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Fueron hallados en un estudio científico en la región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. En esa zona se producen manzanas y peras, y también residen las y los productores en las chacras. Natalia Guiñazú, licenciada en Bioquímica, pasó el programa Tengo una Idea y habló acerca de este estudio relacionado con las fumigaciones con agrotóxicos. Entrevista: Graciela Carballo/Carlos Morchio/Nicolás RosalesRedacción: Nicolás RosalesEdición: Pedro Ramírez Otero Un estudio científico halló plaguicidas en la placenta de mujeres embarazadas en la región de Alto Valle de Río Negro y Neuquén, en el sur del país. En la zona se fumigan las plantaciones con agrotóxicos y, como allí residen también las y los productores en chacras, estas fumigaciones afectan sus cuerpos. La doctora en Ciencias Químicas y licenciada en Bioquímica Natalia Guiñazú explicó con detalles el estudio que realizaron en la región. —¿De qué plaguicida se trata? —La producción de frutas en el Alto Valle es histórica, lleva más de 50 años, y a lo largo de los mismos para mantener la calidad de las frutas, es decir que uno coma una fruta sana sin insectos, se han utilizado y se utilizan diferentes familias de plaguicidas. Antiguamente se utilizaban los clorados y ahora se están utilizando algunos organofosforados y neonicotinoides que son unas familias nuevas de plaguicidas. Estos van mutando y se van cambiando los plaguicidas que se utilizan para controlar las plagas a lo largo de los años. —¿Por qué se encontró plaguicida en mujeres embarazadas?—Nosotros, un grupo de científicos, comenzamos a hacer un estudio científico pensando que estas mamás que viven cerca a los sitios productivos en las chacras o cercano a las mismas iban a estar más expuestas o tener mayores niveles de plaguicidas asociados a la producción que las mamás que viven en zonas rurales en la ciudad de Neuquén y que también las estudiamos. Lo que encontramos en realidad fue plaguicida en las dos poblaciones. Lo que nos indicaba que no solo vivir cerca de una chacra donde se utilizan plaguicidas es una fuente de exposición sino que hay otras fuentes adicionales que no tienen que ver con la movilización de sitios cercanos. Los plaguicidas no se aplican en forma aérea a diferencia de otras regiones, sino que se hace con tractores que tienen la máquina pulverizadora atrás y va pasando por la filas de los árboles frutales y ahí se va pulverizando el plaguicida. Esta zona tiene otra característica que justo en la época que se aplica, que es primavera y verano, corre bastante viento. Esto contribuye a que el plaguicida que se aplicó en la planta se mueva en el aire. —¿Hay malformaciones en la población o abortos espontáneos debido a esto?—En este estudio cuando seleccionamos a las mujeres que participaron, y cuando en un principio el objetivo era saber que estaba pasando en las zonas urbanas en comparación con las rurales, solamente trabajamos con embarazos que llegaban a término y que tuvieron niños y niñas dentro de los parámetros normales. Sin cambios patológicos al momento del nacimiento. —¿Qué podrían hacer los gobiernos locales con el uso de los plaguicidas?—En el laboratorio del Conicet donde trabajo hicimos un informe en 2020 a pedido del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible donde compilamos todo lo que se sabía sobre un compuesto de un órgano fosforado que se llama clorpirifos. Ese era hasta ese momento el compuesto más usado en todo el país y es el insecticida más utilizado en todo el mundo. Lo que se demostró que la exposición in útero de esa sustancia alteraba el desarrollo de los niños y que tenían un menor desempeño. Este fue uno de los plaguicidas que encontramos en las placentas, fue prohibido en noviembre del año pasado gracias a este informe que hizo el laboratorio. En este caso creo que tuvimos la suerte o el peso de la evidencia científica que esto haya llegado a las autoridades para que lo prohíban. Creo que fue una batalla ganada por parte de los científicos. También encontramos expresiones en contra de la prohibición de parte de algunos productores, y el resto de la sociedad pidió la prohibición del compuesto.—¿Estos venenos podrían quedar alojados en las frutas que luego se consumen? —No medimos en la fruta, pero si tenemos la teoría de que la vía alimentaria es importante.

El diputado provincial santafesino se refirió así a la designación de Antonio Aracre, ex CEO de la semillera Syngenta como jefe de asesores del presidente de la Nación Alberto Fernández. Del Frade pasó por el programa radial La Retaguardia y habló también de la situación del agronegocio y los incendios en Argentina. Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Julián BouvierRedacción: Julián BouvierEdición: Pedro Ramírez Otero Carlos Del Frade es diputado provincial por Santa Fe. En los últimos años presentó diferentes proyectos en la Cámara de Diputados y Diputadas para frenar las fumigaciones de los pueblos en la provincia. Esos proyectos fueron siempre cajoneados y perdieron estado parlamentario. “Nos los duermen, porque muchos diputados y diputadas en Santa Fe tienen grandes extensiones de campo. Y lo que ellos quieren no es que el campo dure, es que les dé dinero, por más de que se muera el campo. Esa es una discusión que hay que dar de una vez con los representantes gremiales del campo. Están llevando adelante un proyecto productivo que destruye al campo. Es impactante, pero algún día se van a tener que dar cuenta porque se están suicidando”, dijo el diputado. Syngenta y el Estado nacional Antonio Aracre fue, hasta octubre de 2022, el principal CEO de la empresa semillera Syngenta. En el último coloquio de IDEA, encuentro de empresarios en Mar del Plata, anunció su retiro de la empresa para lanzarse al mundo de la política. Meses después, en enero de 2023 fue elegido por el presidente de la Nación, Alberto Fernández, para que sea el jefe de asesores de la presidencia. Syngenta es una de las más importantes empresas semilleras a nivel mundial: venden semillas modificadas genéticamente (transgénicas) y agrotóxicos. “Este hombre es la síntesis individual de los intereses que gobiernan la Argentina. Es angustiante para los sectores populares, que votamos a este gobierno, no porque formamos parte del Frente de Todos, pero sí con la idea de que iba a ser diferente en lo referido a la política de entrega y subordinación a las multinacionales, que había sido ostensiblemente el macrismo. Pero, lamentablemente, hemos visto retroceso tras retroceso: empezando con Vicentín (la expropiación que finalmente no sucedió), siguiendo con la privatización de la rama troncal del Río Paraná, continuando con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Y esta designación va en este sentido. En lo estructural, el dominio económico de la Argentina está en manos internacionales. No sorprende”, planteó Del Frade. El diputado provincial por el Bloque Frente Social y Popular relacionó la situación del agronegocio en nuestro país con lo que sucede en la región, particularmente en Brasil, a partir de los decretos que el presidente Lula Da Silva quiere poner en práctica en el país vecino y que tuvieron una violenta respuesta por parte de la oposición bolsonarista. “Si hay algo claro de lo que pasó en Brasilia el otro día, es que el interés que hay detrás de esto, es tratar de ir contra el nuevo gobierno de Brasil que lo primero que hizo fue plantar decretos que paren el extractivismo de las mineras en el Amazonas, que paren las privatizaciones, que paren la circulación de armas y devuelvan el fondo de protección al Amazonas. Esos mismos intereses, que para mí son los afectados por los decretos de Lula, hoy están presentes en cada una de las provincias argentinas, sintetizados en este representante de Syngenta que ahora se agregó a un gobierno que se suponía nacional y popular y no lo está siendo”, argumentó. El sector político Del Frade habló de la fuerza que existe en el campo político, en las diferentes cámaras, para dar batalla a los intereses populares que buscan defender una tierra libre de agrotóxicos: “El problema grande es que somos minoría los sectores políticos que somos herederos por amor de lo que significaron las tradiciones que combaten al capital, que son esas empresas que concentran las riquezas en pocas manos, que está devastando el planeta y poniéndole fecha de plazo fijo. Lamentablemente, los partidos grandes toman los resortes del poder a través de las herramientas del manejo del Estado, pero nunca son los sectores de izquierda o transformadores los que gobiernan. Ni en las provincias, ni en la nación”. El diputado planteó que en los medios de comunicación tradicionales toman el tema de las sequías y los incendios, pero no ligan esta problemática con el agronegocio: “Ahora se habla de la sequía del norte de la provincia de Santa Fe como si fuera un castigo de algún dios caprichoso, pero es en realidad consecuencia del modelo extractivista, este sojismo exacerbado, de poner soja hasta en una maceta y hacer cada vez más desiertos en provincias tan verdes. El problema es la resignación de los sectores poderosos que cuando llegan al poder ceden ante los sectores conservadores. A 40 años de la vuelta de la democracia, es fundamental reflexionar sobre esto. Hasta que no construyamos una herramienta política de mayorías por fuera de los que ya se resignaron a ser gerentes de los poderes económicos, vamos a tener muchos problemas, más allá de lo ecológico”. También se refirió a las políticas económicas encabezadas por el ministro de Economía Sergio Massa, que ajustan a los sectores populares bajo la premisa de la entrada de dólares al país, supervisados siempre por el Fondo Monetario Internacional. “Es peligroso pensar solo en la necesidad de dólares. Además, ni siquiera se quedan acá esos dólares. El extractivismo profundiza un modelo de dependencia que hace que las riquezas que producen nuestros pueblos queden en manos extranjeras. Además de la destrucción ambiental, tenes el empobrecimiento grande de nuestros pueblos. Llegamos a cifras de pobreza y de miseria muy grandes hoy. En provincias riquísimas como es la de Santa Fe, por ejemplo, que produce por año 50 mil millones de dólares y exportó el año pasado 20 mil millones de dólares, a la gente no le queda un peso. Hay 600 mil personas en medio de la pobreza. Es dramático. Es un modelo de dependencia, donde ni siquiera

Esta fue la pregunta que desde el programa radial Tengo una Idea, le realizaron a la periodista socio ambiental correntina Gabriela Bissaro. Además de describir el estado de situación con las últimas informaciones de los incendios en aquella provincia, la periodista se refirió al vacío ambiental y sus consecuencias. Por último, mencionó el mal y tardío accionar de los Estados provincial y nacional cuando en enero los focos de incendios fueron más graves. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás Rosales ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero La periodista Gabriela Bissaro desde Corrientes brindó algunos detalles e información de lo sucedido en la provincia: “Los incendios se siguieron sucediendo hasta la primera semana de marzo. La lluvia, tal vez la más importante de los últimos años, ayudó a aplacar bastante. Pero se reavivaron seis focos de incendio bastantes importantes que obligaron a los bomberos a estar otra vez trabajando durante varios días con temperaturas que oscilaron entre los 43 y 45 grados. La semana pasada, el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de Corrientes informó que se superaron el millón de hectáreas quemadas, esto significa el 12% de territorio provincial quemado”. Por otro lado, Bissaro, especialista en la temática del medioambiente, esbozó algunas acciones gubernamentales ante el actual estado de situación: “Si bien hay ciertos anuncios por parte del Gobierno, como por ejemplo el Plan Renacer Iberá que contiene una serie de acciones tendientes a recuperarlo, no está muy clara cuál va a ser la estrategia”. Vacío ambiental “Lo que sí están señalando los y las especialistas investigadoras del territorio es que para empezar a ver cómo se puede recuperar y restaurar el ambiente primero tenemos que tener un diagnóstico de lo que se perdió. Es todo tan reciente que la tormenta que se sucedió al mismo tiempo generó mucho viento y se hizo como una especie de nube y tornado de cenizas. Nunca se había visto algo igual. De lo que se quemó en total, los bosques cultivados representan solo un 3%, la mayor superficie afectada. El 32% son esteros y bañados, que era lo que estaba totalmente seco y se incendió. Le siguieron los malezales y pastizales en una porción bastante importante. No obstante esto, para las áreas cultivadas agropecuarias que sufrieron las llamas hay diferentes líneas de ayuda para pensar el día de mañana. Los pastizales y los malezales tienden a regenerarse solos. En el caso de los bosques quizá necesiten algún tipo de intervención, pero ahí los biólogos son muy cautos”, explicó Bissaro.  Pérdidas agroganaderas La periodista también explicó otras problemáticas: “Hay otra discusión política y económica sobre la agroganadería y qué hacer con los animales. Los terneros que se crían en Corrientes representan el 50% de la cría de ganado en nuestro país. El problema en el corto plazo es que no hay comida para estos animales, por eso se están recibiendo donaciones. De esta forma, los productores no tendrían la espalda para comprar los alimentos, y por lo tanto verían la oportunidad de malvender la hacienda. Además están comprometidas las crías que siguen. Según los técnicos que están trabajando en el territorio, aún no pueden dimensionar las pérdidas producidas para el sector. Hay mucha preocupación”. El estado distraído Por último, expresó: “Lo que hoy es una verdad es que se comieron la curva. Esto aplica para todos los gobiernos. Porque no estuvieron a la altura de las circunstancias. Esto se veía venir porque la gente del campo que trabaja con pronósticos lo venía anunciando desde octubre de 2021. Hubo un despliegue de fuerzas y recursos increíbles, pero recién la segunda quincena de febrero, cuando ya se llevaban quemadas 500 mil hectáreas. Todo enero Corrientes ardió y la gente estaba de vacaciones, incluyendo los funcionarios, por lo tanto las responsabilidades son compartidas. Esto ha sido una catástrofe y lo será por mucho tiempo. Se podría tardar de 70 a 80 años en restaurar los esteros del Iberá tal los conocíamos a diciembre del año pasado. Estamos hablando de la segunda reserva natural más importante que tenemos. Es una pérdida que nos toca a todos”.

Sabrina Ortíz, abogada ambientalista e integrante de Paren de Fumigar Pergamino, habló acerca del procesamiento de un piloto y un ingeniero agrónomo por fumigar sobre una escuela rural, incumpliendo las reglamentaciones. Ortíz pasó por el programa radial La Retaguardia, donde también contextualizó la histórica lucha del pueblo pergaminense contra los agrotóxicos. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Julia Iwela La abogada Sabrina Ortiz habló sobre el procesamiento del piloto Ángel García y del ingeniero agrónomo Santiago Jacobi, por fumigar sobre una escuela rural, incumpliendo las reglamentaciones previstas por la Justicia local. “Estas dos personas son las últimas que fueron procesadas. Pero se desprenden 11 procesados de todos estos hechos que vienen sucediendo en Pergamino, entre ellos ingenieros agrónomos, productores, dueños de campos. Uno de los procesados ahora es el piloto de un avión fumigador, Ángel Enrique García, quien sobrevoló de manera temeraria por sobre una escuela, mientras los niños estaban jugando en el patio de la misma, y las imágenes fueron captadas por gente del lugar. Por supuesto que la deriva en ese momento no estaba apta para hacer este tipo de fumigaciones. El otro procesado es el ingeniero a cargo del control de la receta agronómica (receta que nunca existió), que es Santiago Andrés Jacobi, representante de la empresa de ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas), del sector agropecuario, que era quien estaba a cargo de toda la seguridad de la fumigación. No solamente se los procesa sino que, además, se traba embargo por sobre los bienes de ambos, por una suma de 5 millones de pesos. Es importante remarcar este procesamiento, porque en esta oportunidad se trata de un ingeniero representante de empresas. ACA en Pergamino es muy reconocida. Y entendemos que en esta oportunidad, y como lo ha decretado anteriormente la Justicia, está respondiendo en pos de la seguridad de las personas, sin fijarse quien es el poder que está adelante”, comenzó. La integrante de Paren de Fumigar Pergamino contextualizó la lucha de años del pueblo de Pergamino contra los agrotóxicos: “Hace muchos años en esta ciudad somos víctimas directas del modelo agroproductivo actual, desde antes de 2011, cuando nos involucramos junto a muchas personas en esta temática. En 2018 ingresó una denuncia en Juzgado Federal, donde se empezó a mover toda una investigación de más de cuarenta cuerpos. Hemos asistido a la Justicia local, porque en la Justicia de la Provincia no hemos encontrado ningún tipo de respuesta. A partir de ello, conseguimos una medida cautelar para una zona de la ciudad, para una región puntual, que inicialmente abarcaba tres barrios. Y en 2019 logramos la ampliación de esa medida cautelar que indica 1.095 metros prohibidos para las fumigaciones terrestres, desde la zona periurbana y 3 mil metros por la vía aérea de la zona periurbana. Todo esto viene aconteciendo en medio de pruebas científicas, con análisis en el agua, por ejemplo, donde se encontraron 19 agrotóxicos en una parte de Pergamino, que casualmente es un barrio que en 8 manzanas tiene más de 50 casos de cáncer. Y, por otro lado, en barrios que se encuentran en el otro extremo de la ciudad, se encontraron 18 tipos de agrotóxicos, con daños genéticos en las personas del lugar, inclusive en mis hijos y en mi familia”. Ortíz contó cómo comenzaron a organizarse las familias pergaminenses ante esta problemática: “Una de las querellantes pertenece a ese barrio con más de 50 casos de cáncer, y perdió a su pareja por el cáncer, sus dos hijos también tenían cáncer, ella tuvo cáncer. Entonces empezó a hacer un relevamiento entre los vecinos y descubrió esta cantidad de casos en el barrio. Cuando se empezó a investigar los factores, se consiguió conocer que el agua del tanque central que consumen las personas de ese barrio tenía todos estos agrotóxicos, que los peritos médicos determinan como altamente cancerígenos, disruptores endocrinos, es decir, que afectan a todo el sistema hormonal. Además existen otras enfermedades en ese barrio, por los mismos motivos. Hay niños de tres o cuatro años que ya están recibiendo diálisis. Y es muy complejo porque hay toda una exposición diaria, al bañarse, lavar las verduras, al tomar, estamos en permanente contacto con el agua. No podemos prescindir de ella”. La abogada también comentó cuál es la posición del Gobierno de la Ciudad de Pergamino ante este conflicto: “Lamentablemente, el Gobierno (el intendente es Javier Martínez, de Juntos por el Cambio) niega toda esta cuestión. Niega a los enfermos de cáncer. Niega a los fallecidos por cáncer. Por el contrario, nos dicen que somos un grupo que quiere derribar al Gobierno. Y toda esa historia se comunica en los medios. En esta ciudad hay más de 70 empresas que lucran con el agronegocio y se hace difícil desde acá darles batalla. La medida cautelar de las distancias sigue vigente, como también la entrega de agua a los barrios que están incorporados en esta causa madre. Sabemos que esto es solo una medida paliativa, que las medidas cautelares no son eternas y que necesariamente debe haber decisiones políticas que conlleven a un modelo productivo que no atente contra la salud y la vida de las personas. Porque acá se privilegian los intereses económicos por sobre la vida”. 

Lo dijo el periodista Facundo Viola. Las fumigaciones con agrotóxicos quedaron excluidas en toda la localidad santafesina reconocida por la producción de frutillas. En diálogo con el programa radial Tengo una idea, brindó más detalles de lo que se podría considerar un triunfo en términos medioambientales y sobre todo de concientización del pueblo que le dijo definitivamente NO a la contaminación con agrotóxicos. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás Rosales ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia A partir de febrero no se podrá fumigar con agrotóxicos en Arroyo Leyes, provincia de Santa Fe. El periodista especializado en medioambiente, Facundo Viola, comenzó explicando: “Desde 2015 venimos trabajando sobre esta situación donde se fumigaba sin ningún tipo de control sobre los monocultivos para hacer frutillas. Arroyo Leyes se ubica a 15 kilómetros hacia el norte siguiendo la ruta provincial 1 de la capital de Santa Fe, lo que sería el periurbano”. La lucha y resistencia Por otro lado, Facundo Viola denunció: “En esta zona se fumigaba sin ningún tipo de control, directamente sobre la población. Por dar ejemplos drásticos,  a dos metros de la ventana de una escuela cuando los niños estaban dentro. Después de las fumigaciones se producía mortandad de aves, mucha gente se enfermaba con enfermedades terminales, eran vecinos cercanos a los campos. A través de relevamientos con distintas instituciones encontramos que existían altos índices de discapacidad por encima del promedio, patologías poco frecuentes en niños, contaminación de agua por fertilizantes. Toda esta situación hizo que comencemos a movilizarnos para visibilizar más esto, concientizar, y reclamar. Llegamos a hacer denuncias penales, allanamientos, y a la par fuimos gestionando con el Estado provincial y la comuna local un proceso de ordenamiento territorial con un comité interministerial con el cual nos fuimos reuniendo y proponiendo una resolución a este conflicto. Fue algo que llevó años, y hacia 2019 obtuvimos una ordenanza con este trabajo participativo que es la 02/19, donde se fueron estableciendo plazos para que se dejara de fumigar”.  En la provincia de Santa Fe se encuentra vigente la ley 273 para la aplicación de agroquímicos, que dice que no se puede fumigar en ámbitos urbanos. Viola remarcó que esto no se cumple. “Conseguimos que en el ámbito periurbano solo se permitan producciones sustentables o abocadas a la agroecología. Al vencerse los plazos, el año pasado se hizo una especie de prórroga donde se permitió a uno de estos campos permanecer en este tipo de producción (con agrotóxicos) pero ya este año las instalaciones se han levantado y retirado”, contó. El poder de lobby agroexportador “La ley vigente en Santa Fe tiene 27 años y es anterior a la introducción de los transgénicos y a su paquete tecnológico. Las organizaciones ambientales fuimos insistiendo con diferentes proyectos dentro de la Legislatura con evidencias científicas que fuimos aportando para demostrar los daños y perjuicios que presentan los agroquímicos para la población. Por otro lado, hay un lobby muy fuerte en la provincia, tenemos el puerto agroexportador, ubicado en Rosario, más grande del mundo junto al de Chicago, Estado Unidos. También existen formuladoras de agrotóxicos muy importantes y además está presente el poder de lobby de empresas aerofumigadoras que están ubicadas en la zona núcleo”, dijo el periodista. Un cambio cultural Viola mencionó en qué cambios pudieron avanzar, producto de mucho trabajo: “En la localidad de Arroyo Leyes pudimos accionar sobre 80 hectáreas divididas en 20 campos aproximadamente de productores frutihortícolas, que no por producir frutas y verduras son menos tóxicos. De lo contrario, se los fumiga mucho más. Entendemos que si no hay una concientización del peligro que esto representa, las leyes muchas veces no se cumplen. Incluso hay fallos judiciales que prohíben, por amparos judiciales que se han realizado, fumigar a determinada distancia en Santa Fe. Pero lo siguen haciendo porque nadie reclama, no hay fuerza para hacerlo. Nosotros trabajamos en la localidad fuertemente en un cambio de mentalidad y cultural en todos los sentidos, no solo a la población, sino también a las organizaciones intermedias, los representantes del Gobierno comunal y provincial para que puedan transformar esa visión que tenían que los agrotóxicos son agüita y no pasa nada si uno tira veneno ahí y no repercute en la salud y en el ambiente. Estamos hablando de un genocidio silencioso, donde miles de ciudadanos y ciudadanas están cada vez más expuestas a estos venenos y que traen formas de enfermar y morir con enfermedades, crónicas, de largo plazo”. Para cerrar, dijo: “Nuestro desafío es ir camino a poder comer frutillas sin veneno”.  DESCARGAR

Matías Ruíz, profesor de historia y coordinador de la Campaña No al fracking de la ONG Conciencia Solidaria, detalló cómo funciona la técnica de extracción hidrocarburífera, comúnmente llamada “fracking”. También explicó cuáles son sus consecuencias, tomando como ejemplo Vaca Muerta y el nuevo negociado en la Costa Atlántica. Lo hizo en diálogo con Conciencia Rebelde, el nuevo programa de Conciencia Solidaria en Radio La Retaguardia, donde remarcó además la importancia de las movilizaciones populares como el Chubutazo y el Atlanticazo. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Silvia Medrano/Mariela Silvestein ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Conciencia Solidaria —¿Qué significa “fracking” y qué consecuencias tiene esta práctica? —Literalmente en inglés significa “fracturando” y tiene que ver con una técnica distinta de la explotación convencional de petróleo. Para explicar que es el fracking tendríamos que ir mucho más atrás y empezar hablando del origen de la extracción petrolera, allá por principios del siglo XX, y que desde entonces hasta ahora la humanidad ha prácticamente acabado con casi todo el petróleo que había en las profundidades de nuestro planeta. Petróleo que es producido por los fósiles de especies animales, vegetales y minerales que han ido muriendo a lo largo de toda la historia. Sus restos se han ido depositando en el interior de la Tierra para finalmente producir el petróleo y los diferentes tipos de gases. Quedan muy pocos yacimientos y se han encontrado yacimientos llamados no convencionales de petróleo y gas de esquisto, que están a muy grandes profundidades dentro de nuestro planeta. Y eso no evitó que la industria del hidrocarburo encuentre la forma de extraerlo también. Y esto es la fractura hidráulica, el llamado “fracking”, que es un procedimiento de extracción que consiste en inyectar en el subsuelo una combinación de arena mezclada con cientos de químicos contaminantes, que requiere una inmensa cantidad de agua insertada a altísima presión para poder quebrar la roca y llegar tan profundo como están estos gases y este petróleo no convencional. Una vez llegado a esa profundidad surge el reflujo de esto mismo que se usó para producir la apertura del camino, por donde va a subir el petróleo y el gas, refluye hacia la superficie y obviamente es agua tóxica, contaminada, que por filtraciones puede tranquilamente llegar a las napas de agua potable. Regresan hacia la superficie. No hay forma de recuperarla. Existen estos piletones de contención que están cerca de los sitios de exploración donde el agua es acumulada, pero también en nuestro subsuelo existen sustancias radiactivas que dentro del subsuelo cumplen obviamente funciones que tienen que ver con el planeta, pero que afuera son muy peligrosas. Y estos gases muy peligrosos para el efecto invernadero también pueden subir hacia nuestra atmósfera. Otra consecuencia puede ser el incremento de actividad sísmica. Que ya se estaba denunciando en nuestro país, especialmente en Añelo, allí cerca de Vaca Muerta, el yacimiento de fracking más famoso en nuestro país. La Asamblea de Allen y de Añelo hace muchísimo tiempo que vienen denunciando las diferentes consecuencias por este tipo de extracción. Una vez que se genera la grieta principal, vertical, que va hacia el subsuelo, se descargan explosivos a través de estos conductos para poder generar las grietas horizontales que muchas veces tienen kilómetros de expansión, cruzando por debajo de poblaciones, por debajo de lagos, de ríos. Entonces, ciertamente pueden llegar a generar enormes niveles de contaminación y de residuos que van a afectar nuestra agua, más allá del agua que se utiliza para producir la grieta para poder empezar con la extracción.  —¿Por qué es importante hablar de fracking en este contexto del Atlánticazo y de lo que está sucediendo con la exploración sísmica, ya autorizada por el Gobierno nacional a través del Ministerio de Ambiente?  —Porque una de las técnicas que se va a utilizar para poder hacer esta exploración es la técnica de fracking. Aparte de esto, también tenemos que considerar que tenemos un muy reciente incidente que tiene que ver con el petróleo, cercano también a Allen, a Vaca Muerta, a Añelo; en Catriel, Río Negro. Donde a mediados de diciembre se produjo probablemente el peor daño ambiental de las últimas décadas, cuando se rompió un oleoducto de 16 pulgadas que conectaba la estación de bombeo de puesto Hernández, en Neuquén, con la estación de bombeo de Medanito en Río Negro. Y esto produjo más de 3 millones de litros de petróleo derramado, afectando no solamente la zona de la rotura de este oleoducto que obviamente no tiene mantenimiento porque una vez que son construidos ya quedan así. Estos tienen 60, 70 años de antigüedad. Fueron creados allá por la década del 60, entonces se rompen. ¿Cuál fue una de las medidas de remediación que tomó la empresa Oleoductos del Valle, que tiene el 95% de la producción y yacimiento de Vaca Muerta? Pusieron una pileta pelopincho debajo de la grieta del oleoducto. Tremendo. No se había visto nunca ingenio argentino al 100%. Y bueno, obviamente más de 3 millones de litros de petróleo derramado, dos hectáreas afectadas de forma directa. Los pueblos originarios que viven cercanos a la zona del derrame denuncian que la pileta no fue lo único que llevaron, también estuvieron ahí haciendo algún otro tipo de contención y produjeron daños. Dos hectáreas más alrededor del área afectada. Entonces tenemos también cuatro hectáreas afectadas.  —La cantidad de petróleo derramado no sólo contamina las hectáreas mencionadas, ¿no?  —Claro. Además podemos vincularlo con lo que podría llegar a pasar en el Atlántico, porque es muy parecida la situación. Debajo de esta zona en Río Negro, en Catriel, hay solamente a tres kilómetros de profundidad una reserva de agua dulce muy importante que alimenta a los ríos de la región e incluso ríos que por sus ramificaciones llegan hasta la Provincia de Buenos Aires. O sea que no es que solamente se queda el problema en Neuquén, en Río Negro. Este petróleo que es absorbido nuevamente por la tierra va a llegar hasta estas napas que tienen un grado

El fotógrafo Pablo Piovano expondrá en Mar del Plata las imágenes que capturó durante varios años en Vaca Muerta, Neuquén. Será el 10 de diciembre en el Espacio de Memoria y Promoción de los Derechos Humanos “El Faro”, y también habrá una charla de la que participarán representantes de la Confederación Mapuche de Neuquén y del Observatorio Petrolero Sur. Piovano pasó por el programa radial La Retaguardia y profundizó acerca de la muestra “Fracking en Vaca Muerta”.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Fotos: Pablo Piovano Pablo Piovano, fotógrafo, recorrió por más de cuatro años el megaproyecto hidrocarburífero Vaca Muerta, en Neuquén, que abarca unos 30 mil kilómetros cuadrados. A partir de estas visitas, de hablar con la gente de la zona y con las comunidades mapuche que están en el territorio, Piovano hizo un registro fotográfico que expondrá en la muestra “Fracking en Vaca Muerta”. Tendrá lugar en el Espacio de Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos “el Faro” de Mar del Plata, el viernes 10 de diciembre. “El trabajo tiene como eje ver cuál es el impacto de las grandes corporaciones en las comunidades. En este caso, sobre el fracking, donde nos encontramos en una situación muy alarmante en términos medioambientales. Una crisis enorme socioecológica, donde resulta urgente la necesidad de modificar los vínculos con la naturaleza. La explotación que se da en el fracking es drástica y afecta una cantidad enorme de kilómetros cuadrados. Una formación sedimentaria, en la meseta de Neuquén, donde ya existe un estrés hídrico, una profunda crisis sobre el agua. Y el daño se extiende, no sabemos hasta dónde. Pero sí sabemos que hay una gran cantidad de sismos en Sauzal Bonito, un pueblo donde viven 200 familias, pero donde ya se han perforado 80 pozos. Donde se han declarado 300 sismos en cinco años. La situación es realmente grave. Aunque se hable de una salvación económica, no puedo dejar de observar lo que está pasando dentro de las comunidades, y sobre todo lo que pasa con la tierra, con el agua. Cada vez que salgo a hacer un trabajo tengo la necesidad de escuchar las manifestaciones de estos seres sagrados, dadores de vida, que hay que cuidarlos y tener una relación verdadera. Recuperar la memoria de esa relación, simplemente para la continuidad de la vida”, comenzó a contar el fotógrafo. Además, remarcó la difícil situación laboral de quienes tienen que trabajar en estas explotaciones y los cambios que sufre el pueblo con el paso de los años. “Suele haber una exigencia laboral muy alta. A veces trabajan 14 días de corrido, muchas horas, y se producen a cada rato episodios de contaminación, incluso de muertes obreras. En un año se han registrado 8 muertes obreras. Y ni hablar de lo que significa instalar esto en un pueblo pequeño —Añelo, en el corazón de Vaca Muerta—, con una idiosincrasia muy distinta a la que se está gestando por la llegada de las grandes empresas. De repente se empiezan a construir cantidad de casas, empieza a recorrer una energía que no había. Se instala un casino, empieza la prostitución, se complejiza todo el sistema social. Pasó de haber 2.500 personas a 8 mil en muy pocos años. Por eso creo que es importante tomarse el trabajo de observar la implicancia de estos modelos desde diferentes puntos de vista. Yo estoy yendo ya hace tres o cuatro años, en el marco de un proyecto más amplio, pero siempre que llego a Añelo, a Vaca Muerta, es una sensación como de desolación. Se te seca la piel de manera directa, un poco por el clima, pero también por el daño que se le está haciendo al lugar. Imaginémonos que se fractura la tierra en una cantidad enorme de metros y se le extraen sus recursos de manera muy violenta. Se fractura con químicos. Se utiliza una cantidad enorme de agua, entre 70 y 90 millones de litros por pozo. Es complejo y muy dramático en términos ecológicos”, dijo. —En estos años que estuviste recorriendo Vaca Muerta, ¿con qué tipo de historias te encontraste? —Sobre todo he estado trabajando con el pueblo mapuche. Ahí en los alrededores hay cerca de 20 comunidades, donde se instalaron estas empresas. Para ellos es muy complicado porque van siendo desplazados. Se contamina el agua. Y están todo el tiempo en un proceso de negociación. Porque tampoco existe la fuerza para oponerse a semejante invasión. Creo que es una continuidad de la Campaña del Desierto, pero esta vez en términos ambientales, aunque siguen involucrados los pueblos originarios. No deja de ser un avasallamiento a su tierra, a su espacio, a sus vidas. Entonces están en constante tensión con el poder judicial, porque los echan. Hay juicios de usurpación, que algunos como el de Campo Maripe fueron ganados. Porque la comunidad, en el derecho común de los pueblos originarios, dos meses después del comienzo del juicio lograron revertir la situación de la que los acusaban. Pero esto demuestra el poder de operación judicial y política, otra vez sobre la debilidad de los pueblos. Yo vengo trabajando sobre el espacio de las comunidades. Es difícil entrar a las empresas. Alguna vez pude entrar, haciendo trabajos para Holanda. Entré a Shell y a YPF. Son paseos que te hacen como si fueras de jardín de infantes, donde te muestran muy poco de lo que sucede. Es muy escaso el registro que se puede hacer, y es casi imposible incluso hacer fotos desde la ruta. Cuando queremos levantar un dron, a los cinco minutos caen servicios de seguridad privados diciéndonos que no podemos documentar esos espacios. Que son públicos. Y con amenazas de que si no frenábamos nuestro trabajo nos iban a mandar a la comisaría. Tienen mucho poder. Entonces es muy difícil trabajar en la zona, porque las empresas se convierten en los gobernantes de ese territorio. Y constantemente están negociando y haciendo entrar a las comunidades en negociaciones también. La exposición “Fracking

Lo dijo Belén Silva, abogada especializada en derecho ambiental y soberanía alimentaria, en diálogo con el programa radial A mí no me importa. Allí se refirió al puesto que ocupa Argentina en el ranking publicado por Carbon Brief de contribución al calentamiento global. También habló del papel que juega la agroecología en las crisis económicas y de la importancia de la sanción de la ley de Etiquetado Frontal. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Agustina Sandoval Lerner ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia Carbon Brief, organización británica especializada en ciencia y política del cambio climático, publicó un informe donde determina la contribución de cada país al calentamiento global. Allí se analizan las emisiones de gases de efecto invernadero por utilización de combustibles fósiles y cuál es el impacto de la deforestación en el calentamiento global. Argentina se encuentra en el puesto 14 de emisiones por quema de combustibles fósiles y en el puesto seis respecto de tierra cultivada, con 39 millones de hectáreas. Según un informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el país está entre los diez países con mayor pérdida de bosques nativos en el período que va del 2000 al 2015. Consultada acerca de esta problemática, Belen Silva, abogada especialista en derecho ambiental y soberanía alimentaria, dijo: “Capaz que quienes son más jóvenes están habituados a que esto sea así. Pero esta forma de producir no siempre fue así, desde que la soja transgénica hizo su ingreso en Argentina hasta hace unos años, la forma de producir cambió. Antes teníamos más variedad, había matrices productivas diferentes, más diversidad. La agroecología propone la diversidad también, generar esa riqueza en los pueblos, pero también generar esa riqueza para quien produce. Porque hablar de la forma en que se produce actualmente, también involucra a los seres humanos, ya sea a quienes laburan en la tierra, a quienes dan su fuerza laboral para estar ahí, generando esas ganancias que se concentran en muy pocos bolsillos. Pero también para quienes viven en las cercanías de esas actividades productivas y tienen que padecer las consecuencias del actual modelo de producción, que es un modelo de concentración de riquezas en muy pocas manos y con un alto uso de paquetes tecnológicos, lo que conocemos como agrotóxicos. Entonces toda esa cadena empieza a generar impactos. Y esto de que somos el sexto país de mayor superficie cultivada, también somos el país que mayor cantidad de agrotóxicos aplica. Entonces, esto genera un impacto a nivel tierra, pero también a nivel de los cuerpos”. Y continuó: “Hay un concepto que es el de externalidades, que es el verdadero costo de lo que se está produciendo hoy en día, por ejemplo, en actividades extractivistas. Estas actividades que, cual vampiro, chupan y dejan secos los territorios y dejan secas las matrices productivas. Es complejo comenzar a discutir esto, pero es necesario también para empezar a darle soluciones a esos conflictos. Porque tal vez pensamos que no hay chance de salir, que el agronegocio está instalado y que es un monstruo enorme. Pero también hay pequeñas victorias como la ley de etiquetado frontal en el Congreso, que también está estrechamente vinculada a una forma de producir los alimentos. Entonces, esa manera de vincularnos con los alimentos, de vincularnos con el ambiente, está generando impactos. Por ejemplo, en el área a lo que compete a la ley de etiquetado frontal, en la salud de los cuerpos. ¿Y esto por qué pasa? Porque estamos inmersos en ambientes donde hay un grado de contaminación en diferentes ámbitos hacia la ruralidad, pero también en lo urbano, porque a veces cuando se habla de los agrotóxicos se piensa que el problema es del campo. Y no, porque acá en la ciudad consumimos esos alimentos y también generan impacto en nuestras vidas. Es una charla re incómoda hablar del modelo de producción, del uso de agrotóxicos, pero es necesaria porque está generando muchas consecuencias, pero también hay alternativas y ahí es cuando entra la agroecología y nos trae un poco de aire”. —¿Crees que existe una mayor circulación de información en la juventud sobre este tema, que hay una mayor concientización? —Sí. Para mí lo que está sucediendo ahora, el tema juventud y temas ambientales es como una tormenta perfecta, como una conjunción de eventos que están desencadenando en algo bueno. La crisis ambiental está avanzando, está generando esto que estamos diciendo. Las juventudes lo están notando y las redes sociales bien utilizadas también son un factor de cambio. Entonces, antes para acceder a la información había que ir al territorio, que sigue siendo una práctica muy necesaria conocer los territorios, pero hoy en día las redes nos permiten sociabilizar la información. Entonces creo que estamos atravesando un momento muy tenso pero a la vez muy esperanzador respecto de quienes están activando. Jóvenes que están siendo protagonistas de este nuevo ambientalismo, que a mí me gusta hablar mucho de ambientalismo popular, con conciencia de clase, de entender que cada uno o cada una aporta desde el lugar donde está. Estas movilizaciones de cuestionar el modo en que se está produciendo, en que se consume, también es la idea de generar un cambio. No quejándonos en casa, no haciendo actos aislados. Porque durante mucho tiempo también la responsabilidad de salvarnos de la crisis ambiental se puso en que usemos menos el auto, que usemos menos ropa nueva. Es una de las tantas acciones. Es necesario y yo soy una gran militante de que migremos hacia la economía circular respecto de la ropa, una industria tan contaminante, pero también tenemos que pedirle a quienes están en los puestos de decisión. Y ahí es cuando tenemos que salir a las calles. —Los gobiernos siguen haciendo crecer el agronegocio, van en contramano del pedido de la gente y ofrecen falsas soluciones, ¿no? —Sí, y todo esto que estamos hablando tenemos que ubicarlo a nivel geopolítico. Latinoamérica tiene una vasta cantidad de recursos naturales o, como

La activista, politóloga y co-fundadora de “Rebelión o Extinción Argentina”, dialogó con el programa radial A mí no me importa. Allí habló acerca de la situación ambiental de Argentina y la falta de políticas por parte del Estado. También convocó al #25A, la manifestación contra el acuerdo porcino que se realiza mañana a las 14 en la Embajada de China y en otros sectores del país. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Lorenzo Dibiase ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero La politóloga y activista Flavia Broffoni habló sobre la fuerza que está tomando la lucha colectiva de organizaciones ambientales, activistas y personas autoconvocadas contra la situación ambiental que se vive en Argentina y a nivel mundial. “Hay un territorio levantado. Despiertos y despiertas ya estábamos, pero ante la profundización de algunos síntomas que están demostrando que no tenemos ni un segundo más para seguir boludeando con este tema, el territorio se moviliza. El miércoles 18 de agosto llegaron al Congreso un grupo de treinta y seis kayakistas, remeros y remeras que salieron desde Rosario. Estuvieron siete días remando, 350 kilómetros hasta llegar a Buenos Aires, para que los recibieran en el Congreso y les den un estado de situación sobre la tensión que parece no resolverse alrededor de la Ley de Humedales. Una ley que viene negociándose hace años, que está cajoneada desde noviembre pasado y que, de no tratarse este año, una vez más pierde estado parlamentario. Y a raíz de los incendios del año pasado en el Delta del Paraná, las organizaciones se autoconvocaron en una coordinadora, que es la Multisectorial por los Humedales, donde decidieron radicalizar un poco el estilo del reclamo entendiendo que la política no está respondiendo”, dijo.   —Cada vez es mayor el acceso a la información y la sociedad está más al tanto de lo que sucede con el medioambiente. Pero el Estado parece seguir yendo a contramano y se intensifica el agronegocio, la megaminería. ¿Cómo ves ese choque entre los reclamos populares y las decisiones estatales?   —Es interesante porque es una de las discusiones que tenemos hoy en los activismos, acerca de cuán buenas son algunas noticias. Por ejemplo, yo aprecio un montón a la gente que está trabajando en la Dirección de Agroecología, son el dream team de la agroecología. Pero me pregunto: crear una dirección sin presupuesto, sin poder político, con una limitada capacidad de acción, ¿es un gesto político relevante? Lo digo, teniendo en cuenta que al mismo tiempo te sacan 55 resoluciones que pretenden avanzar sobre las zonas de exclusión ambiental, que es una lucha histórica de los pueblos fumigados para generar barreras alrededor de las poblaciones rurales. La gente de Somos Monte Chaco me contaba cómo están calculando desde el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) la capacidad productiva de alimentos para personas que tendría el predio que están destinando para instalar las megafactorías de cerdos. Si la superficie que está destinada hoy a negociar con China solo para exportar animales  se cultivara para darle de comer a la provincia más pobre del país, con los niveles más altos de desnutrición, alcanzaría para alimentar a dos millones de personas. Entonces, es imperioso que desde los activismos conservemos el foco. Porque nos distraen con pequeñas buenas noticias, que son celebrables, pero no tenemos que perder el eje de la atrocidad que está sucediendo hoy con la profundización de todos estos modelos. Celebramos la gran cosecha de soja y trigo que estamos obteniendo este año. Ahora, con un Río Paraná en su peor nivel histórico, todo ese grano no se puede exportar. El gran desarrollo agroecológico que tenemos en nuestro país está en un nivel de subutilización muy atroz y cada vez saca más ventaja el agronegocio, con nuevos trigos, maíces, papas transgénicas, que además dependen de venenos para su existencia.   —En la distopía que vos presentás en tus publicaciones, del mundo en el que vivimos y en el que podemos vivir en el futuro, ¿con qué pensás que nos podemos encontrar si seguimos por este camino?   —No quiero ser apocalíptica, pero cuando cruzas la información empírica, los registros científicos de lo que está sucediendo, no hay una imagen que pueda ser amable frente a lo que nos depara el futuro próximo. Porque nuestra experiencia de vida está cruzada por un proceso global de aceleración en el declive de todos los indicadores de biocapacidad (la capacidad que tiene la tierra de producir ‘bienes y servicios’ ambientales y absorber impactos). Durante los últimos 40 años, todo esto se aceleró y profundizó en niveles nunca antes registrados. Pero claro, nuestra experiencia de vida nos muestra cada vez más tecnología, más confort, PBIs (Productos Brutos Internos) cada vez más altos. Entonces es muy contraintuitivo concebir la posibilidad de que el futuro próximo vaya a ser como en la película Mad Max. Ahora, mirás la información y pareciera que estamos en ese camino irreversible. Ante esto, siento que tenemos que mirar al problema a la cara, en su peor versión, prepararnos para lo peor, esperando lo mejor. Si seguimos mirando el futuro distópico y seguimos metiendo la cabeza bajo la tierra, va a ser la profecía autocumplida. Ahora, si miramos el futuro distópico a la cara, pensemos que tenemos que planificar política pública, como si este escenario fuera el real. Ahí es donde radica la enorme potencialidad que la organización colectiva podría tener, cuando se concibe en un proyecto común que básicamente es no ir a la extinción. Por eso yo me enojo con la política, ya no podemos meter más la cabeza bajo la tierra. Que digan la verdad sobre el estado de situación. Y déjennos también a les ciudadanes concebir qué elecciones queremos tomar ante esta transición inevitable. La ciencia empírica es indiscutible, ningún científico dice ‘vamos a estar mejor’. Es un presente distópico y de posverdad absoluta, y nos dicen que vamos a volver a una normalidad que no existe más y que, además, nunca tuvo nada de normal.   —Es una pelea

Lo determinó un informe de la Asamblea de Vecinxs Autoconvocadxs de Dique Chico. Delia Aiassa, doctora en Ciencias Biológicas, docente e investigadora en la Universidad Nacional de Río Cuarto, estuvo a cargo del estudio que se realizó en 2020. En diálogo con el programa radial Tengo una idea, Aissa brindó detalles del informe y precisó cuáles serían las consecuencias a futuro. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Carlos Morchio/Nicolás Rosales ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Asamblea de Vecinxs Autoconvocadxs de Dique Chico La Asamblea de Vecinxs Autoconvocadxs de Dique Chico realizó un informe sobre la presencia de glifosato en la zona y sus consecuencias. El estudio en concreto fue llevado a cabo en niños y niñas de entre 5 y 13 años, habitantes de la Comuna de Dique Chico, localidad ubicada en la provincia de Córdoba a 50 kilómetros de la capital, en el Valle de Paravachasca. Se realizó en 2020, en dos etapas de muestreo y en momentos de alta y baja frecuencia de pulverizaciones con agrotóxicos para el trabajo del agronegocio en zonas aledañas al pueblo.  Desde la Asamblea denunciaron al Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba y a sus agentes fiscalizadores por la complicidad y protección de los intereses del agronegocio en detrimento de la salud de toda la población. La imagen de la activista ambientalista Sofía Gatica intentando impedir las fumigaciones en esta parte de Córdoba y su posterior detención quedará para el recuerdo de muchos y muchas.  “Desde el ámbito privado y desde mi laboratorio hacemos análisis toxicológicos y clínicos. En este ámbito ofrecemos el servicio de la toxicología en sangre y en niños, y desde el área genética estudios de genotoxicidad. En ese marco, la localidad de Dique Chico nos contacta y realizamos los estudios también de plaguicidas de los que esa comunidad relata son los más utilizados en la zona y fundamentalmente en los cultivos de soja que se llevan adelante”, explicó Delia Aiassa, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora en la Universidad Nacional de Río Cuarto. En referencia a los daños que podría ocasionar el glifosato en términos generales, Aiassa puntualizó: “Cuando uno trabaja con niños tiene una ventaja, que es sacar la mayoría de los factores de confusión que puede tener una persona adulta. Por ejemplo si una persona adulta fuma tiene alterado el daño en su material genético, o si toma bebidas alcohólicas, medicación. En cambio, en los niños, como no tienen todo eso, uno puede atribuir o asociar el daño al agente tóxico que se encuentra en el ambiente o en su propio organismo. En el caso de Dique Chico nosotros buscamos glifosato y AMPA (ácido aminometilfosfónico), que es su metabolito que es la sustancia que se degrada, porque son las sustancias arrojadas al ambiente cercano donde viven. Son geografías muy particulares que se repiten en otras zonas de la provincia, donde el sector urbano limita con los campos de cultivo donde arrojan distintas sustancias químicas. El glifosato no es el único, son mezclas que se utilizan de herbicidas e insecticidas. Cuando encontramos esto en los organismos tienen un valor de daño aumentado, y se ha visto en las muestras que hemos hecho. Si esto a mediano o largo plazo se mantiene, el daño ocasionado no se repara en el organismo. La probabilidad de que se desarrolle algún tipo de cáncer es mayor. En personas adultas se observan problemas reproductivos con infertilidad, malformaciones. En los niños, es un sistema de alerta, y el daño genético podría ser reversible”.  Cabe mencionar que hace cinco años la Cámara en lo Contencioso Administrativo N°2 dispuso a pedido de productores locales la suspensión de la Resolución 242/17, que establece la creación de una Zona de Resguardo Ambiental (ZRA) de mil metros a partir del límite exterior o más extremo de la planta urbana. Así como también de la Escuela Bernardo de Monteagudo y Jardín de infantes Mariano Moreno, Anexo Bajo Chico ubicados aproximadamente a 1.500 kilómetros del pueblo. Gracias a la organización vecinal de manera asamblearia y pese al continuo embate del lobby del agronegocio, se logró una medida cautelar que impide la aplicación o fumigación con agrotóxicos, pero solo en un radio de 500 metros alrededor de la escuela, y no para toda la comuna como pedían las y los vecinos. Por último, la especialista advirtió: “Desde la salud observan un aumento  en los cánceres que en otro momento veían como raros. Y que si existen daños aumentados quiere decir que hay una sustancia que lo está causando. Resulta interesante ver cómo otras localidades que no tienen estas características ambientales tienen un daño genético menor. Negar que se provocan daños en la salud en Dique Chico es no querer ver la realidad”. DESCARGAR