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El sociólogo analizó el intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner, la transformación de la subjetividad y de la lógica política y la consolidación y el crecimiento de una nueva derecha neofascista en América Latina. El caso Maldonado como punto de inflexión. La violencia política como monopolio de la derecha. Feierstein pasó por el programa radial La Retaguardia y en una extensa entrevista dejó variadas reflexiones para pensar la época. Entrevista: Fernando TebeleTextuales: Mónica MexicanoRedacción: Gabriela Suárez LópezEdición: Fernando Tebele Cuando la democracia echa raíces en la sociedad y las personas creen y se identifican con ella como algo propio, los sujetos suelen entenderse a sí mismos como formando parte de ese proceso político. La cultura democrática se construye todos los días y para eso es necesario recordar para no repetir. Los actores políticos deben trabajar para crear un nuevo orden que no fomente el tipo de conflicto del pasado y que haga posible convivir en un estado de derecho. Pero, ¿qué pasa en una comunidad escindida que no encuentra ningún punto de acercamiento? ¿Cómo lograr que las posturas en torno a la diversidad de pensamientos no se polaricen aún más? ¿Cómo acordamos cuando estamos inmersos en una disputa política? Después del intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner, quedó en claro que los discursos de odio que circulan por los medios de comunicación y las redes tuvieron su correlato fáctico el jueves 1 de septiembre. Daniel Feierstein elabora pensamiento e invita a reflexionar al mismo tiempo.  —¿Cómo se puede pensar una sociedad que se pone tajante en todo, incluso con esta cuestión de que el odio es de un sector de la población y el amor parece ser todo nuestro? Sobre todo con medios de comunicación y redes sociales que jibarizan pensamiento más que profundizarlo. —A ver, esto es la conjunción de procesos muy distintos. Y la jibarización del pensamiento hace que como mucho podamos ver uno solo de estos procesos, y que esto solo se explica si podemos verlos conjuntamente. Por un lado hay un proceso muy profundo de transformación de la subjetividad general, internacional. Las formas en que construimos nuestra identidad se han ido transformando, la dificultad tremenda de registro del otro es fundamental en esta transformación y nos atraviesa a todos. Así como el aumento del narcisismo y el auge de las redes sociales como una forma predominante de comunicación han acentuado todo este proceso. Existe también un segundo conjunto de problemas que tiene que ver con la aparición, consolidación y crecimiento de una nueva derecha neofascista que en nuestra región es una novedad. Nosotros no conocimos el fascismo, hemos conocido procesos genocidas y procesos represivos, pero el fascismo es una experiencia que de la historia europea de mediados del siglo XX y que no tuvo una presencia significativa en América Latina. Entonces es una novedad. Tenemos hace una década, o quizás un poco menos, la aparición de nuevas derechas fascistas en crecimiento. Y nos cuesta entender de qué se trata. Y ahí tenemos un segundo gran desafío, porque eso te transforma todo el mapa político y sobre todo, se articula mucho con la política que en la Argentina tiene toda una tradición que para mí de los 90, fue importante en el 2001, pero ahora esa misma antipolítica se estructura en clave de derecha, y nos cuesta comprender el sentido de las transformaciones. Después hay un tercer gran conjunto de problemas que es la profundización de la crisis económica, su articulación con la pandemia y el uso de la proyección como modo de canalización del malestar, esto es como una condición de base de todo lo otro, porque en la medida en que no haya gobierno que intente resolver la situación de las grandes mayorías, existe un terreno muy fértil para los otros dos procesos. Y por otro lado, en un cuarto nivel,  tenemos la transformación de la lógica política de la Argentina que se inauguró con el fin de la dictadura, con un modo de funcionamiento y una serie de lógicas de la estructura política, y donde comienzan a aparecer actores políticos, que no fueron parte de esos acuerdos como el caso del PRO que es el partido nuevo que surge después de todo ese proceso de los años 80. Y por otro lado,  la transformación, tanto a nivel de las estructuras mediática, judicial y de los partidos políticos, de cierto abandono de esos consensos del 83, que no eran maravillosos ni mucho menos, pero que tenían un límite claro en el respeto a la vida del otro como condición de estructuración de lo político. Antes del atentado del intento de magnicidio del jueves, para mí el punto de quiebre es la reacción política ante la desaparición de Santiago Maldonado, porque va a ser la primera vez que explícitamente sectores políticos importantes, en ese caso incluso de gobierno, asumen la legitimidad de la agresión y asumen explícitamente la persecución, el espionaje a los familiares, la persecución de aquellos que intentaban abrir la discusión sobre la desaparición. Y ahí hay un quiebre fundamental, que lo vemos ahora, habiendo evolucionado, en estas reacciones ante el intento de magnicidio. —Suele decirse que este hecho que conmocionó a todos y a todas de alguna u otra manera nos cambia, que es un hecho que modifica el escenario político. Da la sensación de que pase lo que pase en la investigación judicial, nos acerquemos más o menos a la verdad, cada uno de nosotros va a tener una verdad a su medida.  —Claro, esa es una de las transformaciones que está como en el primer nivel del que hablábamos. Hasta fin del siglo XX la disputa política y en relación a las formas mediáticas que podía asumir esa disputa política, eran las distintas interpretaciones de los mismos hechos. Entonces, de pronto tenías un hecho determinado y podrías tener la visión de Víctor Hugo o de Mariano Grondona. Pero era muy ordenador porque estaban hablando todos del mismo hecho, con visiones absolutamente opuestas y enfrentadas, pero asumiendo el hecho. Lo que uno empieza

La noticia tuvo repercusión recién cuando el humo y el olor molestaron a los y las porteñas. Sin embargo, en Santa Fe se está sucediendo lo que se conoce como un ecocidio. Los incendios en el Delta del Paraná y sus alrededores continúan y una parte de la población se encuentra movilizada. Las preguntas que surgen alrededor de sus orígenes y consecuencias las respondió Julieta Bernabé, integrante de la Multisectorial Humedales Rosario en su paso por el programa radial Tengo una Idea. Este tipo de incendios han sido comunes en el último tiempo y en esta época del año, sin embargo esta vez la situación está fuera de control. Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás RosalesRedacción: Nicolás RosalesEdición: Diego AdurFoto portada: El Resaltador —¿Cuáles son los orígenes y las consecuencias de los incendios? —Los orígenes es algo que, básicamente, queremos averiguar todos. Lo que nosotros estamos viendo ya hace un tiempo es la expansión productiva sobre todo en el territorio cercano donde vivo yo, que es la ciudad de Rosario y el sur de la provincia de Santa Fe. Todo lo que nosotros tenemos enfrente de zona insular  pertenece a Entre Ríos casi en su totalidad, y dentro de esta provincia al ejido de Victoria. Hay una gran irregularidad y descontrol sobre toda el área, situaciones que mediante las ordenanzas vigentes no deberían ser permitidas, se denuncian y no se avanza. La cantidad de cabezas de ganado a través de los años, y sobre todo posterior a lo que fue la construcción del puente Rosario/Victoria, se han incrementado notablemente. Había 170 mil al comienzo del año 2000 y ahora tenemos un millón y sigue aumentando. Esto se puede ver a simple vista, hay partes de la isla que parecen un campo directamente con tranqueras y alambrados, todo desmontado. Porque la actividad productiva no solo supone la quema, sino que es devastadora. Porque han quemado 1 millón 200 mil hectáreas del Delta. Lo que supone una diversidad que está cayendo alarmantemente, todas las especies por completo, incluso en las áreas que no se quemaron. Las actividades productivas también implican cortar cursos de agua, secar lagunas, terraplanear, levantar los terrenos. Es realmente muy triste. Mis abuelos vivieron en la zona de islas, mi abuelo fundó una escuela, y la imagen que yo tengo hace unos años atrás es un lugar lleno de color verde, flores, animales, que ahora no se ven más.  —Según tu opinión, ¿cuál ha sido el accionar del Estado nacional en este caso? —Yo creo que ha sido muy corta y tardía por decirlo de alguna manera. En el 2020 cuando acá se quemaba todo, barajaban opciones que ninguna parecía cuadrar, hasta que finalmente se decidieron por el tema por los “Faros de Conservación” a través del ministro de Ambiente, (Juan) Cabandié. Esto supuso una inversión de 150 millones de pesos y su principal objetivo era la alerta temprana. Algo que acá se da siempre, porque cuando hay un foco de incendio salimos todos corriendo a avisar, porque sabemos lo que se nos viene después. El tema es que uno daba la alerta y los brigadistas eran enviados a lo mejor uno o dos días después, cuando el foco era inmenso y poco controlable. Entonces esos faros que supusieron una inversión y que iban a venir acompañados de equipamiento que nunca llegaron; esa es otra pregunta que tenemos, qué pasó con ese dinero, porque básicamente montaron un par de postes con un par de cámaras, y no hay más que eso, y la inversión fue muy grande en su momento. Después hicieron denuncias pidiendo identificar responsables y viajaron a la zona para ampliar estas denuncias, pero esto llega cuando la situación es límite y el terreno está devastado. Esto se tendría que haber previsto, ordenado ese territorio y haber hecho muchas más cosas de las que se hizo, porque no es solo una devastación ambiental, porque acá la gente está sufriendo muchísimo las consecuencias, los alumnos y profesores de las escuelas están faltando. Porque son días y días de humo. La Universidad Nacional de Rosario (UNR) está haciendo un estudio de impacto para saber cuál es el nivel de contaminación que tenemos y lo que tendrán los niños al nacer. Esto ya no es una molestia, está matando personas asmáticas por la contaminación del aire.  —¿Cómo ha afectado el humo la cuestión de la seguridad vial? —Ha muerto gente por accidentes de tránsito. La situación es muy grave y la visibilidad es muy mala. Acá en Rosario, cuando uno ve los mapas satelitales, la superficie en rojo que se está quemando es casi más grande que toda la ciudad. Acá hubo grandes quemas en el año 2008, después se cortó por un tema climatológico, por la crecientes durante muchos años. En el 2018 se retoman, el 2019 se frenó, no sé porque motivo, y a partir del 2020 se retoman y se desató el infierno. Si bien hay meses con más quemas, se está quemando en todo momento. Yo entiendo que lo que está pasando es que se está expandiendo esa frontera. Acá hay todo un conflicto con los ganaderos instalados en la zona, porque ellos dicen que se los señalan como los culpables sin pruebas y se ofenden. Algunos dicen que no han quemado y que podemos ir a los campos a ver. No queman, pero si desmontan, corren a la flora y fauna nativa, y hacen un desastre ambiental que es ponerle punto final a todo un humedal. Vemos en internet cómo se ofrece el humedal para actividad ganadera y agrícola aunque está prohibida, en esto de la expansión. Lo que tenemos enfrente es un área natural protegida. Hay mucho desmanejo, porque hay ordenanzas y leyes que los gobiernos le buscan la vuelta.  —¿Cómo se vienen movilizando para protestar? —Se han hecho denuncias que no tuvieron impacto. La gente se está movilizando, no sé si por una conciencia social o por mera supervivencia. Porque no podemos respirar, y hay problemas emocionales por el humo, ansiedad, ataques de pánico, etc. A

Después del atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, centenares de miles de personas se movilizaron en todo el país para repudiar la violencia política. Un integrante de La Retaguardia comparte sus sensaciones de un día que modifica la historia. Redacción: Paulo GiacobbeEdición: Fernando TebeleFotos: Bárbara Barros / Paulo Giacobbe – La Retaguardia Noche del jueves. Al principio algunos medios televisivos no le dieron al hecho la magnitud que merecía. La noche anterior un repartidor había agredido a los manifestantes; ese tipo de acciones ya habían sido naturalizadas desde que una vecina los amenazó con un arma blanca; quizás se pensó que ocurriría lo mismo con este hecho.. A las pocas horas no quedaban dudas. Nuevas imágenes llegaban a las retinas y sobre esas imágenes nuevas, otras imágenes nuevas sacudían la información recibida. La más clara: un revólver fue gatillado dos veces en la cara de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ella no se dio cuenta del ataque, se enteró cuando subió a su casa. Había un detenido.  Cerca de la medianoche, el presidente Alberto Fernández leyó un discurso por cadena nacional. Decretó feriado para el viernes 2 de septiembre y empezaba a quedar claro que se venía una movilización importante. Por la mañana, la Corte Suprema de Justicia de la Nación expresó “su más enérgico repudio al atentado perpetrado contra la Sra. Vicepresidenta de la Nación y el compromiso de la justicia para esclarecer este lamentable hecho”.Así, relatado rápido, se pierde un poco. Son intensas horas, de intensos días.  Recoleta Mañana del viernes. Casa de Cristina. La calle Juncal está cerrada al tránsito y a los transeúntes por una cinta naranja que dice “Escena del crimen”. Atrás de la cinta, integrantes de la Policía Federal, de civil y de uniforme, parados a pocos metros de distancia unos de otros, dejan pasar solo a quienes viven en esa cuadra. Una oficial tiene una planilla y  parece chequear los nombres de los vecinos. Un repartidor de algún supermercado no tiene suerte, no está en la lista y debe dar un rodeo. Uno de los policías pasa para este lado y ve a un vendedor de café ambulante. Le compra uno. El cafetero le pide si puede acompañarlo para cruzar hasta el otro lado, así no tiene que dar la vuelta. El policía le dice que sí Hacia el otro lado, en la puerta de un edificio, un encargado está parado junto a dos vecinos. Se ríen y hablan fuerte para ser escuchados. Su broma parece estar relacionada a una posible bomba en una bolsa de basura. Vociferan su decepción por los tiros errados. En la esquina de Uruguay, a pocos metros está la entrada al edificio donde vive Cristina, está reunida la prensa, en su mayoría fotógrafos/as y movileros/as. Prácticamente no hay movimiento ni militantes. Un fotógrafo se cae de la escalera desde la que hacía la guardia y no cae sobre nadie. En una ventana hay un pañuelo de las Madres recordando a los y las 30 mil. Un taxi estacionado tiene en su parabrisas una bandera con las caras de Néstor y Cristina. En el semáforo donde está atada la cinta naranja que marca el escenario de un crimen, un cartelito con corazones: “Muchas gracias, Cristina. Acá tenés al pueblo para la revolución”. Obelisco y Plaza de Mayo Mediodía. Organizaciones sociales flamean sus banderas en el Obelisco. Por Diagonal Norte, se ve gente suelta, familias con integrantes de todas las edades, que caminan hacia una plaza llena. La comparación con los 24 de marzo resulta inevitable. No es lo mismo, pero se asemeja. Sería más correcto hacer la comparación con las marchas que un sector de la oposición, la derecha, propone durante los feriados. La diferencia es notable. De entrada nomás, no hay guillotinas. Ni hablar de bolsas mortuorias o pedidos de pena de muerte. La bandera argentina es un punto en común en ambas marchas, o de disputa. Otro tema es la urgencia de la convocatoria. Un relámpago. En apenas horas se salió de manera masiva; existe un deseo de ganar la calle.     En el Obelisco, con una bandera uruguaya en sus espaldas, están Renata y Oscar. Ellos estuvieron el sábado en el domicilio de Cristina, el día que Horacio Rodríguez Larreta tuvo la brillante idea de rodear a la vicepresidenta con vallas, por el temita de darle tranquilidad a los vecinos. Renata y Oscar ese día adivinaron las intenciones represivas de la Policía de la Ciudad y se fueron antes. “Vimos por cómo se movían los policías, por la expresión del cuerpo, que iba a comenzar la represión”.  Se enteraron del atentado cuando prendieron la tele al llegar a la casa. Venían de una reunión política. “Horrible, horrible, un estado de angustia muy grande”,  describe Renata. “Menos mal que la cosa, por Dios o por quien sea, falló”, agrega. Calcula que si no”a la Argentina la hubiese arrastrado la sangre”. No dudaron ni un segundo en salir a la calle.  “Veíamos la obligación o la necesidad de acompañar este momento que está padeciendo no solo Cristina, sino toda la Nación argentina” dice Oscar, y le dedica unos renglones a los medios de comunicación: “Es dura la lucha contra los que se llaman medios hegemónicos, que manejan toda la prensa escrita, televisiva, cuesta mucho superar eso. La única manera es seguir a la antigua, convenciendo boca a boca, casa por casa, demostrando que el gobierno de Cristina fue un gobierno popular, no fue un gobierno populista”.  “Vinimos acá porque creemos que la democracia se sale a defender”, dice Darío, mientras se aparta de su columna. Del atentado se enteró cuando llegó de trabajar, al poner el noticiero. Ahí empezó a mensajearse con sus compañeros y se fueron para Juncal. “Estuvimos ayer a la noche. Era una sensación muy rara, de bronca, de miedo, de indignación, de que todo lo que venimos construyendo se venga a desmoronar, y esa sensación de que teníamos que salir a la calle, autoconvocarnos y salir a la calle”, señala.  Damián y Morena

El atentado que sufrió anoche la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner nos interpela como parte de la sociedad. También, por supuesto, como medio de comunicación. La Retaguardia convocó a referentes de diversos espacios del campo popular con la intención de aportar voces reflexivas en medio de la sobreinformación. Nora Cortiñas, Myriam Bregman, María del Carmen Verdú, Nacho Levy, Gabriela Sosti, Sergio Maldonado, Florencia Guimaraes García, Ana Careaga, Rosa Nassif, Alfredo Grande, Pablo Pimentel, Pablo Llonto, Vicente Zito Lema y Eduardo Murúa. Producción General: Marly Contreras / María Eugenia Otero / Julián Bouvier / Fernando TebeleIlustración: Chechu Rodríguez / La RetaguardiaFotos: Archivo Natalia Bernades / La RetaguardiaRedes Sociales: Nicolás Rosales / Pedro Ramírez Otero

Lo dijo Alberto Sarlo, abogado y educador popular en cárceles de la Provincia de Buenos Aires. En su pasó por el programa Hora Libre, de Radio La Retaguardia, habló de la situación actual de los penales. También contó acerca del trabajo que realizan desde la editorial “Cuenteros, verseros y poetas”, de la que forma parte. Entrevista: Rodrigo Ferreiro/Natacha BianchiRedacción: Julián BouvierEdición: Pedro Ramírez OteroFoto: Procuraduría General de la Nación El abogado y educador popular Alberto Sarlo se refirió a la situación actual de los penales de la Provincia de Buenos Aires y la dificultad de instalar las problemáticas intramuros por el histórico cerco mediático que existe antes estos temas: “A nivel general hay una tensa calma, y con tensa calma hablamos de continuos actos de represión y no menos de un muerto por semana. Este nefasto número se compara con el reporte habitual que habla de un muerto cada dos días. En 2021 hubo 203 muertos, y por supuesto que hoy siguen. Todo tapado, porque a los medios hegemónicos, de un lado y del otro, les sirve taparlo”. Sarlo trabaja en la Unidad de Máxima Seguridad N° 23 de Florencio Varela donde hubo un cambio de director y, según contó, hay una voluntad de mejorar la situación y que no haya violaciones a los derechos humanos. “Hay que ver cómo sigue, estamos a la expectativa. En las demás unidades hay golpes y tiros todos los días, hay muertos muy frecuentemente, sin llegar a preverse en lo inmediato grandes explosiones. Lamentablemente, con la gran injerencia de los negociados de alimentación, droga y venta de pabellones, logran contener. Hay una paz comprada a base de asociación con el Servicio Penitenciario y los propios presos. Es tan desbordante la corrupción que con ese sistema nefasto se controla que no se hagan grandes motines o reclamos. No hay expectativa de cambios. Yo tengo la certeza de que esto va a traer explosiones muy graves y sangrientas en lo mediato”, agregó.  Sarlo contó también acerca de las represalias que reciben los pibes privados de su libertad por expresarse y denunciar las injusticias que viven: “Hace algunos meses, la situación era muy complicada. No muy distinta de la actual, con comida podrida, vejaciones a los familiares y nula asistencia sanitaria. Lo que conllevó a varios muertos por peritonitis. Imagínense que el promedio de edad de los presos es de 35 años. Así que son muertes evitables, son asesinatos institucionales. Entonces los chicos decidieron hacer un habeas corpus colectivo. Como abogado no soy muy amigo de los habeas corpus, porque si bien es una herramienta válida, después viene la venganza. Porque el juez tiene la obligación de darte una audiencia, analizar tu situación física, psicológica y de derechos, y actuar en consecuencia. Cada vez que presentás un habeas, te vuelve una vendetta a vos o a un familiar cercano, o a un compañero tuyo, porque a los directores no le gustan los habeas corpus. Y si es colectivo, peor. Los chicos lo hicieron en comunidad. Yo no me negué, pero advertí que tengan cuidado porque puede haber represalias. Y dicho y hecho. Le tocó a un juez muy cobarde, al juez de ejecución Federico Merlini, de Quilmes, que dice ser progresista pero que nunca lo vi en una cárcel. Hay un montón de alumnos míos en la Unidad que tienen a ese juez de ejecución y no lo conocemos. Nunca va a la cárcel, dice que tiene miedo. Y este juez rechazó el habeas corpus y pidió un informe al Servicio Penitenciario. El Servicio respondió que eso no es así, que está todo bien, como si fuéramos Noruega. Entonces, se rechazó, no dio a lugar. Así funciona la justicia. El problema no es solo Comodoro Py, hay 60 mil presos pobres, que como son negros, tienen 20 mil comodoros Py y nadie dice nada. El juez les dijo abiertamente a los chicos que hicieron el habeas corpus que iban a tener que seguir el protocolo de la revisión. Y empezaron a sacarle la ropa a las niñas, niñes, y a las esposas. Una familia marginal, para ir a la cárcel, tiene que llevar toda la comida del mes para su familiar y va una vez por mes, porque las visitas están acotadísimas. Entonces, te jugás el todo por el todo. Ponés la plata, perdés el día, y si no querés entrar, no ves a tu familiar por más de un mes. Después, con capucha no te dejan entrar, entonces entraban en remera, en pleno invierno. A los chiquitos los hacen desnudarse, a las mujeres también, y las tocan. Yo denuncié todo esto en Facebook. Lo que duele es que esto es una decisión política”.  En las últimas semanas, una comisión del Senado aprobó la modificación del régimen disciplinario en cárceles, por una recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al Estado argentino, alegando que había un atraso en esta materia. El educador popular se refirió a esto y a las responsabilidades políticas que hacen que no se respeten los derechos humanos en las instituciones de encierro. “Todo lo que está en la ley, en la cárcel no existe. Entonces, así haya una modificación donde manifiesten que han mejorado la situación, es mentira. Si te dicen que vacunaron a 20 mil personas presas, es mentira. Empezaron a vacunar en noviembre del año pasado. Cuando ya había más de 18 millones de vacunas aplicadas en la Provincia de Buenos Aires, en los penales no había ni una sola. Y los jueces lo saben, pero hablan con los directores de los penales y les dicen que no es cierto, que la cosa está andando bien y no pasa nada. Los jueces no vienen a los penales y sacaron a los supervisores. Esa es una política de Julio Alak (Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires), que la siguió de la de María Eugenia Vidal. El gobierno de Daniel Scioli, de la mano de Ricardo Casal (quien fuera su Ministro de Justicia), nefasto, corrupto y con muchas

Lo dijo el diputado nacional por la provincia de Santa Fé, Carlos Del Frade. Pensar desde las necesidades propias es para el periodista y escritor algo clave a la hora de proyectar una salida distinta al sistema imperante. Además, analizó y puso el ojo crítico en la democracia como tal y se encargó de derribar algunos mitos. Fue durante una entrevista en el programa radial Sueños Posibles. Entrevista: Alfredo Grande/Irene AntinoriRedacción: Nicolás RosalesEdición: Fernando Tebele Carlos del Frade comenzó su análisis sobre la situación política de la actualidad con los tapones de punta y aseveró: “La antinomia democracia argentina, como cualquier democracia de América, especialmente después de la recuperación de las democracias de baja de intensidad a partir de 1983, fueron dos Por un lado lo que significaba esta cuestión de la dependencia de los países del tercer mundo; y después lo que empezó a partir de la década del 90, que fue lo financiero por encima de lo productivo. Entonces, me parece que hoy la antinomia es, de nuevo, democracia o mercado. O, si quiere, democracias y mafias, donde están los mercados también, con lo cual y evidentemente la ecuación sigue siendo las minorías de privilegio contra las grandes mayorías”. El periodista cargó también contra los partidos políticos mayoritarios: “Lo que hoy estamos viendo es como la política de los grandes partidos, especialmente en sus direcciones claudicantes, se ha olvidado de sus orígenes y terminan haciendo como una especie de práctica cotidiana un verbo que se ha incorporado de forma maldita: que es la idea de ‘gerenciar’. Porque cuando vos gerencias siempre terminás respondiendo a un patrón, y acá el patrón son las minorías, son los mercados, las mafias, en el medio del contexto de la dependencia de los países del tercer mundo. Una vez más, estamos ante la contradicción de esta argentina crepuscular del tercer milenio, pero hay que pelear hasta el final”. Sectores concentrados Además, el político dio algunas claves por donde debería pasar la pelea para pensar en un modelo alternativo. “Es interesante pensar que hay sectores, especialmente los más pequeños y vinculados al desarrollo interno, que forman parte de las mayorías y que cuando la gente tiene sueldo, va a esos lugares chicos, por eso no todos los empresarios terminan siendo iguales. Lo que sí creo es que es imprescindible pelear por algo distinto que esté más allá del capitalismo. Y en esa pelea no solo tienen que estar los convencidos, sino también las mayorías. Porque si no volvemos a lo más tremendo de la década del 70 y que Rodolfo Walsh lo sintetizó con muchísima lucidez que fue aquello de no convertirnos en patrullas perdidas, que se alejan de las grandes mayorías. Igualmente, el gran negocio en la Argentina sigue siendo ilegal. Salió en un estudio de la UBA donde solamente en evasión impositiva en los últimos 10 años se evadieron 116 mil millones de dólares, lo que significa el 43% de la deuda externa. Al estar colonizado el estado, se ha hecho bobo y cómplice de los sectores minoritarios, en este caso de los exportadores”, cerró. Rompiendo mitos “Estamos en un estado cada vez más colonizado. Hay que generar una conciencia crítica, porque la primera soberanía tiene que ser la de la terraza, de la cabeza, pensar desde las necesidades propias. En el censo anterior, el del 2010, se dijo que solamente el 50% de la población había terminado la secundaria, y hoy ante el desarrollo de la ciencia y la tecnología significa que la argentina tiene un pueblo en edad madura semi analfabeto. Entonces, eso da por tierra la mitología que se creía que nuestro país era uno de los más educados de américa del sur, ya no somos eso”, así se encargó de romper con algunos imaginarios sociales. “Los principales 30 medios de comunicación forman parte de las 500 empresas que más facturan, son parte del poder económico hegemónico. Siempre digo que el verdadero tamaño de la política es el número del presupuesto, ahí se terminan los versos. Cuando uno escucha que hay una gran preocupación por el medio ambiente es mentira, porque solo se destina un 0,11% del total del presupuesto. Y pasó lo mismo en los grandes medios de comunicación con la concentración de la pauta publicitaria”, analizó el diputado. Por último sobre Vicentín opinó, “Demostró ser el fugaducto del macrismo pero también es parte de la fuga de capitales en general como una pauta de comportamiento del capitalismo argentino”. Y el sobre el gobierno de Fernández afirmó, “Es un neomenemismo, porque con la privatización del dragado del Río Paraná es traer en vigencia la década del noventa. Una vez más gana el mercado”. https://radiocut.fm/audiocut/carlos-del-frade-legislador-socialista-analisis-critico-democracia-en-argentina/

En una proclama golpista, el exmilitar llamó a sus camaradas de armas a levantarse contra los movimientos sociales y contra el gobierno. “Esto es una llamada de reunión antes de las crisis y antes de la batalla como se estila en nuestras fuerzas armadas”, dijo dirigiéndose “a todos los veteranos de todas las jerarquías”. VIDEO Redacción: María Eugenia Otero/Fernando TebeleEdición: Fernando TebeleEdición de audio: Paulo Giacobbe Aldo Rico lo hizo de nuevo. Llamó a sus camaradas a reunirse. Y ya sabemos bien lo que sucede cuando Rico invita a una reunión de militares. De paso, como siempre, reivindicó el Terrorismo de Estado: “Lamentablemente en nuestra amada patria se ha reemplazado la historia por la memoria y la memoria es siempre parcial. Y nosotros somos parte de la historia. Somos veteranos de dos guerras. Hemos luchado contra el inglés y hemos luchado contra la subversión”. No es poca cosa para quien lideró a finales de los 80 dos levantamientos militares contra el gobierno de Raúl Alfonsín. Vale recordar que de aquellos levantamientos surgió la Ley de Obediencia Debida, una de las herramientas legales e ilegítimas que garantizaron la impunidad para los genocidas de la dictadura cívico-militar-eclesiástica hasta el 2006, año en el que se retomaron los juicios que tenemos en la actualidad. En su proclama golpista, Rico se refirió también al Ministro de Defensa, Jorge Taiana: “Nuestras amadas fuerzas armadas están conducidas entre comillas por un delincuente terrorista que además fracasó porque mató a la persona equivocada cuando tuvo que hacer un atentado”. También cargó contra los movimientos sociales y respondió a las declaraciones de Juan Grabois: “Tenemos que soportar que pseudodirigentes políticos que se benefician con el festival de planes convoquen a la sangre y convoquen a la violencia. Hoy nuestra amada patria, esta república, es una anarquía, no hay gobierno lamentablemente, y todos están en la calle. Están en la calle todos los movimientos piqueteros, están en la calle defendiendo al oficialismo, defendiendo a la oposición, están en la calle los que producen, como son los chacareros, nuestros hombres de campo”. El antecedente Rico venía apareciendo en escena cada tanto, pero este año volvió con todo. Convocado por las defensas de sus compañeros de fechorías genocidas que están siendo juzgados en el juicio RIM6/Imprenta San Andrés, había realizado una explícita reivindicación del genocidio: “Todos participamos de la guerra contra la subversión”. Lo que había parecido una bravuconada, en realidad era parte de una reivindicación. Lo habían convocado dos abogados hijos de genocidas: Ricardo Saint Jean, hijo del gobernador bonaerense de facto Ibérico Saint Jean, quien murió mientras era juzgado; y María Laura Olea, hija de Braulio Olea, condenado en Neuquén por los crímenes cometidos en Batallón a su cargo. Ambos querían que Rico defendiera en su declaración a Emilio Morello, uno de los acusados del juicio, quien fuera diputado nacional por el MODIN, la fuerza política con la que Rico se renovó en los 90. Pero el buen hombre no solo defendió a Morello, también a Martín Sánchez Zinny, Horacio Linari y Luis Brun, quienes comparten lugar de acusados junto a Rubén Osmar Andrade. En ese testimonio en un juicio que tendrá veredicto en agosto al finalizar la feria judicial, Rico tuvo un fuerte cruce con Pablo Llonto. “Tenemos nuestros camaradas prisioneros por defender a la patria”, sostuvo en su nueva proclama referencia a los genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad, en un mensaje en el que también aseguró que “las circunstancias de violencia y de disolución se van a profundizar”, y que “Estamos en manos de un grupo de personas que nos quieren arrastrar hacia Venezuela, o hacia Irán o hacia Cuba”.

El exmilitar Omar Barbieri repasa en esta nota de opinión dos hechos que preocupan: las agresiones en las “fiestas de recepción”, que culminaron con un muerto y un herido grave; y los actos militares del 9 de Julio en varias provincias, que olieron a reivindicación del genocidio. Barbieri viene de declarar en dos juicios por crímenes de lesa humanidad: Vesubio III y RIM6. En ellos, acusó a sus antiguos compañeros de armas. Redacción: Omar Barbieri, Especial para La Retaguardia Edición: Fernando Tebele Dos integrantes del Ejército fueron agredidos de tal manera que Matías Chirino, de 22 años, fue asesinado en la ciudad corretina de Paso de los Libres. En Apóstoles, Misiones, Michael Verón, de 26 años, sufrió graves lesiones en su columna vertebral y fue hospitalizado. Los dos casos ocurrieronen similares circunstancias, conocidas como “fiesta de recepción”. Se usó la misma metodología del mal: fueron torturados, alcoholizados y luego, con el frío de la madrugada, los tiraron a una pileta. A eso debe sumarse el destrato que ambas familias  recibieron por parte de los jefes militares, lo que no es un dato menor. Es aterrador escuchar las explicaciones de las jerarquías del Ejército al hablar de “excesos cometidos en una actividad tradicional en la fuerza”. Parecen no comprender que actos de esta naturaleza no tendrían que haberse realizado nunca. El Estado nacional debe tomar medidas inmediatamente para que ningún integrante más sea asesinado o herido. Por orden del Ministerio de Defensa deberían ser separados de la institución todas aquellas personas que hayan participado. Los funcionarios que debían controlar que esto no ocurriera, tendrían que impartir directivas claras que eviten todo hecho de violencia y que se respeten los derechos de los integrantes de las Fuerzas Armadas, evitando el abuso de autoridad Se debería crear la especialidad de Derechos Humanos dentro de las FF.AA., colocando una oficina de Derechos Humanos en cada unidad de instrucción militar, Comando y/o dependencia. La finalidad es que vigile el estricto cumplimiento de las directivas, reglamentos y leyes. Y que sean ellos quienes reciban las denuncias correspondientes en forma directa por parte de la víctima. Operativo memoria En los actos del 9 de Julio en las ciudades de Tucumán, Jujuy  y  Salta, se hicieron presentes agrupaciones de exconscriptos cuyo estandarte decía: “Veteranos de Guerra Operativo Independencia”. Lo hicieron con banderas e identificaciones de cada Unidad a la cual pertenecieron. Muchos estaban con uniformes provistos por el Ejército, todos de las clases 54 y 55. “Realmente es la guerra que no es reconocida por los políticos nacionales”, señaló un integrante, como si alguien le hubiera mencionado lo que debía decir. En Tucumán y Jujuy eran locales de ambas ciudades capitales. En Salta fueron de la provincia, en su mayoría de Tartagal y además de Formosa. Uno de ellos nos indicó que desde el cuartel de Tartagal, a cargo del Teniente Coronel Barboza, les dieron para su pasaje de ida y vueltan, y un viático a los de Formosa, a cargo del Coronel De Senzi. Pero nada es por amor al arte. Son reunidos y nucleados con el cuento chino de su derecho a ser equiparados con los ex combatientes de Malvinas para que cobren una jubilación y beneficios sociales. Esto es parte del Operativo “Memoria” del Ejército, que abarca diversas actividades para todo 2022. Fue ordenado por su Jefe: el General de División Olegario Pereda, y ejecutado por la Dirección de Inteligencia del Ejército, con su Director, el Coronel Gabriel Adolfo Pietronave, a la cabeza. Los responsables de la puesta en escena fueron el Comandante del Primer Cuerpo, el Gral. De División Aldo Ferrari, con asiento en Curuzú Cuatia, y el Comandante de la V Brigada de Montaña Coronel Javier Palazon, con asiento en Salta. Estos hechos son aborrecibles, y una vez más nos demuestran como la cúpula del Ejército y de las FF.AA. marchan a contramano de lo que el pueblo, la Justicia y el Estado argentino ya han sentenciado en forma definitiva: No hubo una guerra. Existió un plan sistemático de exterminio aplicado con el Terrorismo de Estado. En el mismo debemos incluir sin ninguna duda al Operativo Independencia de Tucumán, porque así lo dicen las sentencias de varios juicios realizados.

Lo dijo Lito Borello, referente de la Organización Los Pibes y secretario de Derechos Humanos de la Unión de Trabajadores de La Economía Popular (UTEP). En dialogó con el programa La Retaguardia, Borello habló acerca de la estigmatización y persecución contra las organizaciones sociales. “Hay un nivel de asimetría en el mundo que es insoportable”, dijo. Además se refirió a las críticas de Cristina Fernández de Kirchner hacia este sector y subió la vara a la hora de discutir de fondo el mundo del trabajo. Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez OteroRedacción: Nicolás RosalesEdición: Pedro Ramírez Otero —¿Cómo vive una organización social como la de ustedes, que está en el territorio, la crisis social y el cambio que se produjo en el Ministerio de Economía? —La crisis está concentrada en los sectores populares, es solo el 1% la que la junta en pala. Es una crisis que en el marco de la reconfiguración mundial hace que cada vez más las asimetrías sean más difíciles de vivir y que ese 1% esté empujando hacia la aplicación de un nuevo sistema de dominación mundial. Queda a las claras que con estos niveles de injusticia haya paz y democracia. Se vive tremendamente. Con preocupación, angustia, y cada vez generando una distancia mayor de un Estado que no termina de resolver y de una política profesional que está cada vez más lejos de las problemáticas de los sectores populares y también de la construcción de la condición para qué haya un verdadero ejercicio de la soberanía de nuestra patria. —¿Y cuál es la situación de los movimientos sociales en general? —Los movimientos populares vienen siendo un actor concreto. La pandemia lo ha demostrado en un momento inédito y extremadamente complejo, donde los movimientos han servido de contención y que, al calor de esa frase famosa del Papa de que “nadie se salva solo” ha inventado y reinventado organización comunitaria en cada rincón haciendo posible transitar un momento que podría haber sido mucho pero si no hubieran existido las organizaciones. Todo esto, en una articulación con trabajadores, sindicatos con una voluntad activa, iglesias y parroquias que también se han ido convirtiendo en un fuerte entramado en los barrios, va haciendo imaginar para muchos de nosotros ese otro mundo mejor posible. Un mundo donde quepan todos los mundos necesarios de construir, cuando un sistema claramente no da más. Y con una ausencia del Estado, o que no está evidentemente dispuesto políticamente o preparado para crear la condición de ir generando trabajo, que es el único vertebrador posible en una sociedad. —¿Las organizaciones socialess son solo repartidoras de planes? —No. Hay una construcción comunicacional sobre esto muy fuerte. Es la construcción de un enemigo que ha hecho además de la construcción de un sentido uno de los instrumentos de los modelos de dominación que pone arriba de la mesa ese tema como si fuera el único y central. Desde ya que no, porque hay organizaciones en un inmenso universo de cooperativas de trabajo de todo tipo: recicladores, agricultores, pesca artesanal, herrerías. Han ido generando una economía que es otra, que no es una economía de la pobreza sino que es algo que para muchos de nosotros significa la semilla de una sociedad distinta. Que sea alternativa al capitalismo, esa economía popular es el eje central de las aspiraciones de muchas de las organizaciones. Que hay algunas que no son así, sin dudas. Pero me pregunto, si hiciéramos la pregunta a los políticos, si esto podría ser contestado de una solo manera. —Ante esta idea de estigmatización de los movimientos sociales se agregó una actriz inesperada que fue Cristina Kirchner, ¿qué opinás? —Es complejo. Han sido declaraciones profundamente desafortunadas y las repudiamos en su contenido de lo que dice. Pero me parece que es poco solo hablar de las declaraciones de ella, sino que en realidad hay un andamiaje de la derecha, de los sectores dominantes. Esto aleja al debate sobre la economía popular, de los emergentes, del cambio del trabajo en el mundo. Cristina habla en un momento donde la unidad es fundamental, en contra de un enemigo que avanza y que es modelo hambreador, que excluye y aparta a mayores parte de la sociedad. Tampoco quiero hacer un debate sobre sus dichos. Es más una pirotecnia ante determinadas facciones del Frente de Todos. No podemos seguir con este sistema hambreador, y hoy los niveles de asimetrías son insoportables. Las democracias parecen estar de rehén de un poder fáctico que actúa de hecho por encima de las institucionalidades vigentes. Si no construimos otra asimetría del poder, el poder popular, y otra sociedad que nos permita vivir con armonía entre nosotros, con el planeta, no hay futuro ni para nuestras generaciones ni para las que vienen detrás de nosotros. Para cerrar, Lito Borello planteó: “Las organizaciones no pedimos planes, pedimos trabajo que podría ser llevado a adelante por la economía popular y su infraestructura. Pero no hay voluntad política. Porque no es un problema de falta de dinero del Estado, sino de cómo se utilizan los recursos, algo que hemos dicho una y mil veces. Porque no queremos seguir teniendo polenta en diciembre”.

El referente de la Organización Los Pibes y Secretario de Derechos Humanos de la UTEP, dialogó con La Retaguardia acerca de la estigmatización y persecución contra las organizaciones sociales. “No podemos seguir con este sistema hambreador. Hay un nivel de asimetría en el mundo que es insoportable”, dijo. También se refirió a las críticas de Cristina Fernández de Kirchner hacia las organizaciones sociales. Entrevista: Fernando Tebele / Pedro Ramírez OteroEdición: Maria Eugenia OteroFoto: FM Riachuelo