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“Me tocó bastante en soledad acompañar a mi hija en un proceso de transición»

Por LR oficial en Effy Beth, Género y Diversidad

Lo dijo Dori Faigenbaum, psicóloga social, educadora y mamá de Effy Beth, artista conceptual y performer trans, quien se suicidó a los 25 años, en 2014. En su paso por Estás muteadx, habló de su hija y de su obra. A casi 10 años de su partida, trabaja con familias que atraviesan procesos de transición de sus hijos o hijas, brindándoles contención y apoyo emocional para superar las dificultades de las representaciones sociales y patriarcales.

Dori Faigenbaum presentó a Effy Beth, como tantas otras veces en estos diez años de una ausencia muy presente: “Effy nació varón y a sus 18 años decide hacer su proceso de transformación a mujer. Como estuvo siempre inclinada a todo lo que tiene que ver con el arte, trabajó y se formó como artista conceptual. Por eso, si uno entra a YouTube o la googlea ‘Effy Beth’, puede ver la obra frondosa que ha dejado antes de partir”. 

En relación a la obra de Effy, se han publicado tres libros a partir de materiales que dejó, algunos casi preparados para ver la luz, y otros que Dori cuidadosamente recuperó de su computadora, ilustraciones y borradores. Que el mundo tiemble, a. C. d. C y 9 cuentos sobre mujeres imaginarias y 36 escritos antes de decir adiós,  recopilan historias vinculadas a su proceso de transición y obras que denuncian los mandatos y las relaciones de poder en un mundo binario y patriarcal. 

Faigenbaum contó cuáles fueron las principales temáticas de lucha y militancia de su hija: “Fue ícono de la Ley de Identidad de Género. También trabajó a favor del aborto libre, gratuito y todas estas consignas que hoy en día están muy a la orden del día, pero que ella ya en el 2011, con 19 años, venía luchando y activando”. 

Dori quiso contar, además, cómo fue acompañar a su hija, de qué formas tuvo que adaptarse y cómo fue el proceso de aprendizaje junto a Effy. La artista que creaba sin descanso, también era la hija que desafiaba y cuestionaba todo lugar común y la persona con mirada crítica y filosa que la interpelaba cotidianamente: . “Esto que sucede con Effy es lo que a mi me llevó a formarme más en temas de género. Trabajé en el Postítulo de Educación Sexual Integral del Joaquín V. González como profesora y, así, pude empezar a hacer una introspección en relación con qué tipo de mujer soy yo, qué implica un proceso de transformación”, explicó la psicologa social. 

¿Cómo es el trabajo de acompañamiento que estás haciendo?

—Lo que vengo haciendo, ahora de manera más formal, es acompañar a familias y entornos de chicos, chiques, chicas, con cierto proceso de transformación en cuanto a su sexualidad. No solamente pasa por lo trans, sino que puede ser también por decisiones diversas, no esperables para el entorno en el cual nacieron, crecieron y vivieron sus primeros años de vida. Siempre hay que trabajar con las familias, porque a mí me tocó, y me tocó bastante en soledad, el momento que tuve que acompañar a mi hija en su proceso de transición. Ese es el espacio que ofrezco, un espacio de pensamiento, de encuentro en el cual se pueden poner en palabras, en voz alta, aquellas cuestiones que nos inquietan frente a estas situaciones que suceden y por ahí no las esperábamos. 

—¿Cuáles son las dificultades a la hora de acompañar o afrontar un cambio alrededor de la diversidad sexual de un familiar? 

—Aunque en esta época, por suerte, ya hay muchos padres y madres que sí acompañan, de todos modos, sigue apareciendo el “hubiese preferido que no sea gay o que no sea trans”. O sea, estas cuestiones que son típicas del patriarcado, es lo que tiene que ver con nuestras representaciones sociales, con cómo nos han educado para vivir en sociedad. Esto hace que, aunque te creas muy abierto, aunque te creas muy progre, aparece enseguida lo que no tenemos tan resuelto. Y lo sé también porque aunque yo propongo y propicio un espacio para familias, también me contactan muches chiques trans. A pesar de que les digo que mi propuesta es para el entorno, de todos modos quieren continuar viniendo y aprovechando este espacio. Me traen las dificultades con las que se encuentran cuando  una mamá o un papá se niegan a que se hormonice, o se enojan y le tratan con el género opuesto. Siempre aparece el tema de lo difícil que es transitar ese proceso desde el entorno. 

—Para familias o personas que están afrontando una transformación o algún tipo de cambio, ¿qué podrías recomendarles como primeros pasos? 

—Como primer paso, preguntarle a la persona que está transitando la transformación, desde dónde la piensa. Se le puede explicar, se le puede ayudar a entender qué es lo que está pasando, a definir qué necesita, qué necesita de su familia o  entorno. A las familias les recomiendo sincerarse y decir qué es lo que pueden de manera inmediata, qué es lo que no pueden, qué es lo que les hace ruido y qué es lo que prefieren: trabajar en forma conjunta o con una profesional, o desde distintas conversaciones entre elles. Poner en palabras siempre alivia y eso como primer paso es fundamental. Hablar con personas que hayan pasado por el mismo proceso. Hablar con familias que también estén en diferentes momentos de esos procesos de sus hijes. Y después acercarse a profesionales que, en mi caso, también tengo la experiencia de haberlo vivido. Eso a veces enseña un poquito más que ciertos títulos que son otorgados. Buscar ayuda, siempre.

Sabemos que hay mucho más acceso a la información hoy, pero por supuesto hay realidades muy diferentes en todo el país y en todo el mundo.. 

Está el miedo, el miedo a que su hije la pase mal, sufra. Y el miedo a no poder ayudar. Entonces, aparecen reacciones que son exactamente opuestas a lo que tendría que ir en sintonía con el miedo. Aparecen de manera más oscura y hostil, cruel, con respuestas que no ayudan ni para un lado ni para el otro. Entonces, hay que poder hablar de los miedos también. 

—¿Cómo te pueden contactar para este acompañamiento

—A mi mail [email protected]. Ahí me pueden hacer cualquier tipo de consulta, yo los puedo llamar si es necesario, podemos concertar una entrevista, un encuentro para ver de qué manera ir conversando al respecto y cómo podrían tener más ayuda para ayudar a quien tiene que pasar por estos procesos.

La ultraderecha contra la ESI

Sobre el cierre, Dori reflexionó en torno a los discursos que trae la ultraderecha en materia de Educación Sexual Integral (ESI). “Lo vengo escuchando y veo la brutalidad con que abordan la Educación Sexual Integral. Creo, sobre todo, que lo hacen desde el desconocimiento, porque la asocian con determinadas posturas o con el feminismo más activista. Por esto, la gente se asusta y quieren sacarse de encima la ley”, aseguró la psicóloga social. 

También, la educadora explicó cómo es el trabajo de la ESI desde su rol docente, ya que se trata desde el nivel inicial: “Hacemos hincapié en el cuidado del propio cuerpo, el poder decir en voz alta lo que me gusta, lo que no me gusta, trabajar con las emociones. ¿A quién no le interesa que a sus hijos, hijas o hijes les enseñemos a apreciar, a preservarse, a conocer los límites del cuerpo, a no querer perdonar cuando alguien le está maltratando o lastimando? ¿Quién podría estar en contra de todo esto?”. 

Además, consideró que la ultraderecha “quiere arrasar” con todo. “Y vuelvo a decir, no conocen exactamente lo importante qué es la ESI para que no haya ni una menos, para que no hayan chicos abusados, para que el secreto no exista. El l secreto no es algo para jugar, sino que es utilizado por los abusadores para que les chiques no puedan contar cuando están haciendo algo en contra de su deseo y su consentimiento. Me aterroriza todo lo que están diciendo de la ESI, porque lo dicen desde el desconocimiento. Para mí no entienden, pero para nada. Esa es mi postura”, dijo. 

Hablemos de suicidio

Faigenbaum reflexionó acerca del problema que implica la desinformación y el desconocimiento acerca del suicidio para un familiar: “¿Qué sucede con una madre o un padre luego de que su hijo ya no está físicamente? Son temas duros, de estos que cuesta hablar, pero me parece que tener un espacio sin presión en el cual se puedan decir en voz alta las angustias o ansiedades que promueven está bueno para caminar más tranquilo y ayudar a las personas que están transitando esto”, sostuvo. 

El suicidio es una problemática que afecta a familiares, amistades y personas allegadas. Comenzar a hablar de esto es el primer paso para contribuir a su prevención. Entender que el suicidio es un problema de salud pública ayuda, también, a empezar a desterrar la idea que lo rodea como mito o tabú. 

Difundir información y conocimiento al respecto, puede hacer que llegue a personas que están pasando por un mal momento, personas que sienten que no existe otra salida y que no están dispuestas a recibir ayuda alguna. 

Hablar de suicidio al final de una nota tan importante como esta, puede estar convocando a alguien y brindando una pequeña ayuda, al difundir espacios donde es posible trabajar nuestras emociones y sentimientos. 

Línea de Prevención del Suicidio – Ayuda a Personas en Crisis del Centro de Asistencia al Suicida:

Llamar al número 135 (línea gratuita desde la Ciudad de Buenos Aires y el AMBA); (011) 5275-1135 o 0800 345 1435 (desde todo el país).

En la Ciudad de Buenos Aires, funciona, de manera gratuita, la Línea del 0800 Salud Mental Responde (0800-333-1665), atendida por psicólogos/as y psiquiatras, quienes realizan una evaluación integral, personalizada y confidencial. Funciona durante las 24 horas, los 365 días del año.