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El Gobierno intenta mostrar a Villarruel pateando el último penal y corriendo a celebrar la victoria desde un lugar épico.La realidad también puede leerse de otro modo: les costó sudor, lágrimas y algunos cargos alcanzar la sanción de la ley en el lugar más conservador de la institucionalidad. Nuevamente las y los senadores le dieron la espalda al pueblo; no sorprende.Pero afuera pasó otra cosa. Durante toda la jornada, decenas de miles de personas se movilizaron para rechazar las políticas del gobierno. Aun a sabiendas de la represión que se ejecutaría, salieron a la calle, arrastrando incluso a los dirigentes más perezosos. Las fuerzas de seguridad avanzaron contra la gente con gases lacrimógenos y balas de goma. Más de 20 personas fueron detenidas en las calles. Y mientras Villarruel festeja a lo Montiel, está bueno celebrar también que afuera se venció al miedo. Porque no es poco ante un gobierno que utiliza la fuerza como factor de poder. A la tristeza por la derrota, habrá que sumarle también ese dato positivo. Fotos: Emiliano Rojas Salinas / Antú Divito Trejo Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de La Retaguardia (@laretaguardia)

Es el Día D de un gobierno asfixiante (literal). La joven de la foto tuvo que ser sometida a una traqueotomía para recuperar la respiración. El gobierno de Milei ahoga con el ajuste, pero también con la represión. Mientras definen el poroteo voto a voto, bien en modo casta, una masiva movilización de protesta se realiza frente al Congreso. Como siempre, un toquecito de represión para evitar que se sume más gente a la marcha. Todo de manual. Foto: Antú Divito Trejo

Después de una durísima jornada de represión de la Policía de la Ciudad, compartimos las fotos de nuestro compañero Antú Divito Trejo, uno de los trabajadores de prensa baleados durante la violenta avanzada de las fuerzas de seguridad contra una manifestación que reclamaba alimentos para los comedores de las organizaciones sociales. Gracias a todas y todos por la solidaridad. Antú está bien y con su capacidad intacta para captar la realidad, aun en estas condiciones inaceptables.

Ayer por la tarde la Policía reprimió a las personas que estaban concentradas frente al Cine Gaumont, en defensa del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y de la cultura nacional. Las y los integrantes de La Retaguardia que estuvieron presentes también recibieron golpes y gases por parte de las fuerzas de seguridad, que avanzaban contra la gente al grito de “zurdos de mierda”. Hay 4 personas detenidas. Texto: Agustina Sandoval LernerEdición: Pedro Ramirez OteroFotos: Natalia Bernades Videos: Agustina Sandoval Lerner / Natalia Bernades Finalizando la conferencia de prensa que se realizó en las puertas del cine, con la participación de personas destacadas de la cultura, militantes, además de algunas y algunos dirigentes políticos, las personas que rodeamos el Gaumont, gritábamos y cantábamos en defensa de lo que es nuestro y quieren quitarnos. La convocatoria fue tan masiva, que fue imposible quedarse en la vereda, tal como establece el famoso protocolo antipiquetes. Tomamos la Avenida Rivadavia. La llenamos de banderas, consignas y gritos furiosos. Estudiantes, docentes, laburantes, cinéfilos/as, militantes, partidos políticos, actores y actrices, prensa de medios de comunicación y asambleas barriales, fuimos testigos de cuánta fuerza tiene la lucha por la cultura nacional. Al poco tiempo de tomar la avenida, fuimos empujados brutalmente para que volvamos a la vereda. No importó hubiera niños ni personas mayores. La gente, desesperada por la imagen repentina de las fuerzas policiales uniformadas y armadas en lo que era una concentración pacífica, corría y empujaba a cualquiera que tuviera adelante, hasta llegar a la vereda o cruzar a la Plaza del Congreso. 14 de Marzo 2023 Represion Cine Gaumont Foto Natalia Bernades 14 de Marzo 2023 Represion Cine Gaumont Foto Natalia Bernades Uno de los primeros detenidos. Repartieron gases y palos indiscriminadamente. No contentos con habernos atemorizado, y habiendo logrado lo que querían, desfilaban en motos, con las armas en mano, riéndose de quienes nos encontrábamos allí, al grito de “zurdos de mierda”. “Zurdos de mierda”, clarito se escuchó. Palabras que son un claro intento de provocación, pero que no podemos dejar pasar. No podemos permitir, ni hacer silencio acerca de ese trato. Ni las palabras, los modos, gases, golpes, patadas y palazos. 14 de Marzo 2024 Represion en Cine Gaumont Foto: Natalia Bernades 14 de Marzo 2024 Represion en Cine Gaumont Foto: Natalia Bernades Ayer el pueblo volvió a demostrar en las calles que no permitirá más avasallamiento. Ayer, el reclamo y la movilización fue en defensa de lo nuestro. Del cine nacional. Mañana seguiremos encontrándonos bajo otras consignas. Hasta que entiendan que no vamos a permitir más desmantelamiento, desempleo, hambre, pobreza. Dijimos basta, y lo seguiremos sosteniendo. Ni un paso atrás.

Ayer se realizó la primera audiencia judicial para resolver la legitimidad del protocolo represivo de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. El protocolo había sido puesto en acción durante las movilizaciones en las afueras del Congreso y en otras partes del país mientras se debatía la Ley Ómnibus. El pedido había sido realizado por la diputada porteña Cele Fierro, del FIT-U, y fue tomado por el juez federal Sebastián Casanello. En diálogo con el programa radial La Retaguardia, Fierro habló acerca de esta primera audiencia. Entrevista: Fernando Tebele / Pedro Ramírez OteroRedacción: Julián BouvierEdición: Pedro Ramírez OteroFoto: Archivo Natalia Bernades / La Retaguardia La semana pasada, en el medio de la celebración por la caída del tratamiento en la Cámara de Diputados y Diputadas de la Ley Ómnibus y su pase a comisión, la diputada porteña por el Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad (FIT-U), Cele Fierro, comunicó que el juez federal Sebastián Casanello tomó la resolución de intervenir en el pedido que había hecho la diputada por la aplicación del protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Casanello, en un principio, pidió que se respeten los estándares de Derechos Humanos a los que la Argentina suscribe a nivel internacional, y citó a una audiencia a las partes . Ayer fue la primera audiencia, donde estuvieron presentes Bullrich y otros funcionarios y funcionarias del Ministerio.  “El martes pasado llegó esta resolución del juez Casanello justo cuando estaba cayendo la Ley Ómnibus. Para nosotros fue muy importante porque después de 50 días que estuvo dando vueltas nuestra presentación, alguien la había tomado y no solo eso, sino que inició la causa. Y en esta resolución planteaba cosas que para nosotros son muy importantes, en términos de que el cumplimiento a lo que decía al Ministerio que se tenía que adecuar tanto a la Constitución Nacional, como a los tratados internacionales, y plantea que no lo está haciendo. Eso es un gran primer paso”, dijo la legisladora porteña Cele Fierro. Además, remarcó la importancia de haber logrado que la ministra de Seguridad y sus funcionarios se hayan presentado ante la Justicia. “Eso es un paso más, porque el protocolo está muy cuestionado. Pensamos que iban a querer bajarle el precio a la audiencia, pero la realidad es que, al iniciarse y tener tanta repercusión mediática esta crítica al protocolo, no iba a poder no dar la cara y tuvo que ir. Después se retiró antes de la audiencia, diciendo que tenía otro compromiso y que se había confundido con el horario. Pero estuvo, dio explicaciones y luego quedaron el resto de los representantes. Por otro lado, las preguntas fueron particularmente hacia el Ministerio de Seguridad, sobre explicaciones del protocolo, de la actuación de las fuerzas de seguridad. Porque hay un punto que Casanello pone en su resolución, y que fue casi el centro del debate, que es que el protocolo se toma atribuciones que le corresponden a los poderes legislativos y judiciales, que determinan qué es un delito y qué no. Eso lo definen las leyes del Congreso y lo interpreta la Justicia”, dijo Fierro.  El protocolo va en contra de los Derechos Humanos citados en la Constitución Nacional y en diferentes tratados internacionales. Y contra uno elemental: el de la protesta social. “Toman como un hecho de ‘flagrancia’, cualquier movilización. Entonces, las fuerzas de seguridad sin consultar con la Justicia, pueden actuar directamente reprimiendo como vivimos la semana pasada. Entonces, están vulnerando nuestros derechos. Ese fue uno de los puntos de la audiencia”, planteó.  La audiencia terminó antes de lo pautado y el juez federal llamó a un cuarto intermedio hasta el 21 de febrero. “Si bien no está la resolución y todavía no se ha suspendido el protocolo ni se declaró inconstitucional, creemos que es un paso importantísimo, porque demuestra que el protocolo está discutido, está cuestionado. Ellos le intentan bajar el tono a las críticas que hizo la ONU (Organización de las Naciones Unidas), pero acá lo que se tiene que cumplir son los acuerdos y pactos internacionales que en nuestro país tienen rango constitucional”, concluyó Fierro. 

Agustín Lecchi, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), realizó un análisis de la actualidad de los y las trabajadoras de prensa que cobran sueldos por debajo de la línea de pobreza. En diálogo con el programa radial La Retaguardia, hizo referencia a las últimas jornadas de represión en los alrededores del Congreso, donde la prensa fue particularmente apuntada: “El objetivo político es silenciarnos”, dijo.  Entrevista: Fernando Tebele / Pedro Ramírez OteroRedacción: Nicolás Rosales Edición: Pedro Ramírez OteroFoto: Archivo Emiliano Rojas Salinas / La Retaguardia Las paritarias para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras, en estos primeros meses de gobierno de Javier Milei, parecen ser hasta el momento una utopía.  Acerca de las paritarias en los medios comerciales de comunicación, Agustín Lecchi, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), comentó: “Vienen pésimas, muy mal. A uno no lo sorprende, pero de todas maneras hay que decirlo, el nivel de insensibilidad es total de la secretaría de medios y alcanza niveles brutales. Tras dos meses de negociación salarial la propuesta del gobierno es cero. Para prensa escrita ofrecieron un voucher de 80 mil pesos para todo el mes de enero y para recién cobrar en marzo teniendo en cuenta que han pasado meses con 20, o 25 puntos de inflación”.  Lecchi planteó que la situación es muy angustiante para los trabajadores y trabajadoras que ven “depreciar su salario” todos los días. “Esto es una vergüenza, para que tengan una idea, un redactor por convenio de Clarín o Infobae cobra 200 mil pesos en mano, estamos ya en la línea de indigencia. Ya hemos hecho las denuncias, seguiremos haciendo paros y para eso tenemos un plan de lucha”, dijo.  Por otra parte, expuso algunos datos preocupantes que surgen de la última encuesta que realizó el sindicato el día del periodista: “Relevamos que más del 57% tiene dos o más trabajos, es el pluriempleo. La situación se fue agravando, particularmente en los últimos seis años. Perdimos más del 50% del poder adquisitivo, eso surgió en noviembre pasado y con la devaluación de diciembre se potenció. Creo que hay que movilizarse y estar en la calle”.  En los últimos días, se vivieron situaciones de represión en las calles alrededor del Congreso de la Nación donde se estaba tratando la Ley Ómnibus. Diversas organizaciones sociales, partidos de izquierda, y la prensa fueron víctimas del protocolo antipiquete que incluyó balas de goma, palazos, y gases sobre quienes se manifestaban.  “Creo que esto se retrotrae a un ajuste brutal que está llevando adelante Milei y que implica métodos para llevarlo adelante. Con el DNU que es institucional, con el papelón que vimos en el Congreso donde se termina cayendo la sesión por la extorsión a gobernadores, diputadas y diputados a plena luz del día, porque lo vimos todo. Y para que pasen estas políticas antidemocráticas necesitan la represión, y a la vez necesitan silenciar a la prensa. Entonces somos un blanco directo del Gobierno nacional y en particular de la ministra (de Seguridad) Patricia Bullrich. Se hace evidente. De  70 manifestantes heridos, 35 eran trabajadores de prensa. El objetivo político es silenciarnos”, dijo el secretario general del SiPreBA.  Acerca de la situación de los medios públicos, Lecchi, quien es trabajador de la TV Pública, reflexionó: “La intervención de los medios públicos es preocupante. Hemos presentado un amparo en la Justicia que se está tramitando. La intervención está basada en el DNU y es totalmente irregular. Tenemos un apoyo muy grande en el Congreso de la Nación para rechazar la privatización de los medios públicos y eso nos pone muy contentos”.  Por último, el secretario general del SiPreBA comentó que el sindicato realizó junto al CELS y ARGRA una presentación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el ataque directo contra 35 periodistas, fotógrafos y fotógrafas durante los tres días de represión de la semana pasada en el Congreso. En su respuesta a la presentación la comisión señaló “la CIDH reitera que la protesta y manifestación pacífica es un elemento esencial en las sociedades democráticas y que el Estado debe respetar, proteger, facilitar y garantizar el derecho a la libertad de expresión y reunión pacífica. En contextos de protestas, el uso de la fuerza es un recurso último y excepcional, que debe limitarse a circunstancias en las que se acredite la legalidad, absoluta necesidad y proporcionalidad del mismo. El actuar de las fuerzas civiles y policiales para garantizar la seguridad de las personas y el orden público, debe estar orientada con estricta observación al respeto a los derechos humanos y estándares interamericanos, según protocolos existentes para tales fines”.

Mientras se debatía en el Congreso de la Nación la Ley Ómnibus, el abogado de derechos humanos Matías Aufieri estaba realizando un relevamiento sobre la brutal represión que se daba en las inmediaciones. La policía le disparó y el proyectil impactó directo en su ojo izquierdo. Aún no sabe si recuperará la visión. Redacción: Camila CataneoEdición: Fernando Tebele Fotos represión: Antú Divito Trejo / La RetaguardiaFoto Chile: archivo Natalia Bernades / La Retaguardia La tarde del 1 de febrero de 2024, Matías Aufieri estaba dentro del Congreso de la Nación mientras se desarrollaba la segunda sesión para debatir la  Ley Ómnibus. Como integrante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) es asesor de la bancada del Frente de Izquierda (FIT-U). Decidió salir para hacer un relevamiento del accionar de las fuerzas de seguridad en el marco de la brutal represión que se desataba en las inmediaciones. Matías observó que se estaba llevando adelante un inmenso operativo represivo. La Gendarmería, la Policía Federal, la Policía de la Ciudad y Prefectura Naval habían tomado las calles. Los carros hidrantes y diferentes grupos de policías motorizados recorrían la zona. Allí estaban las y los manifestantes que desde el primer momento se movilizaban de manera pacífica. Seguramente no imaginaba que fuera a convertirse en el herido de mayor gravedad de los tres días de represión.  Luego de superar la primera de las varias operaciones que le esperan para tratar de recuperar la visión de su ojo, Aufieri se presentó como querellante en la causa que ya se había abierto por otra denuncia ante el Juez Federal Julián Ercolini. Allí relató que la primera represión que vio fue de parte “de un grupo de efectivos contra militantes de la juventud radical que se encontraban charlando detrás de un auto”. Allí, según su relato, observó banderas de Asambleas populares y partidos de izquierda. Aseguró que los manifestantes estaban sobre la vereda pero “a pesar de esto, efectivos de la infantería de la Gendarmería Nacional comienza a golpearnos empujándonos con los escudos hacia la calle”. Por su oficio, registró que eran las 20:50 cuando “30 policías de la Policía Federal Argentina, a bordo de unas 15 motocicletas” dieron arranque al peor momento. “Aceleraban los motores a efectos de producir un sonido intimidante o para provocar la reacción de los manifestantes que se encontraban allí pacíficamente”. Aufieri asegura que no consiguieron su objetivo, entonces “algunos policías que ocupaban el asiento de atrás de las motos comenzaron a arrojar gases” que provocaban dolores en el cuerpo y afecta a la respiración. Con las escopetas apuntaron directamente a la altura de la cara. “Disparaban a muy pocos metros de distancia, directamente a los rostros de los manifestantes. Es así que un disparo de bala de goma impacta en mi ojo ocular izquierdo produciéndome el estallido de mi globo ocular y la pérdida de visión del mismo”. En su denuncia, Aufieri dice que se percató “inmediatamente de la gravedad de la herida. Sentía un dolor intolerable en mi ojo y del mismo comenzó a brotar un hilo de sangre”. Matías le pidió a una mujer que no conocía que lo ayude a salir de esa zona. Luego se encontró con el Guillermo Ermili, secretario parlamentario de la bancada de diputados del PTS–FIT, quien lo llevó a un lugar para que lo asistieran urgentemente. La policía continuaba tirando gases y balas de goma a quemarropa. Hasta poder resguardarse fueron nuevamente heridos por balas y gases. Ermili recibió un impacto de bala en la espalda. En Rivadavia se cruzaron con Alejandrina Barry, legisladora de CABA, y con el abogado Carlos Platkowski, quienes lo llevaron al Hospital Santa Lucía para que le curen la herida. Luego se dirigió a la Clínica Bazterrica pero no tenían guardia oftalmológica y fue derivado al Instituto de la Visión. Según los médicos, la lesión era grave. Tiene dañada la córnea, el iris y, una hemorragia que se denomina 360° más una catarata contusa. Allí fue intervenido de urgencia. Tras la operación, Aufieri realizó la denuncia en la Justicia y pudo recolectar los diferentes registros fotográficos y audiovisuales de medios de comunicación y fotoperiodistas que cubrieron aquella jornada. Días más tarde, el juez federal Sebastián Casanello dictó una cautelar para frenar el protocolo represivo de la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. De esta manera, el Gobierno tendrá que “adecuar” el accionar de las fuerzas de seguridad a los estándares internacionales de derechos humanos. La historia de Matías Aufieri hace recordar lo que sucedió entre octubre del 2019 hasta marzo del 2020 cuando se produjo el estallido social en Chile. En ese entonces, las fuerzas de seguridad reprimieron brutalmente a quienes se manifestaban en las calles con gases lacrimógenos, balas de goma y plomo. Tenían la orden de disparar hacia los ojos. Se registraron más de 8.000 víctimas de violencia estatal y más de 400 casos de trauma ocular. El mismo modus operandi se replicó en diferentes países de Latinoamérica como Colombia, Ecuador y Perú. Incluso pasó en nuestro país en 2019 luego de la aprobación de la reforma constitucional de Jujuy. Aufieri está tranquilo más allá de la preocupación. “Estoy esperando a que puedan avanzar en más operaciones para ver si se logra recuperar algo de la vista”, le aseguró a La Retaguardia. “Estoy bien de ánimo, muy acompañado, y mucho cariño que me llega de todos lados”, señaló.  Más allá de su entereza su caso preocupa, no solo por el hecho de si recuperará su visión, sino también por la sensación de que, lejos de un caso aislado, pueda revelarse como el primero de otros que puedan pasar por la misma situación. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Coord Víctimas Trauma Ocular (@victimastraumaocular)

Patricia Bullrich dice que quiere cuidarnos a quienes registramos situaciones como las de estos dos días. No le creemos. Es más, creemos todo lo contrario: no solo no quiere cuidarnos, pretende que no registremos lo que sucede. Más de 30 personas que trabajan en medios de prensa sufrieron heridas ayer. Uno de ellos, Antú Divito Trejo, es integrante de La Retaguardia. En esta publicación puede verse cómo quedó tras recibir el gas. Y también se ve por qué lo atacaron, ya que están algunas de sus fotos anteriores al hecho. Antú cumplirá 24 años en los próximos días. Es parte de la juventud que pelea por su futuro. Eligió como herramienta una cámara de fotos y ser parte de un medio comunitario. No solo no vemos delito en ello. Vemos, antes que nada, un derecho, no solo suyo, sino de la población, que es el derecho a la información.Compartimos su trabajo brillante y el relato de la agresión.  Fotos: Antú Divito Trejo / La Retaguardia   “La situación era en la medialuna del Congreso en la zona donde paran los colectivos sobre Entre Ríos. La policía motorizada empezó a disparar balas de goma. Yo le estoy sacando fotos a un muchacho que está gritando y veo cómo vienen los efectivos y se los llevan puesto. Lo apresan contra el piso entre tres y había otro atrás. Yo creo que era una mujer la que me tiró el gas en la cara, no lo puedo asegurar, pero tengo esa imagen como recuerdo. Estoy sacando fotos. Cuando bajo la cámara de la cara me tiran gas directo a los ojos, directo a toda la cara. Cuando me pasa esto yo cierro los ojos, me doy vuelta y salgo corriendo para las columnas de las agrupaciones de izquierda y es ahí que me refugio con con ellos. Me limpian la cara con leche, me ayudan a sacarme un poco todo lo que es el gas y es ahí cuando se graba el video y se me ve en el estado que estaba, que ya está bastante afectado”.

Ayer, durante el debate de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados y Diputadas, la Policía Federal, Prefectura, y Gendarmería reprimieron a quienes se manifestaban afuera del Congreso. El periodista Ernesto Torres estuvo en las calles y fue alcanzado por el gas pimienta. En diálogo con La Retaguardia, Torres dijo que le generó un ardor mayor que en otras represiones, y se suma a las denuncias de otras personas que sufrieron quemaduras por el gas.  Entrevista: Fernando Tebele Redacción: Julián BouvierEdición: Pedro Ramírez OteroFotos: Emiliano Rojas Salinas / La Retaguardia Anoche, luego de 11 horas y media de debate en la Cámara de Diputados y Diputadas, llamaron a un cuarto intermedio. Se estima que esta tarde se votaría la ley. Mientras tanto, en las afueras del Congreso, las diferentes fuerzas de seguridad reprimieron a quienes se manifestaban.   El periodista Ernesto Torres estaba cubriendo la manifestación y fue reprimido con gas pimienta. Contó que durante la tarde del miércoles comenzaron las provocaciones y el avance de las fuerzas de seguridad. “Los policías fueron corriendo a los compañeros y compañeras de la asamblea hacia atrás por Rivadavia, para separarlos del grupo que nunca dejó de estar frente al Congreso de la Nación. Ahí fueron las agresiones más importantes de las fuerzas de seguridad, que avanzaron las tres juntas: Policía Federal, Gendarmería y Prefectura Naval. Nos agredieron y gasearon. De hecho, tengo los brazos ardidos completamente porque me han gaseado una parte importante del cuerpo”, dijo. En el mismo sentido, Franco Capone, médico residente del Hospital Penna que participó de las postas sanitarias grabó un video en el que explica cómo evitar el dolor. La única manera sería quitar el gas de la piel, y para eso recomienda utilzar leche. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Pañuelos en Rebeldia (@panuelosenrebeldia) Torres dijo que ya había sido reprimido en otras ocasiones pero remarcó que, esta vez, el gas pimienta tenía un color mostaza y le generó mayor ardor. “El color mostaza me quedó impregnado en la gorra del SiPreBa (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), que es blanca y negra. Toda la parte blanca quedó color mostaza. Como en aquellas represiones al pueblo chileno por parte de los Carabineros a la revuelta popular, que habían hecho una sopa química. Es la inventiva de estos sádicos”, contó. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) realizó un pedido de información al Ministerio de Seguridad por el operativo y por el gas pimienta que utilizaron para la represión.

Eso le dijo un policía a Martin Brunas, trabajador de prensa y secretario de Comunicación de Unidad Popular CABA cuando lo detuvieron en Avenida Corrientes durante la protesta en contra del DNU. En diálogo con el programa Otras Voces, Otras Propuestas, explicó: “Estaba filmando un despliegue policial excesivo y una detención brusca a un delivery y ahí me agarraron varios policías, me golpearon, sujetaron esposándome y me rompieron la mochila y el celular”. Además, contó que estuvo dos horas demorado en una camioneta policial de detenidos y que, a través de un vidrio roto pudo gritar al exterior que llamen a un abogado. Por último, declaró que recién a las seis horas de permanecer en la comisaría pudo comunicarse con su abogado. Fue trasladado varias veces y liberado durante la noche. Foto: Victoria Gesualdi (Télam) Podés escuchar la entrevista completa acá: Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de La Retaguardia (@laretaguardia)