Canción actual

Título

Artista


gatillo fácil

Página: 4


Cada año se repite la escena: suben al escenario montado en la Plaza de Mayo madres y familiares. Lo que tienen en común es que alguna fuerza de seguridad les asesinó a sus seres queridos. Se acercan tímidamente al micrófono la primera vez. Alguna otra mamá las acompaña. La próxima alzarán su voz. La siguiente acompañár ellas a otra nueva. Gritan. Lloran. Quizá también sea la única vez en el año en la que sienten un poco menos la soledad y la desolación. Compartimos un fotoinforme de la jornada que La Retaguardia transmitió en vivo junto FM Riachuelo, La Colectiva y Revoluciones. Fotos: Natalia Bernades/La RetaguardiaEdición: Agustina Sandoval Lerner

El sábado 9 de julio se cumplieron dos años del asesinato de Lucas Verón. Fue perseguido el día de su cumpleaños 18 cuando iba en moto por las calles de La Matanza y baleado por Cintia Duarte y Ezequiel Benítez, de la Policía Bonaerense. La madre asegura que fue fusilado en el piso. Ese mismo sábado, familiares, amigos y amigas del joven realizaron una marcha para reclamar justicia y decirle basta al gatillo fácil. En agosto comienza el juicio. Redacción: Julián BouvierEdición: Pedro Ramírez OteroFoto: Suteba La Matanza Familiares, amigos, amigas y organizaciones sociales, culturales y sindicales convocaron a una marcha junto con la Mesa de Memoria de la Matanza el día que Lucas Verón hubiera cumplido 20 años. Participaron desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de la Matanza, HIJOS La Matanza, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) Provincia de Buenos Aires, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), Suteba La Matanza, además de manifestantes autoconvocados. Alejo Rivera, integrante de HIJOS La Matanza y de la Mesa de la Memoria de La Matanza, contó a La Retaguardia cómo se vivió la movilización: “Lo particular de esta marcha fue que nos acompañaron compañeros sortijeros, carreros, de grupos tradicionalistas del trabajo con caballos, que era lo que Lucas amaba y para lo que vivía. Esto le dio mucho color y fuerza a esta marcha”. Además, habló de la fecha en la que se desarrollará el juicio por el asesinato de Lucas. “En esta marcha pudimos pronunciar que el 16 y 17 de agosto se va a llevar adelante el juicio oral y público contra estos dos policías, en la Universidad de La Matanza. Hemos presentado proyectos para que jóvenes de escuelas de diferentes partes del distrito puedan presenciarlo junto a sus docentes. También participarán quienes forman parte del proyecto Jóvenes y Memoria, de la Comisión Provincial por la Memoria. Hay muchas pruebas y certezas para que los efectivos sean condenados. Su crimen intentó ser ocultado, no solo por los oficiales que apretaron el gatillo, sino también por toda la cúpula de la Policía de González Catán y por el fiscal Juan Pablo Tahtagian”, dijo. Y concluyó: “La marcha no fue solo por Lucas, sino por todos los pibes y pibas asesinados por la policía en todos los barrios”. Graciela Aguilar y Cristian Veron, madre y padre de Lucas, compartieron unas palabras a La Retaguardia: Lucas era lo más Bello de este mundo. Era nuestro mundo, giraba alrededor de él. Era el más pequeño de 4 hermanos. Le gustaba andar a caballo, era su pasión. Correr la sortija, trabajar armando carros. Era su trabajo, aparte de laburar en un taller de autos. Se dedicaba por completo a sus caballitos. Lucas era un chico amigo de todos, lleno de proyectos. Él solo quería ser mayor, cumplir sus 18, para poder salir a trabajar y ayudar a sus papás. Lucas era un ejemplo de hijo.El 9 de julio cumplía sus 18 años. Lucas contaba los días, las horas, para llegar a ser mayor. Festejamos con la familia, con un asado que le hizo su papá, cortamos la torta todos felices. A las 6 de la tarde se fueron todos. Quedó Lucas con tres amigos escuchando música en el comedor de casa, adentro porque hacía mucho frío. Pasando la 1 de la mañana, salió con su amigo Gonzalo a comprar una Coca Cola al kiosco de la vuelta de casa. Estaba cerrado. Los chicos dieron la vuelta manzana y en una esquina les salió un patrullero con las luces apagadas. Lo empezaron a correr a los tiros. A dos cuadras los atropellaron con el patrullero. Los chicos cayeron. Se bajó el oficial Ezequiel Benítez y ejecutó a Lucas en el piso. Gonzalo corrió y no le pegaron. Benítez tiró 2 disparos, uno le dio a Lucas y Gonza se salvó de milagro.Lucas era un chico muy activo, con una fuerza impresionante. Herido corrió y quiso llegar a casa, pero no llegó. Cayó en la zanja de la esquina. Gonzalo llegó asustadísimo diciendo que a Lucas se lo llevó la policía. Nunca vio que Lucas estaba herido porque corrieron juntos una cuadra. Ramiro abrió la puerta de la habitación y dijo “lo llevó la policía”. Salimos corriendo por toda la vuelta manzana, no había nadie. Llegué a la esquina oscura y nada se veía. Su hermano Alan también salió corriendo. En la esquina escuché que gritan “mamá acá está Lucas, lo mataron”. Lo trajimos con Cristián, su papá, Alan y su hermano Martín. Los cuatro lo subimos a un auto de un vecino, pero cuando llegamos al hospital, mi hijo ya estaba muerto. No había nada para hacer.Nos organizamos desde el minuto uno que sucedió el asesinato con amigos, vecinos. Se levantó el barrio entero esa noche. Fue una locura. No dejamos que actúe la Policía como está acostumbrada. Los vecinos encontraron las vainas. Era de madrugada, cerca de las dos de la mañana de un viernes. El lunes marchamos todos a la Fiscalía General de la Matanza, para pedir explicaciones por todo el accionar del fiscal y la policía, que intentaba encubrir el asesinato. Así nos organizamos. Se sumaron los compañeros de la CPM, que nos representan. También HIJOS de La Matanza, la Mesa de la Memoria y muchísimas otras organizaciones que se pusieron la bandera de Lucas para pedir y reclamar Justicia.Esta es una gran marcha para homenajear a Lucas por su cumpleaños número 20, a 2 años de estar sin él.

La Sala II de la Cámara Nacional de Casación confirmó hoy la condena a 16 años de prisión impuesta al policía de la Metropolitana, Ricardo Ayala, por el Tribunal Oral 1 en 2019. Con esta resolución, la Justicia volvió a dar por probado que aquel 9 de noviembre de 2015 en La Boca, Ayala no actuó en defensa propia sino con una actitud criminal. Por Colectivo de Medios Populares*Fotos: Natalia Bernades/La Retaguardia Los jueces de Casación tomaron esta decisión luego de que la defensa del policía apelara la condena y pidiera la absolución de Ricardo Ayala. Los argumentos en la audiencia fueron los mismos que en el juicio oral: que el policía se defendió de una supuesta agresión de Lucas quien, según la versión de la fuerza, tenía un arma. Nada de esto es real. Se trató de típico caso de gatillo fácil, con una salvedad poco habitual: la víctima sobrevivió para contarlo. Con esta resolución, la Justicia volvió a dar por probado lo que sentenció el Tribunal Oral 1 en 2019: que aquel 9 de noviembre de 2015 en La Boca, Ayala no actuó en defensa propia sino con una actitud criminal. Que no hubo ningún enfrentamiento. Que el policía, con su arma reglamentaria, le disparó tres veces a Lucas y que dos de los tiros fueron cuando ya estaba en el piso. Estamos muy contentos que hoy, después de tanto esperarlo, Casación confirmó la sentencia, a menos de un mes de haber hecho la audiencia por zoom. No cambiará nuestra vida, seguiremos con las mismas dificultades pero necesitamos mucho cerrar esta etapa para poder concentrarnos en seguir adelante sin el peso y la angustia de la espera” Carolina vila, mamá de Lucas Tras la resolución de hoy, la querella que representa a Lucas y a su familia pedirá que Ayala sea detenido y que la condena se haga efectiva. Lo hará en base a la nueva información que surgió de la audiencia en Casación: en 2019 el policía sumó otro delito: fue acusado por falsificación de documento por contar con una licencia de conducir falsa. En este expediente Ayala estuvo prófugo, motivo por el cual el 5 de junio de 2020 fue declarado en rebeldía hasta febrero de 2021, cuando finalmente fue detenido. Durante los meses que estuvo preso, la justicia le rechazó la excarcelación dos veces en base al riesgo de fuga y a la existencia de un proceso con condena que aún no está firme (la causa por el intento de homicidio de Lucas). El 30 de junio de 2021 Ayala fue condenado en un juicio abreviado a un año y medio de prisión en suspenso y puesto en libertad. La defensa del policía Ayala aún puede recurrir a la instancia de la Corte Suprema de Justicia, estrategia que le permitiría seguir evitando que el fallo quede firme y que, de esa manera, quede detenido. Pero Carolina no pierde las esperanzas: “Deseamos que pronto lo detengan. Esperamos ese día ya hace 7 años, mucho tiempo para tener justicia… pero seguiremos luchando sin perder la esperanza de que podemos hacer que esto cambie”. *FM Riachuelo / La Retaguardia / Sur Capitalino / Revoluciones / Revista Resistencias

Esta mañana se realizó una audiencia virtual en la Sala 2 de Casación, en la que la defensa del policía Ricardo Ayala pidió que se revoque la pena a 16 años de prisión impuesta por el tribunal oral en 2019, y sea absuelto. Las querellas y la fiscalía insistieron en que la condena quede firme y se cumpla de manera efectiva. Ayala continúa en libertad mientras Lucas sufre a diario gravísimos problemas de salud a causa de los tres disparos que recibió en 2015. Su mamá les habló a los jueces. La audiencia se vio en vivo con cobertura de FM Riachuelo, La Retaguardia y Sur Capitalino. Por Colectivo de Medios Populares “Nosotros no tenemos paz, Ayala violó la distancia de acercamiento a nuestra familia, lo cruzamos a tres cuadras de casa. Lucas merece justicia. Necesitamos que Ayala esté detenido y cumpla la condena”. Con este pedido de Carolina Vila, mamá de Lucas Cabello, terminó este mediodía la audiencia ante los jueces de la Sala 2 de la Cámara Nacional de Casación, que deberá definir ahora si confirma la condena a 16 años a Ricardo Ayala y si, como pidieron las querellas y la fiscalía, el ex policía de la Ciudad la cumplirá en una cárcel. Carolina escuchó toda la audiencia en una sala de FM Riachuelo junto a su compañera y amiga Roxana Cainzos, mamá de Nehuén Rodríguez. “Esta virtualidad hace que además de triste una esté sola, por eso agradezco estar acá”, dijo. Es que Lucas está nuevamente internado y mañana, en el día de su cumpleaños 27, volverá a ser operado por uno de los tantos problemas de salud que le dejaron las balas de Ayala.  La audiencia comenzó con el planteo del abogado defensor del policía, Santiago de Jesús, quien al igual que había ocurrido durante el juicio oral, basó sus argumentos en responsabilizar a la víctima y estigmatizarla: “Lucas Cabello era una persona violenta, capaz de amenazar a alguien con un arma de fuego”, aseguró en base a ninguna prueba y se preguntó: “¿Por qué iba a disparar tres tiros Ayala sino se hubiera sentido en peligro?”. En el juicio, el Tribunal Oral 1 dio por probado que Lucas no tenía ningún arma al momento de los hechos. Que Ayala no se defendió de nada. Que no hubo ningún enfrentamiento. Que el policía, con su arma reglamentaria, le disparó tres veces a Lucas y que dos de los tiros fueron cuando el joven de La Boca ya estaba en el piso.  “No tiene explicación” Por eso, esa misma pregunta es la que luego tomaron los abogados de la querella para demostrar que no existió ninguna razón para ejecutar a Lucas. “Dicen que no encuentran justificativo a los tres disparos, y es porque no lo hay. Que en democracia un policía dispare tres veces a un ciudadano, con el arma que le dio el Estado para protegernos, no tiene explicación. Por eso la defensa hace eje en estigmatizar a la víctima, busca un justificativo a lo que no tiene. Y no nos sorprende”, señaló Matías Busso, abogado de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, organismo querellante en la causa. Para cerrar su intervención pidiendo que la pena se haga efectiva: “Carolina, Lucas, no pueden seguir representándose la idea de que en cualquier momento se pueden volver a cruzar con la persona que le dio tres disparos. Debemos poder proteger a la víctima. Es un mensaje a la sociedad en su conjunto y a las fuerzas de seguridad. La justicia debe actuar con la mayor celeridad y contundencia posible. Vemos una asimetría con respecto a lo que sucede en el común de los casos. Ayala sigue en libertad por un factor de poder que es ser un efectivo de una fuerza de seguridad”.  A su turno, Adrián Albor, abogado representante de Lucas en la querella, dejó en evidencia la falta de argumentos de la defensa: “No hay agravios a responder porque no han sido planteados. ¿Lucas Cabello merecía que le dispararan tres veces porque es una mala persona?”, se preguntó luego de repasar algunos testimonios que resultaron claves en el juicio oral como el de una señora que no conocía a Lucas, ni era vecina y que pasaba por la vereda al momento de los disparos. La otra causa de Ayala Para finalizar los planteos técnicos, tomó la palabra la fiscal María Luisa Piqué, quien además de solicitar que se confirme la condena a Ayala y que se le dicte prisión preventiva, trajo una novedad a la audiencia: en 2019 el policía fue acusado del delito de falsificación de documento por contar con una licencia de conducir falsa. El 30 de junio de 2021 fue condenado en un juicio abreviado a un año y medio de prisión en suspenso y puesto en libertad. El dato más importante es que en este expediente Ayala estuvo prófugo, motivo por el cual el 5 de junio de 2020 fue declarado en rebeldía hasta febrero de 2021 cuando finalmente fue detenido. Durante los meses que estuvo preso, la justicia le rechazó la excarcelación dos veces en base al riesgo de fuga y a la existencia de un proceso con condena que aún no está firme (la causa por el intento de homicidio de Lucas). “En base a todo esto creemos que si la Sala confirma la condena a 16 años, pero no la hace efectiva, el peligro de fuga se verá incrementado aún más”, alertó la fiscal luego de rechazar el concepto de que hasta que el recurso de queja no haya sido rechazado por la Corte Suprema, la condena no está firme y, por ende, Ayala debe continuar en libertad. “Esta doctrina trae consecuencias negativas: “Ya pasaron 7 años de los hechos. Es inexplicable para la sociedad, para Lucas, para su mamá y para todas las víctimas que las condenas se ejecuten 8 o 10 años después. Para que cumpla los fines, es necesario que se ejecuten en un tiempo cercano a los hechos, más aún en este

El 9 de noviembre del 2015, Lucas Cabello fue atacado por Ricardo Ayala en la puerta de su casa frente a su hija de 2 años y su compañera. El brutal accionar del efectivo, que disparó tres veces a quemarropa, le dejó heridas gravísimas a Lucas, quien se recupera en silla de ruedas. Durante 2019 se desarrolló el juicio que le impuso a Ayala una condena de 16 años de prisión por el intento de homicidio agravado contra el joven vecino de La Boca. Se realiza la audiencia de apelación. Ayala está libre hasta que la pena quede firme. Transmisión conjunta de FM Riachuelo, Sur Capitalino y La Retaguardia. Foto: Ricardo Ayala durante el juicio (Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia)

Lectura del veredicto en el juicio contra el policía Diego Ariel Tolaba por el homicidio contra Pablo Paly Alcorta. 

En los Tribunales de Quilmes comenzó el juicio por el asesinato de Marcos Acuña a manos del prefecto Juan José Silva, ocurrido el 28 de agosto de 2015. Una gran movilización de madres y familiares de otros casos de represión estatal, organismos de DD.HH. y organizaciones sociales acompañaron a Inés Alderete, mamá de Marcos. Es el primer juicio por gatillo fácil televisado en vivo por medios comunitarios. Continuará el próximo viernes.  (Por La Retaguardia y Revoluciones) 📺 Cobertura del juicio: Natalia Bernades/Julián Bouvier/Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero (La Retaguardia) – Antonella Álvarez/Juan Ciucci/Sofía Labriola (Revoluciones) ✍️ Redacción: Juan Ciucci/Antonella Álvarez 💻 Edición: Fernando Tebele/Agustina Sandoval Lerner 📷 Fotos: Natalia Bernades La jueza Julia Andrea Rutigliano autorizó la presencia de 20 personas por el protocolo de pandemia, aunque sin aclarar que serían 20 en total, contando a las partes prensa y policías de custodia, por lo que las madres que esperaban acompañar a Inés no pudieron ingresar. En la Sala A retumbaba el sonido de los bombos y, aunque para la jueza eso “en vez de ayudar entorpece” el desarrollo del debate, para las mamás que están en esas salas hostiles y vacías es un abrazo fundamental.   Día 1 – La Policía y el vecino En la primer jornada del juicio declararon Romina Ferreyra y Jorge Brusich, los dos oficiales que acudieron al llamado del 911 el 28 de agosto de 2015 a las 9:00 de la mañana; y Luis Mario Aquino, un vecino que tiene un comercio sobre la calle Eslustondo, entre Catamarca y La Rioja,  cerca de donde el prefecto Juan José Silva asesinó a Marcos Acuña con su arma reglamentaria. “Lo acaban de matar a mi compañero, a Marcos”, fue lo primero que escuchó Brusich cuando llegaron al lugar del hecho. Allí se encontraron con los dos amigos que estaban con Acuña esa mañana. Según el relato de los oficiales, cuando llegaron Marcos estaba muerto y tenía un disparo de un arma 9 mm. en la parte superior del cuerpo. En ese momento, y siempre según sus declaraciones, cortaron la calle, llamaron a la ambulancia, convocaron a Tránsito y al “cuadrante lindante”. Luego de todo esto, convocaron a los peritos y, supuestamente, a dos testigos. Retuvieron a los dos amigos de Marcos como testigos del hecho. No los esposaron. Sobre este punto de las esposas volvió la defensa de Silva tanto en el testimonio de Ferreyra como en el de Brusich. Ferreyra, quien estaba visiblemente nerviosa, reafirmó que nunca les “pusieron los ganchos”. Lo mismo hizo su compañero, chofer de la patrulla. Los policías luego se trasladaron a la Comisaría Tercera de Quilmes, donde más tarde se labró el acta. El vecino Antes de que Brusich y Ferreyra llegaran alertados por el 911, Luis Mario Aquino escuchó lo que ahora no recuerda si fueron ruidos de moto, disparos, gritos o disparos y gritos, desde el comercio que tiene en las calles Elustondo y Catamarca. Salió a ver qué pasaba, por curiosidad. Entonces vio, desde la reja de su negocio, para el lado de La Rioja,  a dos chicos corriendo que doblaban de Catamarca, tomaron Elustondo para el lado de República del Líbano. Luego de esto vio a quien identificó como “el gendarme” (refiriéndose a Silva) andando en moto, con el mismo recorrido de Marcos y sus amigos, que pasaron corriendo. “Y ahí lo vi que bajó de la moto. Dejó la moto…Ahora lo que yo no vi… Vi que estaba así, pero no vi si disparó, no escuché nada. Lo único que vi es que uno de los chicos venía corriendo del lado de Macro diciéndole: ´Mataste a mi compañero, mataste a mi amigo´”. Cuando Aquino dice “estaba así” quiere describir cómo vio a Silva ese día: parado, al lado de su moto, con el arma empuñada, apuntando para el lado de los tres pibes que corrían.   El abogado defensor le consultó a Aquino si escuchó comentarios en el barrio sobre qué es lo que había sucedido esa mañana de invierno en que Silva mató de un disparo de su arma reglamentaria a Marcos Acuña. Luego de una objeción de la querella, que no fue aceptada por la jueza, contestó: “Yo lo que escuché por comentarios de los vecinos, es que los chicos parecía que le fueron a pedir la hora a esta gente y primero le pidió a un vecino de esta vereda la hora, no sé si no tenía reloj o qué. Se cruzaron para enfrente. Salieron corriendo, y por ahí el gendarme (por el prefecto Silva) se pensó que estaban robando. Otra cosa no sé. Eso es lo que se comentaba en el barrio. Y también se comentaba que los chicos venían de la Villa Los Eucaliptus de comprar marihuana”.  —¿Nada más se comentó? -insistió el defensor de Silva. —Que yo haya escuchado, no me acuerdo -terminó Aquino.   Luego de este testimonio, y también después de que el fiscal se quejara porque nuestro trabajo de prensa, dice, lo desconcentra, finalizó la primera jornada. Las tres personas coincidieron en lo que escucharon ese día: gritos, disparos, y un desesperado “mataron a mi amigo”, “mataron a Marquitos”. En toda esta historia solamente se identificaron balas del arma reglamentaria de Silva.  Día 2 – “Soy poli, soy poli” En la segunda jornada del juicio comparecieron dos testigos claves para conocer qué pasó aquel 28 de agosto de 2015. Damián Maciel, policía de Quilmes, brindó detalles de cómo fue llevado Silva hasta la comisaría tras efectuar los disparos que terminarían con la vida de Marcos Acuña. Maciel explicó que le fue encomendada la tarea de dar con Silva, quien se desempeñaba como prefecto en la zona de la Estación de Trenes de Quilmes. Allí lo encontraron y, tras comunicarle su situación ante la muerte del joven, indicó que Silva dijo que habían querido robarle la moto, que él efectuó dos disparos disuasivos y que se retiraron, pero que lo vio “sorprendido” ante la muerte y no ofreció resistencia para ser trasladado en el patrullero hasta la Comisaría Tercera. Ante una consulta