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Este año crecieron nuevamente los casos de dengue en la Ciudad de Buenos Aires. Si bien circulan campañas de prevención, parecen no alcanzar. Ricardo Teijeiro, infectólogo del Hospital Pirovano, pasó por el programa radial Oíd Mortales y despejó algunas dudas sobre la enfermedad. También anunció una buena noticia en cuanto a la prevención. Entrevista: Luis Angió/Cristina VarelaRedacción: Nicolás RosalesEdición: Pedro Ramírez Otero El dengue es una enfermedad viral que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti. Este mosquito se caracteriza por ser pequeño, oscuro, con patas rayadas negras y blancas.En la Ciudad de Buenos Aires, las Comuna 9 y 11 son las que acumulan más casos de dengue. En la Comuna 9, el barrio más afectado es Mataderos, donde hay un agrupamiento con epicentro en la Avenida San Juan Bautista de La Salle, las calles Basualdo, Araujo, Guardia Nacional (alturas 1500-1900) y las que cortan, con una gradual expansión. Tarea del hogar “Es común que en esta parte del año cuando empieza a haber calor, mucha humedad y empiezan los problemas de que queda el agua acumulada en distintos lugares de los hogares, reaparezca el mosquito del dengue. Para evitarlo debemos hacer un trabajo arduo, permanente, diario, que debemos hacer todos en nuestros domicilios, pero muchas veces queda el agua estancada, y lamentablemente el mosquito necesita de eso para pasar de su estado de larva a mosquito adulto. Y así picando a un enfermo se los transmite a una persona sana”, comenzó Ricardo Teijeiro, infectólogo del Hospital Pirovano. Mirada regional y autóctona “Una de las cosas interesantes es que hay que mirar más en forma regional lo que está pasando en Brasil, Paraguay, Perú, Bolivia. Entonces cuando uno viaja también hay que tener en cuenta este tipo de riesgos que uno asume por el hecho de estar circulando en regiones donde esta enfermedad es muy frecuente. Y nosotros tenemos mucha fluidez con estos países”, dijo el infectólogo. Además, remarcó que ya hay circulación local de dengue, porque la gente se contagia en Argentina y cada año crecen los casos. Incubación y síntomas “En el período de incubación por lo general uno no tiene ningún síntoma y eso puede durar una semana o 10 días en promedio. Ahora, cuando se tiene síntomas, ahí sí hay que acudir rápidamente al médico porque es fundamental acceder al diagnóstico temprano para tener una buena asistencia evitando las complicaciones y por otro lado para aislar al paciente y que no contagie a otros. Porque si el mosquito que lo contagió pica a otra persona sana ya se está contagiando. Las fumigaciones matan a los mosquitos adultos pero no así a las larvas. La larva permanece en el invierno, pero no se desarrolla, pero hay que evitar las aguas estancada”, detalló Teijeiro. Además, se refirió a la similitud que tienen los síntomas con otras enfermedades y a las diferencias para poder reconocer un posible caso de dengue: “Tiene algunas características como puede ser la fiebre como toda enfermedad infecciosa. Y lo distinto sería el dolor muscular, de articulaciones, dolor de cabeza, detrás de los ojos, manchas que pueden ir apareciendo en la piel y que pueden ir marcando algunas complicaciones porque pueden ser de sangrado. Por eso es importante el control, porque el diagnóstico lo va a hacer un médico con un estudio”, dijo. El médico explicó también cómo se transmite el dengue y los modos de prevenirlo: “El mosquito tiene que picar a una persona enferma, y a quien pica tiene que tener en ese momento el virus vinculante y luego el mosquito picar a alguien sano. Es el mosquito que transmite la enfermedad, no es de persona a persona. Es importante si uno está en una zona de riesgo no exponer partes del cuerpo, hay que cubrirse los brazos, las piernas. Y usar el repelente adecuadamente, porque este se va lavando ya que dura dos o tres horas. Si es un día de calor se lava más rápido por la transpiración. También el cambio de clima ha hecho que los períodos de dengue se prolonguen por los calores y mientras se mantenga el calor y la humedad el mosquito va a seguir desarrollándose”. Teijeiro remarcó que aquellas personas que no tengan elementos adecuados como mosquiteros en las casas o estén más tiempo al aire libre estarán más expuestas a contagiarse.Por último, el médico especialista en infectología contó que para agosto se podría aprobar una vacuna. “Lo bueno sería que uno se pueda vacunar sin haber tenido la enfermedad a modo preventivo y una sola vez en un esquema de vacunación”, concluyó.

Lo dijo la licenciada María Andrea Dakessian, directora de Salud y Educación Ambiental de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) en diálogo con el programa radial Oíd Mortales. La profesional habló acerca del estado de situación en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires respecto al dengue  y de  las medidas de prevención que deben tomarse para evitar las picaduras del mosquito que lo transmite. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Cristina Varela/Luis Angió ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero La pandemia por Covid-19 desplazó de la agenda de los medios de comunicación la temática del dengue y la importancia de seguir trabajando en la prevención de esta enfermedad que cada año afecta a mayor cantidad de personas en el territorio nacional.  “El tema parece que quedó como olvidado o no tiene tanta prensa. Pero por suerte no tuvimos y no tenemos la situación de dengue de años pasados. En ese sentido, estamos tranquilos porque no hay casos de dengue. Pero no hay que aflojarle a lo que veníamos diciendo desde el año pasado que es algo que no tenemos que olvidarnos: que aunque no tengamos dengue, tenemos al  Aedes aegypti (el mosquito vector de ésta y otras enfermedades). El escenario actual, nos pone en un lugar donde si se venían dando las condiciones de siempre íbamos a tener casos de dengue. Como la pandemia por Covid de alguna manera trastocó y alteró algunas variables para decirlo de alguna forma, hace que tengamos el mosquito Aedes aegypti pero no tenemos personas infectadas que hagan que sea posible la transmisión. Igual, eso no quiere decir tampoco que no aparezca algún caso de persona infectada. Porque como tenemos la circulación del mosquito hay que seguir batallando fuertemente el tema de la prevención para que no haya más proliferación. Para mantener casi a cero o muy controlada la población de aedes en nuestros domicilios”, comenzó explicandoLicelicenciada María Andrea Dakessian, directora de Salud y Educación Ambiental de ACUMAR. No nos tenemos que relajar “La zona del Riachuelo no es que en realidad incrementa o acrecienta por la cercanía del agua del río o pastizales la presencia de aedes. Las acciones de prevención que hacemos desde ACUMAR son en toda la jurisdicción. Lo que sucede es que desde una mirada de salud uno por ahí prioriza donde mandan los recursos. Hoy, la Ciudad de Buenos Aires o las grandes ciudades siguen centralizando sus recursos al Covid y la vacunación, y no hay tantos operativo de despliegue sobre el dengue, sin embargo se mantienen.  Se continúan trabajando bajo algunas pautas que consisten básicamente en la eliminación de criaderos. Porque las temperaturas siguen siendo amigables para que eclosionen los huevos, las larvas crezcan, se transformen en pupas y haya mosquitos. De hecho en nuestras casas seguimos encontrando aedes aegypti, que me pude picar a mí y si yo no tengo la enfermedad, el mosquito me pica nada más. Y va a picar a otra persona, después de haberme picado a mí, no va a transmitir la enfermedad. Pero no nos tenemos que relajar. Tenemos que continuar evitando la acumulación de agua en pequeñas, medianas o grandes cantidades, y eliminarla”, detalló. Plan Sanitario de Emergencia Dentro del trabajo que realiza ACUMAR de manera articulada con otros organismos estatales, la directora de Salud y Educación Ambiental brindó más detalles acerca del Plan Sanitario de Emergencia: “Se trata de la línea seis de lo que es Plan Integral de Saneamiento, dentro del PISA, que tiene catorce grandes líneas de acción. Por orden del juzgado, teniendo en cuenta las recomendaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de la Auditoría General, más observaciones que habían hecho grupos comunitarios y organizaciones, se nos había pedido casi al inicio de nuestra gestión, que se reformulara el Plan Sanitario. El mismo no deja de ser un documento que traza los lineamientos de acción que tendría una gestión para resolver problemas. En el caso nuestro, debería ser prevenir enfermedades asociadas con ambientes degradados, no con intervención directa de ACUMAR por ser una autoridad de cuenca, si no conjuntamente con los municipios que tienen la responsabilidad de llevar adelante los sistemas sanitarios con el Gobierno nacional a través del Ministerio de Salud con el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad a través de sus respectivos ministerios. Se detectan las áreas problemáticas a trabajar, y una de ellas son la sonosis y plagas. Y ahí se encuentran las enfermedades transmitidas por mosquitos, más comúnmente conocido como dengue. El plan sanitario tiene una duración específica que va desde el 2020 al 2023. Durante todo este año se plantearon cumplir más de 50 acciones”. Por último, Dakessian mencionó el trabajo que se viene realizando en la Villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires: “Es una de las poblaciones que se aborda de la manera más integral posible entre Ciudad, Nación, Aysa y distintas áreas de ACUMAR, porque se hacen varias cosas en simultáneo. Por un lado completar el proceso de reubicación de las familias que estaban viviendo sobre lo que se conoce el ‘camino de sirga’ (sector que bordea una parte del Riachuelo). Hubo dos relocalizaciones de grupos poblacionales o de familias en pleno contexto de pandemia y de emergencia sanitaria. Uno fue para un complejo habitacional que se llama Alvarado y otro que se llama Mundo Grúa que era un complejo que ya estaba construido y que faltaba hacer terminaciones y hacer el proceso de reubicación. Con todas las medidas de seguridad que implicaron hacer los traslados de mudanza. De apropiarse de las nuevas viviendas, de poder hacer las desinfecciones, la limpieza y la higiene. Lo que se pretendía era garantizar mejores condiciones de vida. Esto fue un logro que se llevó adelante con el Instituto de la Vivienda de la Ciudad y con otra áreas de gobierno. La vivienda cuanto más saludable sea en términos del tiempo que uno permanece ahí, no solo es un derecho, sino que mejora nuestro proceso de salud/enfermedad. Hay otra obra

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) desarrolló un insecticida biológico para combatir las larvas del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue. No afecta a las personas, a los animales o al medioambiente, y está destinado para fumigar grandes extensiones de agua. El bioquímico Diego Sauka, doctor de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA, habló en La Retaguardia y contó acerca de este nuevo biolarvicida. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero ✏ Redacción: Diego Adur 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: intainforma.inta.gob.ar El nuevo insecticida que generó el INTA para eliminar las larvas del mosquito que transmite el dengue es de origen biológico, no químico, por lo que no afecta al medio ambiente. Es un biolarvicida que no ataca a los mosquitos adultos y no está pensado para utilizarse de forma doméstica sino en grandes cuerpos de agua imposibles de descacharrar. El bioquímico Diego Sauka, trabajador del INTA, habló del descubrimiento y explicó la importancia de que no sea nocivo para las personas, los animales o el medioambiente. “Este desarrollo es lo que se conoce como un insecticida biológico que tiene como ingrediente activo una bacteria tóxica para larvas de Aedes aegypti, el mosquito vector del dengue y de otras enfermedades. Para controlar insectos lo más común es usar insecticidas del tipo químico que, en ciertas condiciones, pueden afectar al hombre y a otros animales. Los bioinsecticidas están formulados con un microorganismo. Este producto es especifico para larvas de mosquitos de Aedes aegypti, por lo que no afecta al hombre, no daña animales y no contamina el ambiente. Incluso no mata otros insectos que no sean larvas de mosquitos, lo que desde el punto de vista ambiental es muy importante porque no es un agroquímico, es un producto biológico”, destacó el investigador y agregó que el tampoco afecta a los mosquitos ya desarrollados: “Los insecticidas que generalmente se utilizan afectan al mosquito adulto, al volador. Este producto viene formulado en una suspensión líquida que se fumiga sobre los cuerpos de agua, donde no se pueda descacharrar o eliminar la fuente de agua y actúa sobre las larvas, no sobre el mosquito adulto”. La epidemia de dengue en Argentina cuenta con más de 70 mil casos —entre confirmados y sospechosos— tomando datos oficiales desde agosto de 2019 al día de hoy.  “Esto viene a ser una herramienta más que se tiene para poder luchar contra el mosquito vector del dengue. Sólo con ella o sólo con los insecticidas químicos no vamos a poder lograr vencerlo. Esto tiene que ir acompañado de programas de educación que nos informen cómo tenemos que deshacernos del mosquito”, explicó Sauka. Por último, el bioquímico aseguró que el uso de este larvicida no es para uso doméstico, sino que está pensado para desinfectar a gran escala.“Este producto no lo vende el INTA. No es para un uso hogareño. Es para aplicar en programas de manejo de vectores. Se va a aplicar en los cuerpos de agua de gran extensión donde están proliferando los mosquitos. No es para usar en los hogares”, cerró.

Lo dijo Pamela Gallardo, Promotora de Salud y vecina de la Villa 31, ubicada en Retiro, al norte de la Ciudad de Buenos Aires, en diálogo con el programa radial A mi no me importa. Desde su trabajo en el Centro de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC) 47 ubicado en el barrio, Pamela ofrece una mirada del aislamiento social muy lejana a lo que aparece en los medios tradicionales y ciertos discursos oficiales. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero✏ Redacción: Rodrigo Ferreiro 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero El aislamiento social, preventivo y obligatorio está instalado en todo el territorio de nuestro país. Desde el gobierno nacional, empiezan a plantearse cómo flexibilizar la cuarentena, al menos en algunas provincias. La realidad es que, ya en la cuarta semana de aislamiento, el Estado sigue sin atender las necesidades básicas de muchos sectores de la población que no pueden simplemente quedarse en su casa. La Promotora de Salud Pamela Gallardo, explicó cómo se vive en la Villa 31, ubicada en la Ciudad de Buenos Aires. —La Retaguardia: ¿Querés contarnos qué es ser Promotora de Salud? —Pamela Gallardo: Somos un grupo de personas que estamos trabajando hace cinco años a partir de un programa, nos dividieron en los Centros de Salud del barrio, y articulamos y generamos vínculos con la comunidad, somos un nexo entre la comunidad y los Centros de Salud, coordinamos con organizaciones, comedores que hay en el territorio. Es importante en esto aclarar que cuando nosotras hablamos de Salud lo hacemos desde una concepción integral, no solo biológica, que aborde lo social, lo cultural, lo económico también. Entonces generamos una conexión entre el sistema de salud y la comunidad. —LR: Los medios de comunicación le hablan a la clase media cuando se dice “quedate en casa”, ¿qué pasa en un barrio como la 31? —PG: Una de las cosas que estamos haciendo los trabajadores de salud es transformar ese mensaje, esa sugerencia que se baja, a la realidad del barrio. Se vive otra realidad, en otro contexto, para nosotras la calle es nuestro espacio libre, recreativo, las casas son chicas y salimos a encontrarnos con los vecinos en la calle, en la plaza, en la vereda. También están los comedores, la violencia de género, la asistencia en lo que es la salud, nosotras trabajamos en un CeSAC donde la estructura es muy precaria, donde por ejemplo en lo que respecta a lo respiratorio esta cuestión nos puede afectar mucho. —LR: ¿Cómo está viviendo el barrio la cotidianeidad de la cuarentena? —PG: Es complejo. Por ejemplo, acá en el barrio hay mucha gente que trabaja de modo independiente. Salen a vender a la feria, se dedican a la actividad comercial. Se está tratando de articular con los comedores, pero lo real es que la asistencia del Estado a los comedores no se está cumpliendo, no mandan alimentos. Cumplir la cuarentena también es difícil, los lugares son pequeños, se tratan de hacer actividades de modo virtual, para hacer más ameno el aislamiento, pero es difícil. —LR: ¿Qué rol está cumpliendo el Estado, tanto en la salud como en el día a día? —PG: Y, hace unos días, por la ausencia del Estado, se ha creado un Comité de Crisis en base a la urgencia, a la vivienda, a la salud, a la comida. Eso te demuestra que está difícil, que el Estado está ausente. Los comedores no tienen los elementos necesarios, no llegan. En el CeSAC hay elementos que tampoco llegan, además que el espacio también no es apto. —LR: ¿Qué preocupaciones tienen hoy los y las vecinas de la 31? —PG: Lo real es que los vecinos no están preocupados como en otros lugares por el coronavirus. Les preocupa, por ejemplo, no tener un ingreso, no tener comida. Tenemos adultos mayores en el barrio que no tienen comida, no se pueden mover mucho, no llegan a los comedores. Tuvimos casos de cuestiones emocionales también, vecinos con ataques de pánico, de parálisis facial, por las medidas que se tomaron. Podemos decir que están bien las medidas para evitar la propagación del contagio, pero tenemos que pensarlas de un modo en que no afecte a los vecinos de la 31. Pensarlas en su contexto. —LR: ¿Hubo algún acercamiento por parte del gobierno porteño? —PG: Y, en la 31 hay un organismo que es la Secretaria de Integración Social y Urbana, ellos suspendieron todas las actividades, incluso el área que ellos manejan de salud. No se dio respuesta, no contestan. Y por eso mismo se formó el Comité de Crisis, para pedirle al Estado que responda. Ellos vienen en campaña, pero luego en este contexto no aparecen. Y eso genera bronca. También está la policía, que te pide que hagas lo que ellos te dicen en muy malos términos. También estamos teniendo muchos problemas con respecto a la violencia de género. Existe la línea 144 pero hemos tenido casos donde llamaron y no les dieron una respuesta satisfactoria, no hubo estrategia salvo aconsejarles que hagan la denuncia. —LR: ¿Cómo está el CeSAC 47 ahora? —PG: El CeSAC tuvo modificaciones con respecto a la organización. Ahora se atienden a personas con síntomas de COVID-19 o de Dengue, aunque el Dengue fue dejado un poco de lado. Se está empezando a notar el reclamo que venimos haciendo con respecto a la estructura, no previeron lo que les decíamos durante años y ahora quieren que atendamos una demanda grande, y la ausencia de infraestructura aparece más a la vista que nunca. Al día de la fecha, el colectivo de Promotores y Promotoras sigue exigiendo que se trate en la Legislatura porteña la ley que formaliza su situación como Agentes de la Salud, reclamo que lleva más de cuatro años.

Lo dijo Juan Manuel Moreno, condenado a 14 años por una causa armada. Su voz saltó los muros de doce metros que rodean el Complejo Penitenciario de Florencio Varela para contar en Hasta que vuelvan los abrazos cómo es atravesar un aislamiento social en el lugar donde la sociedad aísla. (Por La Retaguardia)🎤 Entrevista: Giselle Ribaloff/Fernando Tebele✏ Redacción: Andrés Masotto/Leda Martyniuk 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 🖍️ Ilustración: Juan Manuel Moreno por Lorenzo DibiaseJuan Manuel Moreno es otra víctima más de las causas armadas: en diciembre de 2016 fue condenado a 14 años por un asesinato que, como se pudo probar en el juicio, no cometió y ni siquiera estuvo en el lugar donde ocurrió. La explicación es otra: junto con su espacio de militancia, Resistencia Unida y Popular, denunciaba y escrachaba a las fuerzas de seguridad y los dirigentes políticos de Lomas de Zamora.“Hubo una pelea entre dos bandas de hermanos que termina en un tiroteo y la policía me viene a buscar a mí. Después de haber sido torturado en la comisaría delante del secretario de la privada de Darío Giustozzi, que era el intendente de Almirante Brown y el jefe de toda la distrital departamental deciden que yo iba a ser juzgado por ese homicidio. En el juicio se comprueba que yo nunca estuve en el lugar, pero la fiscal me reconoce por haber estado en varias oportunidades en la puerta del juzgado de Lomas de Zamora acompañando a distintas familias, también víctimas del sistema, donde los policías matan a los pibes en los barrios”, explicó Juan Manuel sobre su situación. Y agregó: “Las víctimas no me reconocen a mí. Es más, dicen que yo nunca estuve en el hecho. Pero la policía sigue sosteniendo con una testigo plantada que yo a cien metros del lugar entregué dos bolsas con treinta armas de fuego. No hay un arma secuestrada. La causa ahora está en casación a la espera de que esta justicia de alguna manera resuelva algo. Es paradójico lo que espero: la misma justicia que me arma la causa me tiene que resolver algún tipo de beneficio o la absolución”. Privados de todo La emergencia sanitaria en la que nos encontramos inmersos de manera global no es novedad para quienes se ven transitando sus extensos días en los centros de detención. Es de público y notorio conocimiento el hecho de que la mayoría de las cárceles poseen una higiene casi nula que pone en riesgo la vida tanto del personal penitenciario como de detenidos y detenidas frente a este contexto. Dentro de los muros todo es más precario: la comida, el acceso a los medicamentos, el acceso tanto al área de educación como al de trabajo resulta obstaculizado en la mayoría de los casos e incluso algo tan básico como la  atención médica y la contención psicológica es escasa. Todo esto generó motines en varias unidades penales, siendo los de Coronda y Las Flores, ambos en Santa Fe, los más graves.“La situación es calcada a los cincuenta y pico de penales que hay en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, donde si bien ya veníamos acarreando distintas problemáticas, ahora con el tema de la pandemia se hace más peligroso y pesado el encierro. Se vive día a día, con temores como afuera, pero peor porque te juega mucho en contra psicológicamente no poder ver a tu familia, la mala alimentación, la falta de sanidad, la falta de todo tipo de recursos. Prácticamente se vive de a cuatro o cinco personas en un baño de dos por dos”, relató Moreno. Y continuó: “Hubo protestas pacíficas, no somos locos ni nada parecido. Somos humanos igual que los de afuera, nada más que algunos pagando algún error que han cometido y otros que, como en mi caso, somos juzgados por ser netamente organizadores o agitadores en contra del sistema. Las protestas fueron fundamentadas, obviamente, y no por el tema casual de la pandemia: esto ya viene colapsando hace varios años. La justicia tiene un retardo total y es inoperante para resolver en tiempo y forma distintas causas. Causas muy chiquitas, hay pibes que vienen por boludeces y se podría evitar el contexto de encierro y buscar otras opciones. Sin embargo, abarrotan y hacinan acá adentro y nos encontramos totalmente colapsados. La cárcel no reinserta a nadie a la sociedad, al contrario: te devuelven peor”. La preocupación por evitar que el virus se propague intramuros está latente ya que podría causar una (otra) masacre. Pero la crisis habitacional alimentada por un sistema judicial punitivista que favorece la superpoblación y la falta de políticas orientadas a mejorar las condiciones de encierro sumergen a los internos en muchos otros riesgos: “En una unidad donde hay 1200 presos y con gente del Servicio Penitenciario que va y viene todos los días, que se maneja afuera con total libertad, tiene que haber alguno. Pero más allá del coronavirus nosotros lo que planteamos es que está bien, pongámosle que no haya entrado el virus, acá se mueren todos los días dos o tres pibes de tuberculosis, por falta de medicamentos, por estar bajos de defensas por comer la basura que nos traen que no lo comen ni los animales. Adentro el problema es mucho más profundo que la pandemia del coronavirus”, denunció.“El Estado supuestamente nos debería garantizar la salud, la comida y la estadía dentro de las unidades para reinsertarnos. El tema del dengue es muy particular. Nosotros denunciamos que se mueren pibes de otras cosas, no de coronavirus. Pero acá llueven dos gotitas y tenés la unidad toda tapada, todas las cloacas rebalsando y por una semana tenés todo el foco de propagación del dengue ahí, a la vista. Es peligrosísimo. Se muere más gente de dengue que de coronavirus. O de femicidios. Se están tapando muchas otras cosas con la psicosis del coronavirus”, insistió Juan Manuel. El lugar de encierroMuchas personas nunca han visitado un complejo penitenciario. Quizá ni siquiera hayan hecho el ejercicio de imaginar cómo es. Juan Manuel Moreno

Mientras que desde los medios tradicionales de comunicación, la clase media y alta sostiene la consiga de quedarnos en nuestras casas y respetar el aislamiento social, preventivo y obligatorio, en La Retaguardia nos preguntamos qué sucede en los barrios populares y en las villas a la hora de asimilar la cuarentena. En la primera emisión de Hasta que vuelvan los abrazos el programa de La Retaguardia durante la cuarentena, habló sobre este tema una de las referentes de La Poderosa, María Claudia Albornoz: “La expectativa de vida en los barrios pobres es muy corta. O te mata el narcotráfico o te mata el gatillo fácil o te mata alguna enfermedad”. (Por La Retaguardia)🎤 Entrevista 👉 Fernando Tebele/María Eugenia Otero/Giselle Ribaloff✍ Redacción 👉 Diego Adur💻 Edición 👉 Pedro Ramírez Otero Si bien las medidas tomadas por el gobierno nacional para contener la propagación del virus Covid-19 son necesarias, existen sectores sociales que sufren esta cuarentena mucho más que otros. En los barrios populares y en las villas las familias viven hacinadas en casas muy pequeñas en las que deben convivir muchas personas. Por otra parte, la obligatoriedad de quedarse en sus casas les impide a muchos y a muchas de ellas salir a ganarse el dinero necesario para darles de comer a sus familias ya que en estos sectores la subsistencia es día a día. María Claudia Albornoz es una de las referentes de La Poderosa, vive en el Barrio Chalet, en Santa Fe y es trabajadora de la salud. Pertenece a un movimiento social que funciona en comedores populares y a partir de la propagación de la pandemia también están produciendo barbijos para proteger la salud de todas las personas que los necesiten. La Negra Albornoz contó acerca de esta situación a la que están expuestos en su barrio que es ignorada completamente por los medios tradicionales de comunicación:“Es bastante complicado aislarse en medio de mucha gente viviendo en pocos metros cuadrados. Entendemos que es muy necesario. Yo te estoy hablando desde la ciudad de Santa Fe. Nosotras tenemos acá una asamblea de La Poderosa, en el Barrio Chalet. También soy trabajadora de la salud. Vivo en este barrio hace casi 55 años. Sabemos de emergencias por acá. Es complejo cuando escuchamos la consigna de ‘quedate en casa’. Entendemos que es lo que dijo el presidente. Es un decreto constitucional y es obligatorio, pero las realidades son muy distintas. Lo primero que tenemos que pensar cuando decimos ‘quedate en casa’ es cuántos metros cuadrados tiene la casa, cuánta gente vive en esa casa. Eso nos complejiza porque necesitamos asistencia para esas familias que viven en muy pocos metros cuadrados con mucha gente. Muchas veces esas casas son usadas como dormitorios más que como para vivirlas. Por lo general, en los barrios populares o en las villas hay mucho hacinamiento. Se pone muy pero muy complejo. Lo que en realidad se habita en las villas es el barrio: la canchita, los pasillos y lugares afuera de la casa. En realidad, adentro solo se va dormir. A veces, a comer”, señaló Albornoz.El aislamiento para estas familias se hace verdaderamente complejo sino imposible. Los parámetros a la hora de juzgar o sancionar si determinadas personas no cumplen estrictamente con la cuarentena deberían amoldarse también a esta realidad. La intención de la referente de La Poderosa es aislarse y cumplir con los pedidos del gobierno, pero para ello exige ayuda al Estado: “Necesitamos que se empiecen a tomar medidas que podamos cumplir con este decreto presidencial, que podamos cumplir con algo tan fundamental como aislarnos para que este virus no se propague. Pero necesitamos asistencia. Sino es muy difícil cumplir este tipo de medidas que son necesarias. Deben adaptarlas a los territorios e ir acompañadas de la mano del Estado. Necesitamos que el Estado y los gobiernos vuelvan a los territorios a acompañar esta situación de hacinamiento. Si no se hace muy complejo”, pidió.La realidad que se vive en las villas y en los barrios populares es muy distinta a la que se muestra en la televisión y en las redes sociales. También es diferente la posibilidad de quedarse encerrado sin ir a trabajar para un asalariado, un trabajador en relación de dependencia, un empresario, un patrón, que la de una persona que vive al día y sin ahorros: “Nosotros vemos en las redes sociales como la gente comparte que ve películas, comparte que lee libros, que pueden salir al balcón o tienen un pedacito de patio. Esto en los barrios populares no ocurre. Son pasillitos pequeños, casitas pequeñas con mínimos metros cuadrados en donde tiene que vivir una familia que son 9, 10 u 11 personas. Además, ¿cómo hacen para quedarse en casa el padre, la madre o quién tiene que conseguir el alimento a la familia, que si no sale a laburar no come? Desde hace mucho tiempo que en los barrios tenemos economía de subsistencia. Estos sectores empobrecidos son los que salimos a buscarnos la changa, la moneda, en función de llevar algo de comida a la casa. Las organizaciones y los movimientos sociales somos los que nos encargamos, por ejemplo, de que los comedores sigan funcionando y que la gente tenga un plato de comida. Hoy se hace cada vez más difícil. Esas listas de espera que ya teníamos hoy se han incrementado enormemente. No hay recursos alimentarios para seguir alimentando más gente. Pedimos que se organice esa cantidad de alimentos que necesitamos repartir, que necesitamos cocinar”, expresó.Hoy son esas organizaciones sociales las que sostienen el funcionamiento de los comedores populares. Necesitan la ayuda y el abastecimiento del Estado para poder continuar: “Tenemos una gran responsabilidad en lo que es el manejo de la seguridad alimentaria. Estamos trabajando con barbijos. Hay que lavarse las manos permanentemente. Alcohol en gel no hay. Limpiamos las superficies constantemente con agua y lavandina. No nos queremos enfermar ni queremos enfermar a nadie más. Necesitamos los alimentos para cocinar. Sabemos que la emergencia se está reorganizando, pero el primer sector que hay que organizar rápidamente

Lo dijo Juan Calvetti, médico generalista y magíster en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud de la Universidad de Lanús, en conversación con Pedro Ramírez Otero y Agustina Sandoval Lerner en La Retaguardia. Calvetti explicó que en años anteriores cuando los países de la región sufrieron una epidemia de dengue, Argentina también padeció el virus a gran escala. El médico contó acerca de los motivos de la propagación de la enfermedad y los modos de prevenir el contagio. (Por La Retaguardia)📝 Texto 👉 Diego Adur📝 Edición 👉 Pedro Ramírez Otero🎤 Entrevista 👉 Agustina Sandoval Lerner y Pedro Ramírez OteroEl dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti que se propaga en lugares húmedos y calurosos. Por eso, en nuestro país, los veranos suelen venir acompañados de preocupación por el riesgo de contraer el virus. El médico generalista Juan Calvetti dialogó con La Retaguardia y contó que en los principales países de la región los casos de dengue van en aumento. Calvetti contó también que ya hay registrados casos en la Argentina y que, si bien en su primer contagio la enfermedad presenta síntomas asociados a una gripe, puede complicarse si la persona contrae dengue de diferentes tipos: “Brasil, Paraguay y Bolivia están con epidemia de dengue hace algunos meses. El dengue es una enfermedad que se transmite por medio de un mosquito. Hasta que el mosquito no empieza a aparecer en la Argentina, el dengue no aparece. El mosquito aumenta su reproducción en el verano. La mayoría de los casos son de personas que viajaron a algún país con dengue. Hay 4 tipos diferentes de dengue. Las últimas dos grandes epidemias en nuestro país fueron en el 2009 y en 2016. Más del 90% de los casos fue dengue tipo 1. En los países limítrofes está habiendo del tipo 1, 2, 3 y 4. El dengue se puede tener más de una vez en la vida, la primera vez es un cuadro similar a la gripe. Si se vuelve a contagiar la enfermedad con otro de los tipos de dengue, puede dar un cuadro grave con hemorragia. En la Ciudad de Buenos Aires, los infectados tenían dengue del tipo 2 y tipo 4. Eso pone en riesgo a la población que ya tuvo dengue tipo 1 de tener un cuadro más grave”, explicó el médico y se refirió a los síntomas: “Es una gripe sin las características de resfrío. Mucha fiebre, dolor de cabeza y de cuerpo, pero sin mocos. Ese es el dengue clásico. Los signos de alarma son cuando hay un dolor abdominal muy fuerte seguido de hemorragias ya sea por la boca, por la orina, por la materia fecal o, en la mujeres, puede ser por una menstruación más abundante que lo habitual”, enumeró.Juan habló acerca las características del mosquito y de los métodos de prevención que pueden utilizarse dentro de los domicilios donde se reproduce el dengue: “Este mosquito tiene la característica que vive dentro de los domicilios o muy cercanos a ellos. Principalmente en zonas urbanas más que en zonas rurales. Se acostumbra a vivir con nosotros y nosotras. Pone huevos. Para criarse necesita lugares oscuros, húmedos y calurosos. Por eso el mosquito empieza a reproducirse más rápidamente en la época de verano y con lluvia. Los picos máximos del mosquito Aedes aegypti, son en febrero y marzo. Evitar la reproducción del mosquito es difícil. Hay que tratar de evitar tener recipientes con agua”, recomendó el médico, pero remarcó una situación que se produce en zonas de menores recursos: “Lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires es que en algunos barrios más vulnerables, el recurso de las personas es acumular agua en recipientes. Son los lugares donde justamente el mosquito pone los huevos. En esas situaciones lo que se recomienda es poner una tapa para que no pueda entrar el mosquito”, explicó.Sobre las campañas de fumigación que otros países tienen para prevenir enfermedades transmitidas por los mosquitos, Calvetti aseguró que “la fumigación en espacios abiertos no sirve para combatir el Aedes aegypti porque no pone sus huevos en zonas al aire libre, los pone dentro de las casas. La estrategia más efectiva es fumigar las casas de las personas que tienen la enfermedad”.Argentina, después de sufrir dos epidemias en los años 2009 y 2016, abasteció sus hospitales de una herramienta para verificar si el paciente fue contagiado de dengue: “En el sistema de salud está disponible lo que es el kit del diagnóstico rápido para el dengue. Después de la última epidemia se compró masivamente. En los centros de salud y hospitales públicos se realiza el test y tienen el resultado, en general, el mismo día o al día siguiente”, expresó. Por otro lado, el médico avisó que en caso de automedicarse, hay determinadas drogas que pueden usarse y otras que pueden generar efectos adversos: “En estos casos, si uno pretende automedicarse, lo mejor es utilizar el paracetamol. No así el ibuprofeno o la aspirina porque produce una reacción por el tipo de inmunidad que tiene el virus que puede producir sangrados”.Por último, Calvetti explicó que la posibilidad de que en nuestro país se genere una epidemia de dengue es bastante concreta en relación a situaciones que se produjeron otros años: “En función de la experiencia, cuando hubo epidemias en los países de la región, Argentina terminó también en situación de epidemia como fue en 2016 y en 2009. Los países de la región tienen epidemias así que lo más probable es que aquí también se produzca”, cerró. DESCARGAR