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Desaparecidos La Tablada

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Desde El Diario del Juicio realizamos un primer análisis de la lectura del veredicto que se realizó el viernes 12 de abril a las 12:35. La opinión de uno de los abogados de la querella, Ernesto Lombardi, que da sus fundamentos de por qué consideran que el fallo es histórico, más allá de que no haya otorgado la cárcel común que correspondería. Se vienen otros juicios por las violaciones de derechos humanos en La Tablada. También publicamos en este envío, el audio de la corta lectura del juez Mancini, el video y las fotos del veredicto. Ernesto Coco Lombardi estaba emocionado, como todos y todas después del cierre del juicio. Estaba preocupado también por que no quedara sin ser aplaudido nadie que hubiera participado de la intensidad de estos meses de debate. Incluso en algún momento quedó conduciendo de algún modo la Radio Abierta que La Retaguardia, La Caterva y Agencia Paco Urondo montamos en la calle. Una vez terminado ese acto emotivo, en el que junto al resto del equipo jurídico (Pablo Llonto, Liliana Mazea y la hija de Coco, Susana Lombardi) recibieron unas carícaturas de Sergio Paz, sobreviviente de La Tablada, Lombardi se detuvo para realizar un primer análisis del veredicto junto a El Diario del Juicio. “Se aceptó la coautoría. A diferencia de la fiscalía que pedía que lo condenaran como autor, nosotros pedimos que se considerara a Arrillaga coautor. Esto quiere decir que hubo otros que participaron, y el tribunal así lo entendió”. El abogado militante resaltó, además de la condena, un punto que quizá pueda pasar desapercibido. “Nosotros hicimos una serie de peticiones adicionales, entre ellas que se reconociera el daño que había sufrido la víctima, como tal, por parte del Estado. Y que como parte de ese daño se le hiciera una reparación simbólica, que es lo que hace la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Y solicitamos que para eso quedara expresamente indicado que el tribunal, como parte del Estado, como Poder Judicial, consideraba esta sentencia como un gesto de reparación histórica, y esto es lo que quedó plasmado en el punto 5 del veredicto”.Otras fuentes consultadas por El Diario del Juicio, que actúan habitualmente en causas por crímenes de lesa humanidad, nos ratificaron que se trata de un hecho sin precedentes, y que es la primera vez que el Estado reconoce el daño que ha generado y lo plasma en una condena durante un juicio. “Si bien se nos rechazó la petición de que se reconociera el homicidio de Díaz como un crimen de Estado, con ese artículo se reconoce que hay un daño por parte del Estado al proyecto de vida de la víctima y que por eso el mismo Estado tiene que repararlo simbólicamente. Esto se viene reclamando desde hace mucho tiempo. Es muy novedoso y sienta un precedente muy importante”. Otro punto importante del alegato de la querella había sido la petición de enviar al juzgado de instrucción todas las denuncias que surgieron durante este juicio acerca del entramado de ocultamiento por parte del juzgado de Morón, que realizó la instrucción de esta causa mientras estuvo a cargo del ahora exjuez Gerardo Larrambebere. “El hecho de que se hayan remitido copias de todas las denuncias realizadas durante este juicio al juzgado correspondiente, que es el de Morón, implica que van a mandar copias para que, como nosotros pedimos, se investigue la responsabilidad de los altos mandos militares, del personal de inteligencia y también del aparato judicial a cargo de Larrambebere. Si bien no los nombra, al aceptar lo que les solicitamos, hace lugar a nuestras peticiones y eso le va a dar un impulso muy importante a la instrucción”. Cuando Lombardi se refiere a la instrucción y al impulso, da cuenta de que habrá otros juicios vinculados a las violaciones a los derechos humanos ocurridas en La Tablada; es decir: otros responsables por el asesinato de Díaz, y seguramente también juicios por los otros 3 desaparecidos: Iván Ruiz, Carlos Samojedny y Francisco Provenzano.El veredictoDESCARGAR Nora Cortiñas antes de la lectura DESCARGAR Video 1 A los 8′ Entrevista con Nora CortiñasA los 25′ la lectura del veredicto Video 2Radio Abierta después de la sentencia *Este diario del juicio por los desaparecidos de La Tablada es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva y Agencia Paco Urondo, con la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en http://desaparecidosdelatablada.blogspot.com

Tras un largo juicio donde quedaron demostrados los delitos de lesa humanidad que se cometieron en la “recuperación” militar del cuartel, el exgeneral Alfredo Arrillaga fue condenado a prisión perpetua como coautor penalmente responsable del homicidio con alevosía de José Alejandro Díaz, uno de los cuatro militantes del MTP que aún continúan desaparecidos. Ante el pedido de cárcel común el tribunal falló diferir esa decisión a cuando la sentencia quede firme. Asimismo, rechazó encuadrar esos delitos en el marco de crímenes de Estado como había solicitado la querella.En el día de hoy se conoció la sentencia en el primer juicio que se ocupó de las graves violaciones a los derechos humanos cometidos por las fuerzas armadas tras el intento fallido de toma del RIM 3 de La Tablada por parte del Movimiento Todos por la Patria en 1989. Matías Mancini, Esteban Rodríguez Eggers y Alejandro de Korvez, integrantes del TOFC 4 de San Martín, condenaron al exgeneral Alfredo Arrillaga a cadena perpetua como coautor del homicidio agravado por alevosía de José Alejandro Díaz, uno de los cuatro militantes del MTP que aún continúan desaparecidos. Antes de eso, el abogado querellante Pablo Llonto volvió a referirse a los archivos de la exSIDE, que fueron sumados al juicios hace algunas semanas. Reafirmó que José Díaz aparece allí “mencionado 18 veces como abatido”. También aseguró que en esos mismos archivos ahora desclasificados “hay 4 NN y 27 muertos”. Los 4 desaparecidos son José Díaz, Iván Ruiz, Francisco Provenzano y Carlos Samojedny. Los jueces siguiendo atentamente las últimas palabras de Arrillaga (Foto: El Diario dle Juicio) También hizo uso de la palabra el genocida. El exgeneral Arrillaga, que tenía antes de esta 5 condenas por delitos de lesa humanidad ocurridos en Mar del Plata, leyó sus palabras finales. Dijo que los presos por crímenes de lesa humanidad “somos los kelpers de esta sociedad. Hoy nos persiguen, procesan y encarcelan. Hacen museos de la memoria, ponen placas. No existe para nosotros Memoria, Verdad y Justicia”. Calificó a los testigos como “mentirosos”, por haber dicho que él negoció la rendición y que se presentó como Dios. Durante los 5 meses que duró el juicio fueron numerosos los testigos que derribaron la versión oficial que por 30 años le brindó impunidad a Arrillaga y sus secuaces. Y también se pudieron por primera vez demostrar en sede judicial las numerosas violaciones a los derechos humanos que allí cometieron las fuerzas armadas en la “recuperación” del cuartel. Arrillaga es el primer condenado, pero las/os familiares y compañeras/os que han impulsado la causa buscarán además lograr llevar al banquillo de los acusados a los autores materiales de tales delitos. Ésta vez se logró justicia por el caso de Jose Alejandro “Maradona” Díaz, quien contaba por entonces con 29 años. Es de esperar que próximamente puedan realizarse otros juicios donde se sepa.la verdad de lo que pasó con los otros tres militantes del MTP que aún permanecen desaparecidos: Iván Ruiz (muy presente en este juicio, ya que se rindió el 23 de enero de 1989 junto a Díaz), “Pancho” Provenzano y “El Sordo” Samojedny. Como así también puedan juzgarse las torturas y apremios ilegales a que fueron sometidas/os quienes lograron sobrevivir a la masacre comandada por Arrillaga. *Este diario del juicio por los desaparecidos de La Tablada es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva y Agencia Paco Urondo, con la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en http://desaparecidosdelatablada.blogspot.com

Un grupo de organismos de derechos humanos nucleados en la Mesa de Organismos, elaboraron un comunicado público a días de la lectura del veredicto en el primer juicio por las despariciones en la represión tras el intento de toma del RIM 3 de La Tablada. Aquí compartimos el documento.Los organismos de derechos humanos abajo firmantes saludamos la realización, después de 30 años, del juicio oral por el homicidio y posterior desaparición de José “Maradona” Díaz que tiene como único imputado al Gral (R) Alfredo Arrillaga, responsable de la represión que siguió a la toma del cuartel de la Tablada por parte de integrantes del MTP el 23 y 24 de enero de 1989; a la vez que condenado a prisión perpetua por su participación en la Noche de las corbatas y otros delitos de lesa humanidad cometidos en la última dictadura cívico-militar.Como ha quedado en evidencia durante el juicio, un sector del poder judicial trabajó para la impunidad de los responsables militares, avalando una coartada construida entre militares y funcionarios judiciales para la ocasión.  Que se concrete este juicio sólo ha sido posible por la militancia  de los sobrevivientes, ex presos y presas, los familiares de las víctimas y los Organismos de Derechos Humanos que reclamaron por la memoria, la verdad y la justicia a pesar de los obstáculos que han puesto diversos gobiernos, el poder judicial y el ejército.La otra evidencia que surge de todos los testimonios es que estando en plena democracia los militares violaron los derechos humanos con los mismos métodos de la última dictadura: torturas, ejecuciones sumarias y desaparición de personas.La fiscalía y la querella llevaron adelante una tarea imprescindible que debe ser apoyada, en el camino no sólo del juzgamiento de Arrillaga sino también para avanzar con nuevas imputaciones sobre todos los responsables de lo ocurrido. Expresamos nuestra solidaridad con las familias y los compañeros y compañeras que tanto han trabajado durante 30 años para saber la verdad sobre los cuatro detenidos desaparecidos.José Díaz, Iván Ruiz, Francisco Provenzano y Carlos Samojedny, ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!¡Memoria, Verdad y Justicia! Asociación Abuelas de Plaza de Mayo – Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora – Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas – H.I.J.O.S. Capital – Liga Argentina por los Derechos Humanos – Centro de Estudios Legales y Sociales – Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte – Asamblea Permanente por los Derechos Humanos – Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza – Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz -Fundación Memoria Histórica y Social Argentina- Asociación Buena Memoria- Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos –Adhesiones:H.I.J.O.S La Matanza H.I.J.O.S Santa Fé H.I.J.O.S Salta – H.I.J.O.S Mar del Plata – H.I.J.O.S Tucumán – H.I.J.O.S Santiago del Estero – H.I.J.O.S Jujuy – Comisión Provincial por la Memoria (Provincia de Bs. As)- Comisión por la recuperación de la memoria Campo de Mayo; HIJOS de victimas de desaparición forzada y de asesinato de Campo de Mayo (Zona4) – Sobrevivientes, familiares y compañerxs de campo de Mayo – Familiares de detenidos desaparecidos Moreno;  Moreno por la memoria – Asociación Seré por la memoria y la vida – Ex detenidos-desaparecidos Mansión Seré Zona Oeste – Grupo San Pablo Merlo Moreno – Comisión por la memoria, la verdad y la justicia Florencio Varela – Mesa de la Memoria de La Matanza – Comisión por la memoria militante de Necochea; A.P.D.H San Luis; Multisectorial de DDHH – Ushuaia; Zainuco – Neuquén – Ronda de las Madres de Plaza 25 de Mayo- Rosario; Familiares de Detenidos y Desaparecidos Políticos- Rosario; Asociación Anahí Argentina- filial Rosario; Colectivo Nacional ex presxs politicxs y familiares- Rosario;  Asociación Derechos Humanos, Cañada de Gómez, Santa Fé. – Red por el Derecho a la Identidad-Jujuy; Ex Detenidos Políticos Depto Ledesma; Familiares de Detenidos Desaparecidos- Calilegua; Asociación de DDHH Coca Gallardo- Salta; Asociación de DD.HH Lucrecia Barquet – Salta- Familiares de Detenidos Desaparecidos-Córdoba; Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas de Córdoba; Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba; Asociación de ex presos políticos por la Patria Grande – Córdoba; Mesa de trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba – Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras – UBA

El defensor oficial Hernán Silva pidió la absolución del militar Alfredo Arrillaga, único acusado en el primer juicio por los desaparecidos de La Tablada. Previendo un rechazo de este punto, dijo que no se sabía cómo había muerto José Díaz. Anticipándose a una condena, terminó pidiendo que no se le otorgara la cárcel común en el caso de ser condenado. El veredicto será el viernes 12 de abril. El Diario del Juicio transmitirá en vivo. “Sin embargo, no juzgar y no condenar el crimen sería fomentar la impunidad y convertirse, de algún modo, en su cómplice. Es de curiosa observación que los militares, que abolieron el Código Civil y prefirieron el secuestro, la tortura y la ejecución clandestina al ejercicio público de la ley, quieran acogerse ahora a los beneficios de esa antigualla y busquen buenos defensores. No menos admirable es que haya abogados que, desinteresadamente sin duda, se dediquen a resguardar de todo peligro a sus negadores de ayer”. Así cierra el texto Lunes 22 de julio de 1985. Lo escribió Jorge Luis Borges después de haber asistido a la audiencia del histórico Juicio a las Juntas. Presenció la declaración de Víctor Basterra, que duró 6 horas y fue una de las más significativas, porque luego abriría la chance de juzgar a los genocidas de la ESMA con contundencia a través de las fotos que el testigo rescató del infierno. Durante ese juicio regía a pleno la teoría de los dos demonios. Tanto que la sentencia intentó no dejar bien parado al testigo, confundiendo el trabajo forzado que debieron realizar quienes sobrevivieron, con una colaboración que nunca fue. La historia se encargó luego de poner las cosas en su lugar: los genocidas siguen siendo condenados, sobre todo por el aporte de los y las sobrevivientes, que ahora tienen el reconocimiento que se merecen.Algo similar viene ocurriendo con los hechos de La Tablada. La justicia, apenas meses después de los hechos ocurridos en enero de 1989, más que aplicar la teoría de los dos demonios, se empecinó en que hubiera uno solo: los y las militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP). Quienes sobrevivieron sufrieron durísimas condenas y pasaron entre 8 y 14 años presos. De juzgar a los militares, ni hablar, hasta ahora; aun cuando se denunciaron las torturas y desapariciones desde el primer momento. Sin embargo, 30 años después, este juicio -del que solo queda conocer el veredicto el 12 de abril- parece haber llegado para torcer esa historia de injusticia e impunidad.El lunes pasado, el defensor oficial de Alfredo Arrillaga, Hernán Silva, alegó intentando quitarle de encima las responsabilidades al único imputado, que ya tiene 5 condenas por delitos de lesa humanidad ocurridas en Mar del Plata durante el genocidio. Lo primero que hizo fue lo mismo que hacen todos sus colegas: pedir la prescripción de los delitos. Es decir, que ya pasó el tiempo legal para juzgarlo. Seguramente, la lectura del veredicto comenzará con el rechazo de este y otros planteos de la defensa. Luego vendría la condena.Silva lo presentó a Arrillaga como a un general democrático. Lo trajó otra vez al entonces presidente Raúl Alfonsín -ya lo había hecho Arrillaga en su indagatoria de hace algunas semanas-, esta vez para decir que fue un presidente de izquierda (“aunque no de la izquierda revolucionaria”, aclaró por si hiciera falta) y que como tal no hubiera aceptado que sucedieran las cosas que sucedieron.Vestido con traje gris, adelantando siempre sus manos a sus palabras con gestos ampulosos, Silva utilizó buena parte de su tiempo para negar la evidente complicidad judicial que surgió en este juicio: “que alguien me explique por qué no lo sobreseyeron totalmente a Arrillaga para hacerlo pasible de la cosa juzgada”. Habría que preguntarle a Larrambebere, pero la impunidad puede ser una respuesta posible; es decir, que se pensara que este juicio no iba a llegar nunca. También dijo, aunque sea claramente comprobable lo contrario, que Arrillaga fue siempre el único imputado. En realidad, el militar Jorge Eduardo Varando no está en este juicio solo porque falleció, ya que también estaba imputado.Mientras tomaba Coca Cola sin azúcar permanentemente desde la botellita de plástico, o eventualmente jugando con un breve jopo que cae sobre su frente, el abogado pidió la absolución de Arrillaga basado en que “no sabemos ni cuándo ni cómo ni dónde murió Díaz. Podríamos pensar, por ejemplo, que murió por el balazo que recibió en la cabeza”. Si bien está comprobado que Díaz tenía una herida en su cabeza y que uno de los colimbas desertores le dio su camisa para que se vendara, luego puede verse a Díaz, en fotos y videos, caminar e incluso responder a la orden de arrodillarse mientras le apuntaban con un fusil. Silva reconoció el “derecho de los familiares a saber la verdad”, aun cuando consideró que su defendido no puede ser condenado en esta causa.“No queda otra alternativa para proteger el derecho de la defensa de Arrillaga que su absolución”, dijo varias veces. El testigo estrella “Si les parece monocorde mi tono, me piden y hacemos un cuarto intermedio”, se excusó en un par de segmentos ante el tribunal. Salvo una interrupción al mediodía, más por el almuerzo que por el tono monocorde, los jueces Mancini, Rodríguez Eggers y De Korvez permitieron la continuidad de la intevención del defensor. Aunque esta vez cambiaron sus ubicaciones, que habían mantenido hasta aquí durante todo el juicio.En un par de pasajes de su discurso, Silva se refirió a José Alberto Almada. Lo apodó “el testigo estrella”. Almada es uno de los militares que rompió el pacto de silencio, y que relató que vio cómo se llevaban a Diaz y a Ruiz en un Ford Falcon blanco, Más que rebautizándolo, no aportó ninguna razón subjetiva u objetiva por la que desechar su testimonio. Solo un endeble: “es el único que declara eso”. En el caso del otro testigo clave, el exmilitar César Ariel Quiroga, que desarmó la trama de complicidad judicial. ni lo nombró. Como ya explicamos líneas

La querella y la fiscalía coincidieron en pedir prisión perpetua para el exgeneral Alfredo Arrillaga, como autor mediato de homicidio con alevosía en el caso de José Alejandro Díaz, en el marco del primer juicio por la represión contra los y las militantes del MTP, tras el intento de toma del RIM 3 de La Tablada en 1989. La querella fue mucho más allá que el fiscal, lo consideró coautor del hecho y pidió además cárcel común y una serie de “reparaciones”, entre las que resaltó el pedido para que el Estado financie la realización de un audiovisual que desande el camino cultural que llevó a la demonización de quienes en realidad sufrieron “un crimen de Estado dentro del estado de derecho”. Tras las intervenciones de Pablo Llonto y Liliana Mazea, parte del equipo de abogados/as que actuaron en este juicio, fue el turno de Ernesto “Coco” Lombardi. La larga lista de “38 afirmaciones, hechos totalmente acreditados” que presentó Lombardi comenzó con la acción inicial: un grupo del Movimiento Todos por la Patria ingresó a La Tablada con la convicción de impedir nuevos alzamientos militares. Indicó que “entre esos militantes ingresó Jose Alejandro Díaz, de 29 años”. Ante cada afirmación, el abogado querellante repasaba qué testimonios habían sido fundamentales para llegar a las conclusiones; en este caso, quienes lo habían visto en el cuartel o podían asegurar que allí estuvo: los entonces Daniel Salas, Daniel Humberto Valenti y Alejandro Gentile; el militar José Almada; los sobrevivientes Miguel Ángel Aguirre, Sergio Manuel Paz, Carlos Néstor Rodríguez, Joaquín Ramos, Roberto Felicetti, Carlos Motto y José Moreyra; y los periodistas Pablo Waisberg y Felipe Celesia, entre otros. Luego fue el turno de un dato clave que permitiría identificar a Díaz en las fotos y filmaciones que se conservan de aquel 23 de.enero de 1989: “fue herido en la cabeza, por lo que tenía una vincha que le cubría la herida”. Así se lo ve saliendo por una ventana de la guardia de prevención después del feroz ataque contra el edificio. “Se realizó un cerco que la sometió a un fuego desproporcionado”, definió Lombardi. Junto con él, en la guardia, se encontraban otros 10 militantes del MTP, 3 soldados y 3 desertores. “Desde un primer momento las fuerzas de Arrillga supieron que había conscriptos y desertores allí. La orden era no dejar a ningún militante del MTP con vida”, indicó la décima placa presentada por Lombardi. Previamente había explicado que el 23 de enero de 1989, aproximadamente a las 7:50, Arrillaga fue designado como Comandante de la recuperación. El plan criminal fue expuesto en la propia acción: “las personas dentro de la guardia, impedidos a salir por las balas, se encontraban condenados a morir en su interior por el fuego”. En tanto que “algunos fortuitamente lograron hacer ceder un barrote y escaparon, no corrieron la misma suerte los heridos, quienes murieron allí calcinados”. Este juicio oral y público permitió demostrar los pasos finales de la tragedia vivida por José Díaz e Iván Ruíz: “los soldados y desertores que logran escapar de la guardia se identifican con Naselli (primer uniformado con el que entran en contacto) y señalan como atacantes a Ivan y José”. Allí es cuando “Naselli ordena detener a Díaz y Ruiz, y el sargento Stegman los lleva con Varando”. “Ivan y José son sometidos a interrogatorio bajo tortura en los fondos del cuartel, por Varando, entre otros”, y luego “son trasladados al puesto de comando de Arrillaga, donde son torturados y sacados del cuartel dentro de un Ford Falcon blanco”. Esa fue la última vez que se los vio con vida. “Díaz y Ruiz fueron asesinados y sus cuerpos posteriormente desaparecidos”, afirmó Lombardi, que también consideró probadas por los testimonios las desapariciones de Samojedny y Provenzano, lo que seguramente derivará en nuevas causas que lleguen a instancia oral y pública más adelante. Parte del silencio que cayó sobre esta causa se debió a las operaciones orquestadas para ocultar la verdad. “Arrillaga desde el mismísimo 24 de enero de 1989 generó una amplia operación de encubrimiento”, explicó la querella. El exgeneral “alteró las circunstancias de la muerte de Esquivel creando una falsa coartada”, que cayó durante el juicio cuando el ambulanciero César Ariel Quiroga admitió que había sido obligado a mentir 30 años atrás, en el juzgado de Morón a cargo de Gerardo Larrambebere y con el joven secretario Alberto Nisman tomando las declaraciones falsas.El viernes pasado, en el segundo día de alegato de la querella tras un cuarto intermedio, Lombardi ocupó otras dos horas para terminar su intervención pidiendo prisión perpetua para Arrillaga.Parte importante de esa etapa final la ocupó el pedido de cárcel común, ya que el genocida, que fue condenado en cinco causas en Mar del Plata (en tres tiene perpetua), goza del beneficio de la prisión domiciliaria. “Démosle una oportunidad para que pueda arrepentirse. Mandémoslo a un lugar con todo lo que él requiera para tratarse si en algún momento tiene un problema, pero que también tenga la oportunidad de arrepentirse. Porque a esta edad, cuando realmente tenga tiempo de pensar y darse cuenta de que la sociedad lo ha condenado y mandado tras las rejas, tiene la oportunidad de decir: ‘y bueno… si total, esta medalla no es una medalla, es algo realmente muy triste, les voy a decir a las víctimas dónde escondí el cuerpo’”, sugirió en su fundamentación.En cuanto al pedido de condena sin que esté el cuerpo de la víctima, en este caso Díaz, Lombardi citó jurisprudencia en causas por crímenes de lesa humanidad ocurridas durante el genocidio, en las que se arribó a condenas habiéndose considerado que estaban probados los asesinatos, aun cuando los cuerpos estuvieran desaparecidos. Muchas de esas sentencias ya se encuentran reafirmadas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.  DESCARGAR Lombardi recordó algunas de las situaciones que se vivieron en el juicio, que dan cuenta del muy buen estado de salud del imputado. “Arrillaga tiene autonomía, tiene autovalidez, tiene excelente respuesta al strees, y tiene atención y concentración.

En un alegato está reunido todo lo que pasó en un juicio. Si se trata del primer juicio por los desaparecidos de La Tablada eso no es poca cosa. Entonces no sorprende que el alegato haya durado tantas horas y que no se llegara al final. Aquí un informe de la primera parte, que fue realizada por Pablo Llonto y Liliana Mazea, una de las abogadas históricas de esta causa. Llonto se refirió a documentos de la SIDE que avalan los asesinatos y las desapariciones. Mañana miércoles será un día de doble alegato, porque terminará la querella y realizará el suyo la fiscalía. El Diario del Juicio realizará una transmisión radial.Liliana Mazea fuma a cuatro manos. No hay cuarto intermedio en la que no se la vea detrás del humo. Durante todo el debate estuvo tomando notas y comparando lo que se escuchaba con declaraciones anteriores, metiendo la mano cada tanto en una bolsa con bizcochitos. Puede adivinarse la ansiedad de 30 años en esta abogada militante que fue una de las que estuvo acompañando a los y las militantes de La Tablada desde el primer momento, cuando no era fácil estar.Mazea habló una media hora. Utilizó su tiempo para responder (y refutar) diversos pedidos de la defensa, como los ya clásicos pedidos genocidas de nulidades y prescripciones que los diferentes tribunales terminan rechazando en la sentencia. Sobre el cierre, su voz se entrecortó. La emoción se apoderó de su cuerpo encorvado hacia el micrófono de la sala. “Querría, atento a la edad mía, pasarles a mis queridos colegas la bandera que enarbolaron las víctimas desde hace tanto tiempo pidiendo justicia. Y agradezco mucho a ellos que sigan entonces pidiendo justicia… Perdón —se interrumpió tomando aire para poder seguir—. Quisiera entonces acompañarlos con este verso de Pablo Neruda, que es muy largo pero que dice: ‘Por estos muertos, nuestros muertos, pido castigo. Muchas gracias”. El muchas gracias casi no se oyó, inundado en lágrimas. Se la dejó difícil a Ernesto Coco Lombardi, un abogado recibido después que su hija Susana, que siempre está sentada a su lado. Lombardi era intendente de Moreno cuando ocurrieron los hechos de La Tablada. Hoy es parte del equipo de Pablo Llonto que lleva adelante querellas en causas de lesa humanidad y en otras de violaciones a los derechos humanos, como esta. “Primero, señores jueces, permítanme, creo que en nombre de todos los abogados de esta querella, especialmente en nombre de mi hija y mío, vamos a tomar esa bandera, la vamos a enarbolar bien alto, y no dejaremos nunca de militar por la humanidad y por el respeto de los derechos humanos, haciendo de la historia de esta causa, que es la que acaba de hablar, también, una bandera de lucha, de sacrificio, ad honorem, por todos aquellos injustamente humillados. Gracias… La tomamos”. Pocos momentos en el juicio tendrán tanto valor simbólico y emotivo como ese pase de bandera en una causa de camino tan sinuoso como ha sido el de la justicia para los y las militantes que sufrieron en La Tablada las peores formas del terror implacable del Estado.  DESCARGAR Los documentos de la SIDE Si el alegato actúa como ordenador de las pruebas, por lo tanto es difícil que entregue novedades, esta vez fue la excepción. Casi al final de la jornada, Pablo Llonto sorprendió al hacer mención a un documento de la AFI (Agencia Federal de Informaciones, por aquel entonces SIDE) sobre La Tablada. Esos documentos reservados fueron pedidos durante el debate. Hace algunas semanas, el presidente del tribunal, Matías Mancini, anunció que habían llegado las carpetas y que quedaban a disposición de las partes. Allí saltó la novedad. Después de saludar que la AFI entregue información sobre crímenes políticos, fue al detalle. “Con el valor A1 (fuente completamente confiable y confirmada por otras fuentes) y PPM (por propios medios, no por los medios de comunicación), está el nombre de José Maradona Díaz y al lado tiene un número 2. Ese número 2 quiere decir: abatido. O sea que ya lo sabían a través de la SIDE, a los pocos días. Luego dice que hubo 27 abatidos y 4 NN, que no sabemos a quiénes se refieren. Más tarde, el 2 de febrero de 1989, colocan entre los abatidos a Francisco Provenzano”. Esa fue la gran novedad de la jornada. Antes de Mazea, durante 25 minutos, Llonto realizó la primera parte del alegato. Ante la mirada atenta de Carmen Lareu (la madre de Claudia, que murió en La Tablada) y de Nora Cortiñas, comenzó abriendo un trípode especial desde donde partir. “Las tres vías que nos enseñaron las madres, algunas de ellas aquí presentes, fueron: Memoria, Verdad y Justicia. Con esas tres vías venimos a este alegato. Esas tres consignas no son solo para recordar en estos días especiales de marzo, sino que son consignas para aplicar. Pedimos que se apliquen porque creemos en la Vía Argentina que ha recorrido gran parte de las sentencias en el resto del mundo también, para intentar pelear por ese Nunca Más, y que no vuelvan a ocurrir esas graves violaciones a los derechos humanos en la Argentina y en el mundo”. Situó claramente el comienzo de la búsqueda de justicia en el mismo día de los hechos. “En el caso de La Tablada, aquellas tres consignas se empezaron a aplicar el 23 de enero de 1989. Desde aquel día se empezaron a denunciar las violaciones a los derechos humanos. Las primeras denuncias fueron realizadas a las pocas horas. El 24 continuó, y también los días posteriores”, sostuvo el abogado, que se afirmó en que las denuncias iniciales están probadas tanto por los documentos que recientemente recibió el tribunal por parte de la AFI, como en el libro que publicaron Pablo Waisberg y Felipe Celesia, La Tablada A vencer o morir, que es prueba en la causa. “Se hicieron esas denuncias vía Uruguay, por comunicados, publicaciones periodísticas, a través de las primeras denuncias de los pocos sobrevivientes. Tiempo después se hicieron en la

En una nueva audiencia del juicio que busca saber qué pasó con José Díaz, uno de los cuatro desaparecidos de La Tablada, le tocó el turno de hablar al responsable de tanta barbarie. El ex General Arrillaga amplió su declaración, envuelto en la férrea voluntad de negar lo innegable y sostener la impunidad que lo acompañó 30 años. Antes de comenzar, el tribunal le consultó si podíamos registrar su testimonio en formato audiovisual, en vivo, a lo que Arrillaga se negó. Foto: Arrillaga declarando frente al mapa de La Tablada (Gustavo Molfino) “No voy a aceptar preguntas”, fue lo primero que dijo ante la consulta del tribunal. Y a partir de allí desplegó, durante casi dos horas, argumentos que han sido rebatidos por numerosas pruebas durante este ejemplar proceso llevado a cabo por el TOCF4 de San Martín. La principal estrategia esgrimida por Arrillaga (y que permite anticipar cuál será la línea argumental del alegato de la defensa) fue intentar relativizar su responsabilidad en los hechos a partir del descontrol represivo que se vivió durante la “recuperación militar” del cuartel. “El combate de La Tablada se caracterizó por una gran desprolijidad”, indicó. Entre los factores que incidieron para que esto sucediera mencionó “la sorpresa ganada por los terroristas al iniciar el ataque”, “el accionar desprolijo de la policía”, “que esto sucedió durante la licencia del Ejército y coincidiendo con el cambio de guardia en la unidad”, “el poder de fuego de los terroristas, que se apoderaron de elementos, y que tenían armamento más moderno que el del Ejército”, y “los refuerzos heterogéneos que llegaban al cuartel, para reforzar el cerco”.Otro de los puntos centrales con los que intentó limitar su responsabilidad en los hechos, fue sostener que  carecían de comunicaciones durante la recuperación. “Llegamos al punto crítico de la falta total de comunicaciones que impedía una conducción centralizada”, alegó. E insistió en la idea de que esto “le impedia al comandante conocer lo que estaba pasando del otro lado del cuartel” que provocó según Arrillaga “la falla de la conducción centralizada”. Haciendo cosas raras Sin dudas, lo que más dolió de la exposición del genocida Arrillaga fue la liviandad con que se refirió a la represión desatada en La Tablada. El discurso de impunidad de los militares genocidas volvió a escucharse en boca de este exgeneral ya condenado cinco veces por delitos de lesa humanidad en Mar del Plata. Sin más, quiso explicar “el termino aniquilar para el Ejército”, que tendría dos posibilidades: “anilquilamiento físico del adversario o quebrar su voluntad de lucha”. Según Arrillaga, que intentó convencer al tribunal de que solo sucedió esto último: “lo que sucedió, fue la rendición de La Tablada”, pero son numerosos los testimonios (y el alegato posterior de la querella así lo demostró) que dan cuenta de que el plan fue de exterminio.Para reforzar su idea, y dejando ver su línea de pensamiento, indicó: “acá no hubo fusilamientos ni cosas raras”. Sin embargo, en su envalentonado discurso, volvió a demostrar de qué fueron capaces las fuerzas represivas y cuál era su desprecio por la vida humana. “El 23 también se consideró el ataque nocturno al Casino de Suboficiales, pensado que el fuego obligaría a las personas allí presentes, o a las alimañas, a salir. Pero la oscuridad no permitiría distinguir a terroristas de rehenes, y se desiste de esta idea”.En su último intento de defensa, Arrillaga quiso arrastrar consigo a Raúl Alfonsín. Por eso se refirió a la visita del entonces presidente al lugar de los hechos. En su recorrida “observa a los detenidos, cómo se les da apoyo medico, a uno se le coloca suero por la deshidratación de más de 30 horas de combate, observa el trato que si bien es duro es correcto”, indicó Arrillaga. Y agregó, para intentar sostener esta línea argumental: “me queda una inquietud de pensar que si mi proceder hubiera sido errado respecto a los detenidos, y ante una novedad que afectara a ellos, el señor presidente caracterizado por ser el defensor de la democracia y el protector de los derechos humanos, hubiera reaccionado ante un acto perjudicatorio a los detenidos, y hubiera aplicado el máximo rigor de inmediato ante la ley”. Una argumentación que en lugar de salvarlo a él, hunde un poco más la figura pública de Alfonsin: los testimonios de los sobrevivientes, que lo escucharon ingresar al lugar donde estaban detenidos, encapuchados y maniatados, y su discurso posterior por cadena nacional (al que el exgeneral también citó) son el punto más oscuro en la trayectoria del “padre de la democracia”. Arrillaga ingresa para declarar. De fondo en la imágen de tv, los tres jueces: Rodríguez Egger, Mancini y De Korvez.(Foto: Gustavo Molfino) Reivindicando el exterminio  Si bien no fue un discurso de defensa política de lo actuado, la sistemática negación de los hechos y el intento por criminalizar a las víctimas, demostró el carácter reivindicativo de su discurso ante el accionar criminal perpetrado 30 años atrás. A la vez que, muy atento a sostener las pistas falsas que sembró en el pasado, intentaba reforzar una historia que ha quedado en este juicio totalmente desacreditada.Comenzó por relatar cada muerte de los efectivos del ejército, pero sin nombrar a Esquivel, a quien indicaron durante todo este tiempo como la última persona que vio con vida a José Díaz e Iván Ruíz, dos de los desaparecidos en La Tablada. En este juicio, fueron numerosos los testimonios que demuestran que Esquivel murió mucho antes de que fueran detenidos los militantes del MTP. O casualidad, Esquivel estuvo ausente del listado de bajas que presentó Arrillaga.“A la mañana se intima la rendición, se ve que salen los terroristas a un lugar abierto para tener la posibilidad de ser filmados” aclaró Arrillaga, con una frialdad que duele. sin negar ni ratificar que haya sido él quien realizó la intimación, como han sostenido todos los sobrevivientes. “Cuento unos 13 y una mujer herida, que va a fallecer luego, desconozco el lugar, pero será luego recogida por la Policia bonaerense en

El primer juicio por los desaparecidos de La Tablada está en la recta final. Este viernes 15 de marzo, empiezan los alegatos y será el turno de la querella. Dialogamos con Pablo Llonto, uno de los abogados, que adelantó que pedirán pena a prisión perpetua y de cumplimiento efectivo para el ex general Alfredo Arrillaga, por ser coautor del homicidio y desaparición de José Díaz. Arrillaga goza actualmente del beneficio de prisión domiciliaria por condenas en delitos de lesa humanidad. La transmisión de los alegatos podrá seguirse en El Diario del Juicio y en el Facebook Justicia para los Desaparecidos de La Tablada. Foto: algunos de los integrantes del MTP caídos, desaparecidos y fusilados en La Tablada. (Foto: en  De Nicaragua a La Tablada. Una historia del Movimeinto Todos por la Patria de Hugo Montero)  —Diario del Juicio: ¿Cómo se preparan para mañana?—Pablo Llonto: Se llega a un momento bastante esperado, el tramo final del juicio oral contra el ex general Alfredo Arrillaga, que ya está condenado por delitos de lesa humanidad cometidos en los años ’76/’77. Mañana empieza a responder, rumbo a una sentencia que va a ser el 12 de abril, por las violaciones a los derechos humanos cometidas cuando los militantes del MTP ya se habían rendido, después de la toma del Regimiento de Infantería N°3 en La Tablada, el 23 de enero del 1989. Lo que se está determinando es la responsabilidad penal: para nosotros es coautor de homicidio por la desaparición y asesinato de José Díaz, militante que el día 23 de enero se había rendido, se lo ve en las imágenes de televisión cuando levanta los brazos, se rinde y se lo llevan. Y después nunca más aparece su cuerpo. Es uno de los al menos cuatro casos probados de desaparición y asesinato junto a Carlos Samojedny, Francisco Pancho Provenzano e Iván Ruíz.  —DDJ: ¿Cuáles son los puntos centrales que les permiten identificar a Alfredo Arrillaga como coautor de homicidio y desaparición de José Díaz? —PL: En este juicio la prueba ha sido muy fuerte. Y además tuvo dos sorpresas: dos testigos militares, que eran de la defensa, se le dieron vuelta. Es decir, dos testigos que declararon que cuando habían sido citados a testimoniar en el año 89 y 90, a dar explicaciones en el juzgado de Morón, habían sido presionados por el ejército para decir algo contrario a la realidad. Lo que habían declarado, falseando a la realidad, era lo que servía a la versión oficial que el ejército había elaborado: José Díaz e Iván Ruiz, otro militante también rendido que se lo ve en la tele entregarse con los brazos en alto, habían sido detenidos, luego se habían fugado, y en la fuga habían matado a un militar. Todo esto se declaró en el ’89 y en el ’90. Pero dos de los testigos que declararon en aquel momento vinieron a este juicio, y solos, ahí, en el medio de la declaración, uno de ellos se quebró llorando y dijo: “yo llevo hace treinta años una mochila encima, y quiero decirles señores jueces que yo fui obligado a mentir, a mí me prepararon la declaración, yo nunca vi eso que me hicieron declarar en el ’89“. Eso fue un impacto altísimo. Con esa prueba, más la prueba que ya teníamos, que consta más que nada de testimonios de otros sobrevivientes de La Tablada, videos, audios, fotografías, es clara la responsabilidad de Alfredo Arrillaga. Acá fue decisivo el testimonio del fotógrafo Longoni, que es quien sacó la secuencia de ocho fotos, algunas de ellas ya muy famosas, de los militantes del MTP levantando los brazos y siendo llevado por oficiales del ejército hacia un costado. Estas fotos dan fé claramente de que se habían entregado, estaban semidesnudos, con los brazos en alto, arrodillados en el piso y cómo después son llevados hasta el puesto de comando donde estaba Arrillaga y otro militar de inteligencia llamado Jorge Varando, que tenía que estar en este juicio pero lamentablemente el año pasado se murió y eso nos impide seguir con el juicio.  —DDJ: Si hay algo importante en este juicio es que se ha generado nueva prueba para seguir investigando…  —PL: Sí, mucho. La parte que estamos llevando adelante ahora es el juicio oral por el caso de José Díaz. En instrucción, en el Juzgado Federal de Morón, continúa la investigación por las desapariciones de Iván Ruiz, Carlos Samojedny y Pancho Provenzano y otras violaciones a los derechos humanos que ocurrieron allí, como torturas a otros sobrevivientes. También se tiene que investigar la responsabilidad del juzgado de Morón, que en aquel momento actuó en connivencia con el ejército. El juez está vivo, se llama Gerardo Larrambebere, y también cometió delitos en su accionar. El secretario, que en aquel momento era Alberto Nisman, que no va a poder ser juzgado porque se suicidó. Pero aparecieron en este juicio oral testimonios de estos mismos suboficiales del ejército que se dieron vuelta, que contaron también cómo Nisman, secretario del juzgado, fue partícipe de toda esta maniobra para preparar declaraciones, para meterlas en el expediente cuando eran totalmente falsas. Fueron algunas sorpresas y otras evidencias claras que ya teníamos pero que se reforzaron en este juicio oral y van a ir a parar todas al Juzgado Federal de Morón, para que avance y continúe con la investigación no solo contra Arrillaga, sino que acá hay que investigar a otros responsables, como Roberto Edgardo Gordillo, oficial de inteligencia de la Brigada X de La Plata, que fue a interrogar a los sobrevivientes, obviamente en interrogatorios con métodos de la dictadura. —DDJ: Hubo un momento en una de las últimas audiencias donde le preguntaste a Sergio Fernández, testigo militar, para qué se entregaban prisioneros a inteligencia —PL: Sí. En realidad la respuesta era obvia pero había que hacerla. Y Fernández dijo que para obtener información, interrogarlos, etc. Osea que confirma que primero pasaron por las manos de inteligencia. Con otro detalle: inteligencia no actúo como puede actuar legalmente una estructura de inteligencia, que no tiene que torturar para

Se realizó este mediodía la 14ª audiencia del primer juicio por los desaparecidos de La Tablada. Se esperaba la declaración del único imputado en esta causa, el General Alfredo Arrillaga, pero sobre el final de la audiencia adujo sentirse mal, por lo que postergó su testimonio para el 15/3, día en el que también se realizará el alegato de la querella. Sí dieron testimonio 2 militares: Sergio Fernández y Daniel Alfredo Suárez. Foto: Iván Ruiz adelante, José Díaz en el centro. Camino a ser desaparecidos (Télam) —Hoy no. No me siento bien para declarar —dijo Arrillaga esta tarde, alrededor de las 14, cuando la expectativa estaba puesta en su decisión de declarar antes de los alegatos de las partes. En realidad se lo notó igual que siempre: activo, muy atento a los dos testimonios militares del día. Incluso sugirió un par cosas al oído de su abogado defensor. Hasta sonrió relajado cuando el oficial Sergio Fernández se hizo cargo de haber sido él quien supuestamente intimó a la rendición de los y las militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP), contrariando en soledad los testimonios de los ocho sobrevivientes que declararon en este juicio, que aseguraron haber reconocido la voz de Arrillaga como la de quién los intimó a la rendición. La jornada era esperada centralmente por el anuncio de que iba a hablar el único imputado en esta causa. No es habitual que los acusados en causas de violaciones a los derechos humanos den testimonio. Por lo general, los altos mandos toman el derecho de las últimas palabras antes de la sentencia, y enarbolan allí una defensa política del genocidio al tiempo que denostan el proceso de Memoria, Verdad y Justicia que ha ido determinando sus responsabilidades criminales. Sin embargo, luego de que el presidente del tribunal, Matías Mancini, anunciara las fechas de los alegatos y la lectura del veredicto, le volvió a preguntar al defensor Hernán Silva si iba a declarar Arrillaga. —Habíamos entendido que hoy eran las testimoniales y que habría una fecha más para que declarara mi defendido —dijo Silva. —Habíamos dicho que hoy terminaban los testimonios y pasábamos a los alegatos. En todo caso le propongo que hagamos un cuarto intermedio de una hora y volvemos, para que pueda preparar su declaración, que supongo que ya la habrán ido preparando —respondió Mancini. En ese intervalo se definió la suerte de la jornada. No hubo testimonio del genocida, que ya recibió condenas por causas de lesa humanidad en Mar del Plata. Cuando el defensor comentó informalmente la negativa de su defendido a hablar hoy, el tribunal insistió en la conveniencia de terminar con las testimoniales; ese fue el momento en el que, súbitamente, Arrillaga anunció que no se sentía bien. Su declaración, entonces, será el viernes 15. Ese mismo día, luego de otro cuarto intermedio, será el alegato de la querella a cargo de Pablo Llonto, Ernesto Lombardi y Liliana Mazzea, a quienes acompaña siempre muy atenta Susana Lombardi. El Diario del Juicio transmitirá los alegatos y la sentencia en vivo. Las comunicaciones La defensa sugirió varias veces, con el acompañamiento de varios testigos, que los militares no contaban con comunicaciones radioeléctricas. La intención de esa afirmación parecería ser desacreditar el testimonio de José Almada, a carga de las comunicaciones de la Brigada X de La Plata, que vio cómo Ruiz y Díaz fueron sacados del cuartel en un Ford Falcon blanco, tras haber sido torturados. Hoy declaró Daniel Alfredo Suárez. Su nombre resonó en la sala durante la declaración de Almada. Cuando el defensor le preguntó si estaba solo o con quién estaba, Almada citó varios apellidos, uno de ello fue Suárez, que también revistaba en esa unidad y en el área de comunicación. Si bien no vio lo mismo que Almada “estaba tras un montículo de tierra que me impedía ver”, Suárez confirmó que hubo comunicación radial entre las fuerzas militares, y sostuvo que estuvo junto a Almada un tramo de aquella jornada.  El abogado defensor intentó, una vez más infructuosamente, revalidar la hipótesis oficial sobre la ausencia de comunicaciones también con el testigo Fernández, que, para desgracia del general, estaba orgulloso de sus equipos de comunicaciones:  —¿Comunicaciones radiales tuvieron todo el tiempo? ¿O en algunos momentos sí y otros momentos no? -consultó el defensor tratando de orientar la respuesta. —Yo tenía buenas comunicaciones radioeléctricas. Era una de las pocas cosas buenas que tenía la compañía, la cantidad de equipos civiles que se habían comprado en algún momento anterior a mi gestión. Con esas comunicaciones yo podía controlar toda mi organización y podía enlazar con elementos que me apoyaban, Regimiento 3, Regimiento 7,el equipo de sanidad, y con el puesto comando del general Arrillaga. Varias veces me pidió cuestiones operativas, muévanse más acá o venganme a vera través del equipo de radio. —¿Equipos propios de su compañía? —Propios de la compañía. La única manera de tener a todos los elementos en contacto era proporcionando equipos handys a cada uno de ellos para poder mantener una red funcionando hasta el último momento gracias a Dios.  No sólo tenían comunicaciones; hoy, Fernández, le agradeció a Dios que funcionaran bien hasta el último momento.  “Sí, lo juro” Hace varias jornadas que el defensor venía mostrando una carta. Preguntó a varios testigos si no estaban al mando de Sergio Fernández. En aquel momento no se alcanzaban a entender esas consultas; pero este mediodía, cuando Fernández se sentó en el sillón de los testigos, la estrategia comenzó a quedar más clara. El por entonces Mayor, que llegó a ser luego de Tablada Jefe del II Cuerpo del Ejército, le puso tono militar a sus primeras palabras. Cuando le preguntaron si juraba o prometía decir la verdad, respondió con tono marcial “Sí, lo juro”. A la pregunta de si tenía algún impedimento de decir verdad, preguntó: “No sé si haber combatido contra algunas personas que están acá me inhabilita”. Le dijeron que no. —¿Estaba el General Arrillaga cuando se realizó la intimación a la rendición? —quiso saber el

Este miércoles 6 de marzo, en la 14ª audiencia del primer juicio por los desaparecidos de La Tablada, será el momento de escuchar al único imputado: el general Alfredo Arrillaga. Ya condenado a cadena perpetua en causas de lesa humanidad, gozando de prisión domiciliaria, el exgeneral solicitó ampliar su declaración indagatoria en la causa que investiga el asesinato y desaparición de José Maradona Díaz. La frase del título es de Daniel Díaz, el hijo nicaragùense de uno de los cuatro desaparecidos. La dijo durante una entrevista junto a Irene Provenzano, hija de Pancho, otro de los desaparecidos.Mañana sigue el juicio por los desaparecidos de La Tablada. Dice Pilar Calveiro en su libro Poder y Desaparición, hablando de los juicios a los genocidas de la última dictadura que “los militares transitaron por la negación de los hechos, luego el desconocimiento y, por último, la obediencia a órdenes”. Arrillaga parece estar transitando el último estadío de la defensa militar y, fiel a la actitud general corporativa, no da indicios de romper el pacto de silencio. A pesar de eso, Daniel Díaz, querellante del juicio, hijo de José Maradona Díaz, no pierde las esperanzas de que hable: “yo deseo que él abra su conciencia, su mente, que se recuerde dónde jodido mandó los restos de mi papá. Dónde mandaron a los compañeros también. Eso sería lo grandioso de este testimonio que podría pasar. Puede que no, puede que sí. Como son ellos, difícilmente. Lo que yo espero es que él diga dónde están los restos de mi viejo y de los cuatro compañeros. Solo él lo debe saber. Tengo muchos deseos y expectativas positivas que yo le doy al testimonio de él. Que él diga dónde están los restos”. No es esperable que esto suceda, sobre todo observando a Arrillaga durante el debate oral y público. Pero también es cierto que este juicio ya arrojó inesperadas declaraciones. El proceso judicial que se está desarrollando desde el año pasado no deja dudas sobre la actuación de Arrillaga al mando del operativo militar que comandó la “recuperación” del cuartel el 23 de Enero de 1989. Daniel lo reafirma “en manos de él estaba este escenario de los cuatro desaparecidos, él sabe muy bien que paso con ellos, y debe saber dónde están”.Encontrarse con, aunque sea, los restos de su padre, es algo a lo que no renuncia. De hecho, en estos días, durante su extendida estadía en Argentina, dejó muestras de su sangre al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) con la esperanza de que puedan ser utilizadas cuando, por fin, se encuentren los restos de su papá. El último 23 de Enero, al cumplirse 30 años de La Tablada, Irene Provenzano y Daniel Díaz, participaron de un programa especial en La Retaguardia. El Diario del Juicio reproduce hoy esa larga charla. A José Díaz le decían Maradona porque jugaba bien a la pelota. En Nicaragua, donde estuvo exiliado antes de regresar a Argentina para sumarse al Movimiento Todos por la Patria (MTP), todavía lo recuerdan por eso y así se lo contaron a Daniel. “En Nicaragua en ese entonces no se jugaba mucho. Se juega más al baseball. Ahora sí está entrando mucho el fútbol, pero en ese entonces los argentinos eran los que estaban más familiarizados con el tema del fútbol. Y ellos, organizados ahí en Nicaragua, armaban sus grupos y siempre salían a jugar en algún campo, en la UNI, que había un campo de fútbol y también en cierto momento me di a la tarea de conocer a Pablo Monsanto, guatemalteco, que también estuvo en Nicaragua y me aseguró que jugó con mi padre y que jugaba muy bien”.También hablaron del significado de encontrarse con los cuerpos o lo que quede de ellos. —Diario del Juicio: En algún momento dijiste algo así como que tu pretensión para este juicio era saber no solo qué había pasado con tu padre, sino también saber dónde está su cuerpo y de alguna manera reencontrarte con sus restos. Aquí tenemos tan naturalizada la desaparición forzada de personas que no esperamos eso de los juicios de lesa humanidad. Lo que esperamos es justicia, pero no esperamos que nos digan dónde están, porque nunca dicen nada ¿Por qué le das tanta importancia a eso en particular?  —Daniel Díaz Padilla: Del momento que estoy acá en Argentina estoy conociendo sobre el panorama de cómo se ha venido tornando la justicia. Me entero de que el General Arrillaga ha sido condenado y todavía goza de una libertad condicional (está con prisión domiciliaria). Se ve en perfectas condiciones. Puede que lo condenen y va a gozar siempre de lo mismo. Entonces siempre estoy pensando y compartiendo con los compañeros, en buscar una manera donde se haga un impulso para que dentro de la misma corte se haga presión para que él diga dónde pueda estar. Y si se puede hacer una reforma ante todo esto, porque si vemos bien la historia siempre ha pasado lo mismo: todos los militares que han sido condenados de lesa están gozando de una libertad condicional, ¿no? (la mayoría de ellos, más del 60%). De eso yo me vine a dar cuenta acá. Yo siempre he tenido el deseo de darle cristiana sepultura a mi padre. Igual lo comparto con mi familia y siempre lo dije, cuando estaba en el proceso inicial que fue bastante fuerte porque yo no tenía una identidad para poder representar a mi padre aquí en Argentina: nadie sabía de mí, sabían los compañeros, pero jurídicamente estaba en cero, porque tenía una identidad clandestina que fue la que me apuntó mi padre en Nicaragua. —DDJ: Él cuando se fue a vivir a Nicaragua lo hizo clandestino y por eso entró con otro apellido, y cuando vos naciste te anotó con esa identidad ¿Así fue?  —DDP: Claro, él sale de Argentina en la clandestinidad y sale con el nombre de Daniel Alejandro González. Estuvo en varios países de América Latina, tratando de llegar a Nicaragua y también llegó a Guatemala. Siempre