonables en un expediente y varios cuerpos frizados en otro? Un atisbo de esa compleja respuesta quizá se pueda ver en dos de las históricas consignas de Familiares y Amigxs: “Fue la Policía” y “El Estado es responsable”.


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