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En el marco del día internacional de la prevención de la violencia sexual contra las infancias y adolescencias, distintas organizaciones lanzan el “grito global contra el abuso sexual”. Se realizarán festivales, mesas de debate, movilizaciones y talleres, entre otras acciones. Redacción: Tamara Alfaro MorenoEdición: Fernando Tebele Diversas organizaciones, integradas por madres protectoras, sobrevivientes de abuso sexual en la niñez, organizaciones feministas, transfeministas, de derechos humanos, educadoras populares, promotoras de género, trabajadoras de programas y dispositivos estatales, realizarán un grito global contra el abuso sexual. Este viernes 18 de noviembre, la compleja problemática será abordada en las actividades que se realizarán en distintas plazas del país. En la ciudad de Buenos Aires, en la Plaza del Congreso, de 16 a 20 horas, habrá un festival con espacios de juegos para las niñeces, música, una batucada y una “quema” simbólica. Desde La Retaguardia consideramos que,  para reparar los daños ocasionados por la violencia sexual a las sobrevivientes y su grupo familiar/social, es imprescindible  el acceso a la Justica, un acompañamiento consecuente, tratamiento terapéutico con perspectiva de género y también la visibilización de la problemática y la participación ciudadana. @yositecreo https://www.instagram.com/p/CkZLjx8vZUL/?igshid=NDc0ODY0MjQ=

Una multitud volvió a colmar las calles del centro porteño durante la 31ª Marcha del Orgullo LGTBI+. Las principales consignas fueron: La deuda es con nosotres, Ley integral trans, Ley antidiscriminatoria y Sí al lenguaje inclusivo. Una pregunta repetida se vio en carteles, remeras y pintadas: ¿Dónde está Tehuel? Este año fue notoria la presencia de adolescentes y familias. En este fotoinforme, realizamos un recorrido por la marcha. Fotos: Natalia Bernades / Bárbara Barros – La Retaguardia

Estuvimos en el 35 Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, trans, travestis, intersexuales, bisexuales y no binaries en San Luis el 8, 9 y 10 de octubre. Al igual que cada encuentro desde 1986, fue intenso emocionante y como siempre que nos encontramos, reparador. Compartimos este relato en imágenes que expresa la potencia de lo colectivo y nos recuerda que podemos transformar el mundo todos los días. Fotos: Bárbara Barros / Agostina ScaliaCobertura: Marilina Contreras / Bárbara Barros

Arcoiris es una niña riojana de 6 años que expresó haber sufrido reiteradas situaciones de violencia sexual por parte de su abuelo paterno desde que tiene 2 años. Su madre realizó varias denuncias ante la Justicia, pero la respuesta fue intentar revincular a la niña con su progenitor, obligándola de ese modo a seguir siendo torturada y criminalizar a Delfina, su mamá. Arcoiris está ahora en Buenos Aires, pero la justicia de La Rioja pretende que su madre se presente a declarar de manera presencial el martes 25 en esa provincia. Exigen que se respete el centro de vida de la niña y su mamá en esta ciudad y que cese el hostigamiento judicial a Delfina con la consigna “Ni Arcoiris con los abusadores. Ni su mamá a prisión”. Miles de personas realizaron el viernes 21 en Plaza de Mayo una gran muralla humana para protegerlas, inspirada en la acción que mujeres secuestradas en el Pozo de Banfield hicieron para evitar que los genocidas se llevaran a Teresa Laborde, la hija que Adriana Calvo había parido unos días atrás en un patrullero de la Bonaerense, en las peores condiciones posibles. Transmisión: Eugenia Otero | Fotos: Nicolás Rosales

El anuncio de la presentación de un libro sobre el falso  Sindrome de Alienación Parental (SAP) en la Universidad de Buenos Aires generó un gran repudio. El SAP es uno de las herramientas que utiliza la Justicia para perpetuar el abuso sexual sobre las infancias y perseguir a las madres protectoras. Quiénes son los convocantes. Redacción: Tamara Alfaro Moreno / Eugenia Otero Muchísimas niñas, niños y jóvenes son víctimas de violencia sexual por parte de sus progenitores y sufren consecuencias psíquicas comparables a las de la tortura. Cuando logran expresarlo de diferentes maneras, suelen ser las madres quienes escuchan, creen, protegen y denuncian. Pero la justicia patriarcal, en lugar de cuidar a las niñeces y condenar a los abusadores, las hostiga y recurre a diversos mecanismos para desacreditarlas. La Academia es cómplice cuando desarrolla conceptualmente argumentos para perpetuar las torturas. El próximo 10 de noviembre la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires anuncia la presentación de un libro que sostiene la existencia del falso Sindrome de Alienación Parental (SAP), con el que se suele convertir a los denunciados en víctimas, desacreditar y criminalizar a las madres protectoras y perpetuar la tortura que significa el abuso en las niñeces. Lo que sostiene el SAP es que las madres alienan a sus hijas o hijos, inventan hechos de violencia sexual, le llenan la cabeza haciéndoles creer que sufrieron el abuso, y las y los niños lo repiten. Muchas voces se alzan para repudiar la presentación de “Alienación parental. Niños huérfanos de padres vivos”, de Mauricio Luis Mizrahi, titular de la Cátedra de Derecho de Familia, ex Juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (UBA). En 2016 fue premiado en la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales por su obra “Responsabilidad Parental”. Pero no solo desde el Derecho hay profesionales que sostienen estas teorías que victimizan a los abusadores y culpabilizan a las madres cuidadoras, también se anuncia la participación de  académicas de otras disciplinas, que son docentes de grado y posgrado en diversas universidades, donde transmiten estas conceptualizaciones y estas prácticas a quienes están formándose profesionalmente en la UBA y en otras universidades de nuestro país.  Entre los expositores anuncian a Sandra Veloso, Jueza de Familia, Profesora de posgrado en UBA y UP; Claudia Moggia, Psicoanalista en niños, niñas y adolescentes y docente de la Práctica Profesional Clínica con niños y adolescentes Las formaciones del síntoma en la Facultad de Psicología de la UBA; Lina Pannía, Perito Trabajadora Social, Docente en la Capacitación para Peritos de la Facultad de Sociales de UBA. Coordina la presentación María Cecilia Burgos Baranda, Profesora de grado y de posgrado de Derecho de Familia, UBA. Cada día niños y niñas de nuestro país padecen diversas formas de ataques sexuales en nuestro país. El camino de la reparación es costoso, no solo desde lo material. Lograr ponerle palabras a eso que sucede en manos de quien te debe amar, cuidar, impedir que tales daños suceden, es inenarrable.  La población en general podrá preguntarse: ¿Cómo puede un padre hacerle eso a un hijo o hija?. Para quien lo padece la pregunta suele ser: ¿Cómo pudo papá hacerme esto?. Es relamente duro si este proceso crudo de develamiento por el que debe atravesar una víctima de violencia sexual es descreído por cualquier persona representativa para ella; tanto que puede llevarla a retractarse de aquello que se animó a reconocer. Si esto sucede en los estrados judiciales, es violencia pura. Se descree de lo que dicen de distintas maneras, porque no utilizan los términos que las instituciones requieren para sancionar los hechos, porque la madre protectora les “llenó la cabeza” o denuncian a quienes llevan el tratamiento terapéutico de las víctimas. Finalmente, se las obliga a una revinculación forzosa con quien les somete sexualmente, perpetuando la violencia y acallando la “denuncia”, sino que además estamos sometiendo a las víctimas a una tortura de la que no tendrá escapatoria.  ¿Cuáles son los recursos de los se valen para hacer semejantes actos? la utilización de desarrollos teóricos como el SAP; falsas memorias, y otros, que la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes de la Nación calificó en 2020 como “argumentos que relativizan o no convalidan la ocurrencia de los hechos, basándose en prejuicios e ideas discriminatorias y culpabilizadoras de aquellos que debieran ser protegidos. Este tipo de fundamentos se basan en una falacia carente de rigor científico, que aún persiste entre los operadores judiciales”. Como lo demostró la multitudinaria muralla humana que se realizó el pasado viernes 21 en defensa de la niña Arcoiris y su mamá, la lucha de las madres protectoras debe apelar a herramientas del colectivo feminista para intentar frenar los embates de las personas denunciadas contra ellas, de quienes los representan y también de parte de organismos oficiales.  Intentá ponerte un segundo en el lugar de un niño o niña que padece este tipo de violencias, cerrá los ojos fuerte, pensá en que te animás a decirle a tu maestra o algún otra persona adulta lo que pasa, que tu vieja te acompaña a denunciar; pero más tarde no te creen, denuncian a tu maestra, a tu psicóloga, a tu mamá, te obligan a ver y residir con  tu agresor, ¿que harías? Indignate, armá redes, exigile al Estado lo que le corresponde, pero mientras construí colectivamente el cuidado porque esto no puede pasar.

Ante la intimación judicial de retornar a La Rioja la mesa Justicia por Arcoiris llama a construir una “muralla humana” para proteger a la niña, bajo el lema “Ni Arcoiris con los abusadores ni su madre a prisión”. Reclaman que se reconozca Buenos Aires como su centro de vida. La acción será este viernes 21 de octubre a las 18 horas en la Plaza de Mayo. La Retaguardia transmitirá en vivo la jornada. La Mesa Justicia por Arcoiris convoca este viernes 21 de octubre a las 18 horas en Plaza de Mayo a realizar una “muralla humana” para proteger a la niña, de seis años de edad, ante la orden de la jueza de menores Alicia Nicolasa de las Mercedes Valdez de que retornen a La Rioja. Arcoiris se encuentra junto a su mamá Delfina Silva Zárranz en la Ciudad de Buenos Aires, con domicilio reservado y medidas de protección vigentes, debido a las reiteradas situaciones de abuso sexual por parte de su abuelo paterno en la provincia de La Rioja y a las amenazas por parte del progenitor. “Esto es una encerrona: si viajan a La Rioja hay altas posibilidades de que Delfina quede detenida y que Arcoiris sea entregada al progenitor, que es el entorno del abuso sexual. Y eso no lo vamos a permitir”, advierte Ale Glatzel, dela Mesa Justicia por Arcoiris, convocante a la muralla humana el próximo viernes. Las organizaciones reclaman que se reconozca Buenos Aires como “centro de vida” de la niña, que se sostengan las medidas cautelares de prohibición de acercamiento, que la mamá de Arcoiris, Delfina Silva Zárranz pueda declarar en las causas en forma virtual y “el cese de hostigamiento judicial y criminalización de la madre protectora”. Desde 2018 la madre de Arcoiris realizó cinco denuncias por abuso sexual. La niña relató, en más de una oportunidad, ante distintas personas y profesionales intervinientes, ser agredida sexualmente por su abuelo paterno. “La denuncia más reciente es de abril de este año, que incluye un protocolo médico que clasifica el abuso como de tipo 2. La declaración del médico que trató a Arcoiris fue suspendida dos veces y el protocolo que está en el expediente se encuentra adulterado (corregido con liquidpaper)”, revela la abogada Elida Barrera. Y agrega que en la causa también se desconocieron las pruebas aportadas por la evaluación psicodiagnóstica realizada por Salud Activa, prestigiosa institución especializada y perito de consulta habitual por el poder judicial de la provincia de Buenos Aires. En la actualidad, hay vigentes dos intimaciones judiciales. Por un lado, la jueza de menores Alicia Nicolasa de las Mercedes Valdez emitió este 19 de octubre una orden para que la niña suspenda el tratamiento terapéutico y retorne a La Rioja para que el Cuerpo Asesor Técnico Interdisciplinario del Juzgado de Violencia de Género y Protección Integral de Menores (CATI) determine quién de los progenitores es apto para el “cuidado parental”. “Esto es poner en igualdad de condiciones a una madre protectora y al imputado y su entorno. Siguen sin escuchar a Arcoiris”, señala Barrera. Por otro, la jueza Jesica Díaz Marano, a cargo del juzgado de instrucción de Violencia de Género y protección integral N° 1 de La Rioja, citó a Delfina Silva Zarránz, mamá de Arcoiris, a una indagatoria por “impedimento de contacto” el próximo martes 25 de octubre. Y le negó la posibilidad de comparecer de manera virtual y remota, con la amenaza de ser buscada por la fuerza pública. “Es inconstitucional que tengan la misma competencia todos los juzgados que intervienen en la provincia. La cámara civil y el juzgado de menores se expiden sobre lo mismo, los juzgados de violencia de género 1 y 2 también”, agrega.“La detención de la madre implicaría la guarda automática de Arcoiris para los abusadores”, agrega la abogada Ivana Cattaneo, quien reflexiona: “Avanzan las causas que el progenitor impulsa mientras criminalizan a la mamá protectora y no se investiga el abuso sexual”. En junio de 2022, cuando Arcoiris viajó con su mamá Delfina a Buenos Aires, la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema calificó la situación de “alto riesgo”. Ambas cuentan desde entonces con medidas de protección que prohíben el acercamiento del progenitor, otorgadas por el juzgado nacional en lo civil N° 106, a cargo de la jueza Celia Elsa Giordanino. “Arcoiris está muy bien en este momento. Perdió el miedo, va a la escuela contenta, lo que nunca pasó en La Rioja. Tiene amigos. También  inició un espacio terapéutico, donde se siente escuchada y cómoda. Estamos pidiendo que se reconozca Buenos Aires como su centro de vida libre de abuso sexual”, afirma Delfina, su mamá. “La muralla humana es para proteger a Arcoiris y a su mamá del poder judicial de La Rioja. No vamos a dejar que se la lleven. Van a tener que pasar sobre nuestros cuerpos”, afirma Victoria Acebedo, integrante de Yo sí te creo, una de las organizaciones convocantes. Según explica, retomaron la idea de “muralla humana” de un ejemplo de resistencia de la última dictadura militar: la barrera que hicieron mujeres detenidas en un centro clandestino de detención, tortura y extermino para proteger a una bebé y que pueda quedarse con su mamá, Adriana Calvo, cuando intentaron quitársela. La acción en Plaza de Mayo este viernes 21 de octubre a las 18 horas es convocada por la Mesa Justicia por Arcoiris junto a organizaciones de madres protectoras, sobrevivientes de abuso sexual en las infancias (ASI), feministas y transfeministas, organizaciones de derechos humanos, antirrepresivas, sindicatos, sectores del movimiento estudiantil, docentes y artivistas. IG: @justiciaporarcoiris –  FB: justiciaporarcoiris – justiciaporarcoiris@gmail.com

Se cumplen hoy 16 años de la sanción de la Ley 26150, que convirtió en un derecho la Educación Sexual Integral para niñas/os/es y adolescentes de todos los establecimientos educativos públicos y privados de Argentina. Redacción: María Eugenia Otero Ilustraciones: @chealejandra_da A partir del 4 de octubre de 2006, el Estado tiene la obligación de garantizar la formación en ESI de docentes para su implementación plena. Seguimos exigiendo que se multipliquen esos espacios de formación para que la consigna histórica del movimiento de mujeres, Educación Sexual para decidir, se haga realidad en cada rincón del país.Desde La Retaguardia festejamos la potencia transformadora de la ESI. Porque la Educación Sexual Integral abre caminos, permite soltar los estereotipos y los mandatos de género, construye desde la diversidad de la que somos parte y nos invita a cuestionar las injusticias y a transformar lo que nos hace daño. Compartimos estas ilustraciones de Che Alejandra mientras seguimos acompañando para transformar todo lo que haya que transformar.

Alberto Cormillot no necesita presentación, lleva décadas en la televisión, en radio, diarios, revistas, en las estanterías de las librerías y en redes sociales, haciendo negocios no con la salud, sino con el gordoodio y la gordofobia. ¿O vamos a decir que un pesaje de eliminación como los de Cuestión de Peso, transmitido en vivo y con primeros planos de los rostros sufrientes de quienes debían pesarse, era realmente una instancia de fomento de los hábitos saludables y del amor propio? Redacción: Chechu RodríguezEdición: Tamara Alfaro Moreno/Pedro Ramírez OteroIlustración: Chechu Rodríguez/La Retaguardia El pasado martes, en el programa La Puta Ama, de Florencia Peña, volvió a tocar el tema en el que se especializa y decidió explicar cómo la pérdida de peso impacta en la relación con el propio cuerpo y en las reacciones de los demás, de la siguiente manera: “El ejemplo que yo doy es la gordita de la oficina. Si sos una chica que pesa 120, 130 (kilos) en la oficina, muy posiblemente, tus amigos, si te ponen una mano encima, te la ponen como un buen compañero. Si vos bajás 30, 40 kilos, ya dejan de ponerte la mano encima como un buen compañero, y te ponen la mano encima con otra intención… ¿No? Eso puede parecer una discriminación, pero es así”.  Un guiño a la misoginia, a la heteronorma, al gordoodio y al acoso laboral, coronado con una lavada de manos.  Alberto Cormillot comienza su diatriba usando el término “gordita”. Y las personas gordas reconocemos cuándo el diminutivo responde al cariño y cuándo a la condescendencia, porque recibimos muchísima de ésta última: todos los días, en cualquier ámbito, alguien nos explica algo sobre nuestro cuerpo y el sobrepeso, como si fuéramos infantes que viven dentro de un termo: en un tono que puede variar entre el cariño, la pena e incluso el regaño, recibimos sugerencias sobre ejercicios, dietas, recetas y gimnasios. Se nos hace notar que tenemos sobrepeso o que éste ha aumentado. Nos enumeran todos los problemas de salud que podría provocar el sobrepeso y/o todos los beneficios de perderlo. Nos comentan cuánto más levante podríamos tener bajando de peso o se ponderan los aspectos más agradables de nuestra personalidad a modo de premio consuelo…  “Gordita/o” funciona de la misma manera que términos como “muñeca”, “chiquita”, “nena” o “minita”: disminuyen a la persona a la que se están refiriendo. Y así como el mansplaining infantiliza a las mujeres, el thinsplaning, es decir, las explicaciones condescendientes que recibimos las personas gordas sobre nuestra salud, nuestros cuerpos y nuestros vínculos sexoafectivos, entre otros temas usuales, por parte de personas no-obesas, nos coloca en un lugar similar, nos infantiliza.  Sorprendiendo a nadie, Cormillot añade al thinsplaining una pizca de misoginia y heteronorma: valida el acoso sexual en el ambiente laboral y la mirada masculina como indicadores de la belleza femenina, asocia la delgadez con la belleza, la gordura con la fealdad, cosifica a la mujer y asume la heterosexualidad de todas las personas involucradas en la situación.  Y además, culpa a la gordita de la oficina por la falta de interés sexual que, supuestamente, sus compañeros de trabajo manifiestan hacia ella: sólo necesita perder 30 o 40 kilos (ni más ni menos que del 25% al 33% de su masa corporal) para que ellos comiencen a tocarla sexualmente.   En el imaginario social, las personas delgadas son más exitosas económica y socialmente: se cree que gozan de mayor control de sus impulsos, que son emocionalmente más estables, más organizadas, más productivas, se asume que hacen un esfuerzo por mantenerse así, una suerte de meritocracia estética. Por el contrario, se asume que una persona es gorda porque carece de autocontrol, porque no tiene fuerza de voluntad, porque no es capaz de comprender en profundidad las consecuencias de sus decisiones, porque es perezosa y descuidada o porque no se ama (sin mucho esfuerzo, aquí también podríamos establecer un paralelismo entre el estereotipo delgado con el masculino y el estereotipo gordo con el femenino). Así, el sobrepeso sería el signo visible de la improductividad, algo completamente indeseable para el capitalismo. O de la resistencia a los cánones de belleza hegemónicos. O aún peor: a ambos, si se trata de una persona gorda que se siente feliz, orgullosa, cómoda consigo misma, deseable.  De aquí (y no del peso o el tamaño) proviene el rechazo y la discriminación que sufren las personas gordas, la cual no se limita a los vínculos sexoafectivos: la vemos en las escuelas en forma de bullying, en los trabajos en que la “buena presencia” no incluye sobrepeso. También lo notamos en los uniformes escolares y laborales que debemos pagar aparte para que sean hechos a medida, en la ropa que no conseguimos o que pagamos mucho más cara. Ni hablar de los asientos de cualquier transporte en los que no cabemos y en la multitud de imágenes que vemos a diario en redes sociales, publicidades, TV, etcétera, en las cuales nuestros cuerpos sólo aparecen para vendernos algún producto de belleza, a modo de inclusión forzada y marketinera.   Esto, todo esto, es gordofobia: “Acciones, discursos y prácticas que prejuzgan, burlan, rechazan, marginan y vulneran los derechos de las personas bajo el pretexto de la gordura” (Anybody Argentina). Y el resultado de la gordofobia es el gordoodio, el rechazo, la discriminación y la violencia que sufren las personas gordas, por el sólo hecho de ser gordas (Anybody Argentina). Y el resultado del gordoodio son el autoodio y los trastornos alimenticios.  Cormillot cierra con “eso puede parecer una discriminación, pero es así”. Y sí: efectivamente todas las personas gordas hemos sufrido, al menos una vez, el rechazo o la invisibilización por nuestro sobrepeso, lo cual es discriminatorio. Pero lo dice a modo exculpatorio, como si no fuera él quien trae este discurso cargado de prejuicios a la televisión de aire. Con la frase final, Cormillot se corre del lugar de formador de opinión que efectivamente ocupa, se desliga de los prejuicios que él mismo ha ayudado a consolidar durante años

Les Payases, grupo de teatro para toda la familia con perspectiva de género y diversidades, pasaron por el programa Estás Muteade, de Radio La Retaguardia. Hablaron acerca del nacimiento del proyecto y su trabajo durante la pandemia. También anunciaron las fechas que se vienen. Se acaban de presentar en La Usina de Arte y estas semanas estarán en El Teatro Border, durante las vacaciones de invierno. Entrevista: Julián Bouvier/Pedro Ramírez OteroEdición: María Eugenia Otero/Fernando Tebele