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Mes: junio 2017

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Continúan las dudas acerca de la presunta muerte del ex capitán de navío y jefe del grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada, Jorge Raúl Vildoza. En octubre del año pasado, bajo el pseudónimo de Roberto Sedano, la Interpol declaró muerto a Vildoza en Sudáfrica, pero las incertidumbres siguieron. Ante la insistencia del juzgado federal de Sergio Torres, a cargo de la instrucción de la Megacausa ESMA, un perito de la Policía Federal viajó a Sudáfrica a constatar el hecho y se encontró con que el certificado de defunción es falso. Carlos Viñas, hermano de Cecilia, desaparecida en ESMA y tío de Javier Penino Viñas, que recuperó su identidad tras ser apropiado por Vildoza, participó del programa Oral y Público, junto a Fernando Tebele y Víctor Basterra. (Por La Retaguardia)Foto: La búsqueda del ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Jorge Raúl Vildoza fue uno de los personajes más nefastos y poderosos dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada. En el año 1986, huyó del país junto a su esposa Ana María Grimaldos, llevando apropiado al hijo de Cecilia Viñas, nacido en el cautiverio de la ESMA en septiembre de 1977. Su fuga terminó en Sudáfrica donde tomaron la identidad de otras personas, Roberto Sedano y Ana María Medina; al niño le impusieron la identidad de Julio César Sedano; en realidad era Javier Gonzalo Penino Viñas.Grimaldos fue detenida en 2012 y allí presentó el acta de defunción de su marido, que había sido cremado, según dijo. Durante el juicio, Grimaldos confesó la apropiación del hijo de Cecilia y así Javier Gonzalo Penino Viñas recuperó su identidad. Lo que nunca quedó claro fue la supuesta muerte de Vildoza. En octubre de 2016, Interpol le informó al juez Torres que las huellas dactilares de Sedano coincidían con las de Vildoza. Desde la Justicia argentina intentaron constatar la información con el Estado sudafricano, pero no hubo respuesta. Recién en mayo de este año, cuando uno de los expertos en pericias papiloscópicas viajó al continente africano, pudo averiguarse que la partida de defunción de Sedano/Vildoza era falsa. Aun continúan las dudas acerca de si el represor está vivo o muerto.Carlos Viñas habló con Oral y Público, por Radio La Retaguardia, y dio su punto de vista sobre esta historia: “Todo lo que venga de parte de esta gente es para dudarlo. Mucho más aún cuando la misma Justicia lo dudó. Era clarito de que no se podía verificar (la muerte). Presentaron una partida de defunción a nombre de un tipo que se llamaba Roberto Sedano, el pseudónimo que él (Vildoza) tomó como propio y con el que se convirtió en ciudadano sudafricano con la ayuda de la embajada argentina en la época de la dictadura. Esto lo manejábamos después de haber encontrado y verificado que Javier Gonzalo Penino Viñas era nuestro sobrino. Se había hecho los análisis. Toda la vida de mi sobrino fue basada en una mentira. Una mentira sobre otra mentira y sobre otra. Presentaron una partida de fallecimiento hecha en una funeraria privada, sin ningún tipo de reconocimiento piloscópico ni nada, donde decía que el cuerpo había sido cremado y que lo único que tenían era las cenizas. Ni los antropólogos forenses del EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) son capaces identificar ADN de una ceniza. Tanto la doctora (María) Servini de Cubría como Sergio Torres y todos los jueces por los que pasó esto, dudaban del tema”, explicó Viñas.Viñas entiende que la muerte de Vildoza fue una puesta en escena desde que apresaron a su esposa, pero reconoce que la vida o muerte del ex marino le es intrascendente porque lo verdaderamente importante fue recuperar la identidad de Javier Penino Viñas: “Cuando yo hablé con el oficial del juzgado que había ido a detenerla a Grimaldos, ella mostraba una foto, una flor que tenía un símbolo ‘x’. Y decía: ‘Él no quería que lo detuvieran y murió en libertad. Nunca permitió que lo humillaran’. Evidentemente, por lo que surge ahora en el peritaje, era parte del escenario armado. A esta altura, mi sobrino ya sabe quién es. Es un ser adulto que tiene dos hijos, una familia que vive en el exterior. A la apropiadora por robar un chico, sacarlo del país, falsificarle documentos públicos varias veces y mantenerse prófuga 24 años, le dieron 6 años (de prisión) domiciliaria… Tenemos la tranquilidad de que mi sobrino sepa que todo lo que nosotros decíamos era verdad. Él hoy reconoce a sus padres y está orgulloso de ellos. Esto es un mérito o así lo expresa. Para nosotros, en este momento, si Vildoza está vivo o está muerto ya es intrascendente. Yo calculo que eso fue un montaje y es probable que después haya muerto o se haya enfermado. Ya era un tipo deteriorado con ochenta y pico de años. Evidentemente, no me preocupa” aseguró Viñas en conversación con Fernando Tebele y Víctor Basterra. Si viviera, Vildoza tendría hoy 87 años.Carlos Viñas fue muy crítico con las políticas de derechos humanos del actual gobierno macrista como así también con algunas medidas económicas y sociales: “Sí me preocupan más las cosas que están pasando ahora: cuál es la política de derechos humanos del Gobierno, que de repente uno esté viendo un programa por televisión o escuchando un programa por radio y que sea interferido cuando uno dice algo que no corresponde; yo recién estaba mirando el programa de (Gustavo) Silvestre y cada vez que hablaba uno para decir algo que no era conveniente para el Gobierno la pantalla se ponía negra. Cuando hablan los oficialistas curiosamente se escucha lo que dicen. Esas son las cosas que preocupan. Esto que pasó con el 2×1, que por más que ellos hagan para adelante y para atrás en ese pase de ida y vuelta siempre se quedan con algo. Es un mecanismo de negociación, como son todos CEO’s la tienen clara. Como van achicando el presupuesto de derechos humanos y el presupuesto para la defensa de las mujeres,

Ayer declaró ante el juez Ariel Lijo, Adriana Puiggrós, ex funcionaria de educación bonaerense. A la salida, como ya es costubre, tomaron la palabra algunos de los impulsores de la causa, entre ellos Pablo Pimentel, de la APDH de La Matanza; Orlando Agüero, intregrante del FPDS; y Leo y Alberto Santillán, hermano y padre de Darío. Aquí sus voces y un informe fotográfico de Agustina Salinas. (Por La Retaguardia)  DESCARGAR   

Después de 4 años de la muerte de Kevin, el niño de 9 años asesinado durante  un tiroteo en Barrio Zavaleta en septiembre del 2013, en la madrugada del sábado 17 de junio la prefectura amenazó y golpeó a los hermanos de Kevin, cuando volvían en la camioneta de la familia  de trabajar todo el día en una obra de construcción. Lo que siguió, deja en evidencia la impunidad y el abuso de las fuerzas de seguridad en la villa. Para hablar de esto, en el programa Enredando las Mañanas hablamos con Ayelen Silva, integrante de la Poderosa en la provincia de La Rioja. (Por RNMA)Foto: La Garganta Poderosa La Garganta Poderosa fue la organización que hizo inmediata denuncia pública de la situación. En un comunicado difundido describieron la situación:“‘Todos contra la pared’, gritó el prefecto que los recibió, otro que no gritó nada cuando mataron al enano, en ese tiroteo que duró más de tres horas, con 105 disparos de uzi y de fal, a pocos metros de dos garitas. Justo ahí, los esperaban esta vez a sus cinco hermanos. ‘Yo sólo vengo de trabajar’, intentó decirles Ariel, de 17 años, cuando lo empujaron contra el portón. Y llegaron más prefectos. ‘No pueden hacer eso, es menor’, intentó recordarles Federico, cuando le pegaron una piña más, en las costillas, ‘donde no deja marcas’. Y llegaron más prefectos. ‘Basta’, intentó gritarles Priscila, de 15, cuando le metieron un cachetazo, sí, a su hermanita.Y llegaron más prefectos. Para cuando los padres de Kevin salieron de su casa, alertados por los gritos de muchos vecinos, el grupo de tareas ya juntaba “más de 50 tipos” y Ariel estaba agarrado del cuello, ‘pero acá nadie vio nada, eh’. Y se fueron algunos prefectos. Su mamá no entendía qué pasaba, justo ahí, en el mismo pasillo por donde debió acarrear el cuerpo de Kevin, cuando la dejaron abandonada sus patrulleros y sus ambulancias. ‘Ustedes están locos, ¿qué carajo están haciendo”, intentó preguntarles Roxana, cuando dispararon al cielo con un arma larga. Y se fueron más prefectos. ‘Dejen a mi mamá’, intentó rogarles Azul, que tiene 9 años, mientras veía cómo levantaban el casquillo. Y se fueron todos los prefectos.”Al respecto, Ayelén narra que, enterados de lo sucedido, trataron “toda la organización, los vecinos, se movilizaron para poder hacer las denuncias”.A partir de la muerte de Kevin, la comunidad de Zavaleta organizó un sistema de control popular de las fuerzas de seguridad. “Un grupo de vecinos elegido que se llaman ‘los vecinos sin gorra’, quienes son los que se encargan directamente estas denuncias, de llevarlas no a la misma policía -porque si no es lo mismo-, sino que directamente las llevan a distintas organizaciones que se movilizan por afuera para poder lograr eso que parece una locura, algo que parece tan inalcanzable, que es la justicia”, contó Ayelen.La integrante de la Poderosa recuerda el trabajo del documental “Ni un pibe menos”, dirigido por Antonio Manco y estrenado en mayo de este año: “Se cuenta la historia de Kevin, la historia del barrio. Pueden haber observado y a los que no, les comento, la cantidad de denuncias que llegan a la casilla, por cosas que la verdad no tendríamos que estar recordando: policías que no están identificados, policías que sienten ese poder, que nadie les dio, para avasallar y atormentar a criaturas. Aunque no sean niños, es algo que no se puede permitir, ni acá ni en ningún lado”.En este caso, los vecinos acercaron la denuncia a todas las organizaciones amigas para poder primero identificar a los más de 50 prefectos que estaban en ese momento y lograr que se reduzca la presencia de todos los uniformados en el barrio”. Al respecto, Ayelen señaló que los uniformados “van en grupos de diez o quince, caminando por las calles con las armas en la mano, como si cualquiera que pasara por ahí se mereciera un tiro. Es una locura y como recordaba recién, año 2017, tenemos que seguir reclamando y sacando a la luz cosas así”.Honda preocupación merece para la organización y para la activista el hecho de que las denuncias que se difunden desde las barriadas y las villas no son reproducidas por los medios de comunicación masivos, por esto agradecen que hagan visibles las denuncias.“Nosotros tratamos de hacer las virales denuncias desde el facebook que es una herramienta, el único lugar que nos permite visibilizar esto. No lo pudimos ver en ningún medio de comunicación, son cosas que no salen, que no se consideran importantes, porque personas que viven en lugares como Villa Zavaleta o que viven en barrios o asentamientos que están alejados de la ciudad no les suma y no es rating para ellos. Así que es importante que medios como ustedes y como las redes sociales, donde tenemos un poco más de libertad, nos ayuden a difundir para que no pase nunca más”, finalizó la integrante. DESCARGAR

Marcela Ramirez, “Mamucha”, recibió una condena hasta 2020 pero ya está libre. Es una causa por el delito de trata contra chicas trans en Río Negro, Cipolletti. Luego de salir de la cárcel otra vez las amenazó y la policía les sugirió que convivieran en paradas contiguas en la calle. Por la falta de asistencia del Estado, las víctimas se siguen prostituyendo. Alejandra y Romina, dos de ellas, participaron el martes en Ni Putas Ni Sumisas, el programa de radio de Alika Kinan. (Por La Retaguardia)Foto: La casa de la proxeneta, imagen difundida por el medio local rionegro.com.ar “Estoy con Clara, Karina y Romina, compañeras y amigas víctimas de trata. Estamos todas por lo mismo y ayudándonos entre nosotras y subsistiendo. No tenemos asistencia, así que nos rebuscamos”, comenzó Alejandra. -Alika Kinan: Quisiera que me cuentes cuándo empezó todo esto -Alejandra: Yo a Marcela, ‘La Mamucha’, la conocí en el 2007. En su momento mostraba ser una persona, decía que éramos familia, que ella iba a ser como mi mamá. No estaba casada pero convivía con Leandro Gómez, su pareja, que decía que era como mi papá. Me daban consejos, decían que yo tenía que ser alguien y cambiar de vida. Al principio me la creía. Lo que tenía era que nos insultaba, nos denigraba y nos trataba mal. Una como trabajaba y veía la plata, lo dejaba pasar. A medida que iba pasando el tiempo me convenció de que me quede en Cipolletti, yo soy de San Juan.Me vine en 2008, me quedé con ella y desde ahí fue una tortura. Éramos varias chicas que teníamos que hacer lo que ella decía. No nos podíamos ir porque decía que nos bajaba del colectivo con la policía, aparte decía que tenía contacto con los choferes y las empresas. En su momento la policía venía, la visitaba, ella les ofrecía las chicas nuevas y no nos molestaban. Tampoco pagaban el servicio, eran arreglos que hacían con ella. Cuando cayó detenida si nos molestaban, y ahora otra vez no.La mayoría de las chicas que traía eran de la provincia de San Juan. La mayoría teníamos 18, 19 años. Contactaba por ‘Face’. Ella les pagaba el pasaje si no tenían. Las recibía en su casa o les conseguía lugar para irse. Los primeros días era amor, amor, amor. Después te hacía pagar todos los días una cantidad de dinero para trabajar por noche. Si se enojaba con cualquiera de nosotras, nos cobraba multa a todas. Por una o dos semanas. A las chicas nuevas que eran las que más plata agarraban les cobraba hasta un mes de multa y no se podían ir. Nosotras las podíamos ayudar a eso, le decían que estaban trabajando y se iban con lo puesto en micro. -AK: ¿Cómo empezaron ustedes a transformarse? -A: Empecé a transformarme el cuerpo cuando la conocí. A los dos meses tenía plata y me dijo que me iba a dejar un cuerpo como María Eugenia Ritó. ‘Vas a quedar divina, vas a ser mi modelo’, a todas les decía lo mismo, después me di cuenta. Me puso silicona inyectable, aceite de avión, en los pechos, en la cola y en las piernas. Ella misma iba, compraba en la farmacia y me la inyectaba. Por mala higiene, tuve la mala suerte de que me ingresó una bacteria, un virus, no sé, y uno de los pechos se me infectó. Tuve complicaciones, quería ir al hospital, ella no me dejó, me medicó con antibióticos. No fui, en ese momento tenía 18 años, después, a los dos meses se me pasó para el otro pecho. Se me infectaron los dos, y una vez por año se me hace un grano y me supura pus con silicona. -Rosaura Barletta: ¿Mientras pasabas esta situación de salud vos eras prostituida? -A: Sí, totalmente. Sin ningún cuidado especial. Si estabas enferma, con fiebre, con gripe, tenías que salir a trabajar igual, lloviera, hiciera temperatura bajo cero. Tenías que trabajar y cumplir los horarios. Te levantabas al horario que ella decía, había que limpiar la caca de sus perros. Alejandra contó, además, que Marcela tenía alrededor de cincuenta perros dentro y fuera de la casa a los que las chicas debían comprarles alimento y regalos. -AK: ¿Tienen alguna infección de transmisión sexual? -A: Sí, varias de las chicas, HIV. Recibimos asistencia de la salud pública. Ella siempre recalcó ‘la que me las hace, me las paga’. Ella tiene HIV y hepatitis, por eso se inyectaba la aguja y después a otra chica a la que le ponía la silicona. El relato de Alejandra enumera, tortura tras tortura, el sadismo de una de las proxenetas más conocidas de Río Negro. En un juicio abreviado, sin embargo, se selló una condena de cinco años y medio. -RB: ¿Cómo tomaron la decisión de librarse de esta persona? -A: Yo venía con problemas porque nos venía insultando, maltratando. A algunas chicas les levantaba la mano. Se le estaba yendo la mano con el tema de la plata. Una vez o dos por semana tenía que llevarle bolsa de alimento para los perros, hacerles regalitos, comprarle zapatos de 2000 para ella. Me venía desgastando esa situación. Me hizo meter en las drogas, me obligó a consumir cocaina, a todas nos obligaba a consumir cocaina y fumar faso. Si no lo hacías te cobraba multa y te aislaba a la parte más oscura que te podían robar y matar. En ese momento éramos ocho, pero llegamos a ser 15 chicas.Yo le mentí para irme, le dije que me iba a Las Grutas pero en realidad me fui a Buenos Aires. Volví a la semana y me enteré que a nuestra compañera Clara la había mandado a que le robaran y le pegaban y se le fracturó un pie. Es porque llegó a los oídos de ella un comentario de que Clara se quería retirar. Marce dijo ‘se va a retirar muerta’. Entonces Martina, la otra compañera que denunció, también le dijo que se quería ir de

Cuando dice travesticidio, Guimaraes no solo se refiere a los asesinatos, sino al abandono por parte del Estado de un colectivo que tiene un promedio de vida de 40 años y a la sociedad machista y patriarcal que hace que el 80% de las travestis tenga que subsistir del sistema prostituyente. Con la consigna Basta de Travesticidios, el 28 de junio se realizará una marcha  de Plaza de Mayo a Congreso. En el programa radial La Retaguardia, la activista y referente travesti dialogó con Fernando Tebele y María Eugenia Otero sobre las necesidades del colectivo y homenajeó a Lohana Berkins y Diana Sacayán. (Por La Retaguardia) “Lohana es una gran ausencia en el movimiento travesti y transexual, de mujeres y en el feminismo en general”, lamentó desde el comienzo. Las particularidades del travesticidio “El 3 de junio estuve por tercer año consecutivo en lo que es denominado el Ni Una Menos. No solamente por todas nuestras compañeras mujeres asesinadas sino también para gritar fuertemente Basta de Travesticidios. Es un reclamo que se hace más visible hace unos cuantos años. Cuando hablamos de travesticidio no nos referimos sólo a nuestras compañeras asesinadas de manera tradicional, con una puñalada o un tiro, sino a un travesticidio social. Un genocidio travesti y trans”, sentenció Guimaraes. “Una sociedad y un sistema machista y patriarcal que tolera y acepta que las travestis tengamos una expectativa de vida de 40 años, que el 80 % tengamos que subsistir del sistema prostituyente. Cuando hablamos de travesticidios, nos referimos a todo eso. A la desidia de un Estado que siempre nos ha abandonado y que no genera políticas públicas reales para que muchas podamos salir del sistema de la prostitución y ni que hablar para que no entremos. No podemos ignorar todo esto”, insistió. Cupo laboral trans En este punto, Guimaraes explicó: “Es un tema que nos tiene muy preocupadas, es una ley que se aprobó el 17 de septiembre de 2015 y todavía sigue sin reglamentarse ni aplicarse. Se ha trabajado de la mano de las organizaciones, en la Universidad de Mar del Plata ya entraron compañeras a trabajar, en La Plata va camino a lo mismo y en otros espacios pero siempre de la mano de las organizaciones sociales. No queremos migajas, queremos que se respete algo que es ley, algo que nuestra compañera matancera Diana Sacayán luchó durante tantísimos años”, destacó. “En 2001 ella instala este tema como asesora del Toto Zimerman. En ese momento todo el mundo le decía que era una locura. Diana era una revolucionaria y sabía que algún día esto iba a ser posible y lo fue pero todavía no se aplica. Es muy importante para rescatar a muchísimas compañeras de la situación de calle y de prostitución y el Estado tiene que hacerse cargo como avala que el 80 % de nosotras esté en situación de prostitución y avala nuestras muertes a temprana edad tiene que remendar el daño que causó. Lohana una vez dijo que estuvo 9 años presa si cuenta los días que la llevaron por ser travesti. Cuando hablamos de todo esto, claramente son travesticidios”, consideró.Salir de la calle “Cuesta muchísimo que las compañeras salgan de la calle para agarrar un laburo, tienen muchísimo miedo. Como sobreviviente de prostitución, yo no tengo trabajo al día de hoy. Cuando dejé la calle fue muy difícil batallar con eso, te da pánico no saber cómo vas a vivir, a subsistir, cómo te va a tratar la sociedad, estando solamente acostumbrada a tratar con los prostituyentes a la noche que te dicen ‘qué hermosa, qué espléndida, qué buena que estás’, donde está el dinero de por medio. Te da miedo. Pero cuando dejé la calle y quise hacer mi primer curso de fotografía tenía pánico de con qué me iba a encontrar y cómo iba a ser tratada. A las compañeras les pasa lo mismo a la hora de que les ofrezcan un trabajo formal. Estamos acostumbradas a que nuestro espacio natural sean la esquina y la noche”, aseguró. “Muchos de los puestos disponibles lamentablemente van para compañeras que son militantes y están en organizaciones, hay mucho acomodo y eso no está bueno. El cupo laboral tiene que ser para cualquiera de las compañeras que quiera acceder a un puesto de trabajo porque si no estamos en la misma. Hay que terminar con los amiguismos de ir acomodando y que queden afuera otras”, consideró.“No se puede arrancar a una piba de la esquina y meterla de un día para el otro a laburar. Es importante la capacitación, el acompañamiento y la contención para tener una vida completamente diferente que las travestis nunca soñamos, estar en una oficina como cualquier persona. No es algo que nosotras tengamos en nuestra cabeza, hay que hacer un gran trabajo. Es un proceso muy largo y duro poder salir del sistema prostituyente”, insistió Guimaraes. Para la activista travesti, salir de la calle “también es correrse del lugar de cosa, de objeto. Cuando yo salí de la calle no tenía en mente ser una sujeta de derecho, de cambios ni nada por el estilo. Eso es lo que el patriarcado, la sociedad y el Estado te imponen. Es complejísimo”.Segunda marcha nacional contra los travesticidios “Es el 28 de junio de Plaza de Mayo a Congreso a las 18 y seguimos gritando fuertemente: Justicia por Diana Sacayán, Macri es ajuste y represión. La represión que se ejerce hoy sobre nuestros cuerpos travestis y trans no se veía hacía muchos años. Lohana antes de irse dejó un texto que dice ‘El tiempo de la revolución es ahora porque a la cárcel no volvemos nunca más’. Muchas compañeras en situación de prostitución están siendo encarceladas y detenidas. Eso tenemos que frenarlo. Va más allá del hambre del pueblo en general. Estamos siendo reprimidas por la institución policial. Otra de las consignas es ‘Emergencia travesti y trans’ e ‘Implementación urgente de la ley de cupo Diana Sacayán’”, señaló sobre algunas de las consignas. “Lógicamente no podemos dejar de recordar e

 Un día como hoy partía hacia la eternidad quien fuera nuestra abuela fraterna, por elección amorosa, por experiencias compartidas en noches llenas de insomnio y confesiones desoladas. (Por Néstor Elías para La Retaguardia) Elsa, Elsita o Lala, como le decíamos en la intimidad de nuestra amistad fecunda, era una mujer fuerte, firme y delicada. Ella fue para mi familia el sendero del coraje y la resistencia intensa. Ella, que había sufrido a manos de la última dictadura cívico-militar la mayor cantidad de desapariciones que puede soportar una familia. Ella que perdió a sus cuatro hijas, sus cuatro yernos, su marido y dos de sus nietos. Ella, que salió adelante sola, por Martín, uno de sus nietos recuperados prontamente cuando era apenas un niño; por Fernando, recuperado más adelante; por sus bisnietos esos que le llenaban la sonrisa, los días y el alma, y por la búsqueda incansable de esos nietitos que nunca conoció.  Esa señora elegante y coqueta que tenía “adoquín”, como solía decir por haber nacido en una familia de barrio humilde en los arrabales de Buenos Aires, nunca se entregó. La misma que soñó alguna vez  con ser bailarina y que nunca imaginó, cuando joven, que por su casa de clase acomodada iban a pasar grandes personalidades de la cultura nacional y que ella iba a tener que sacar chapa de su feminismo anticipado a la época para poder ser algo más que parte de esas tertulias.Mil historias vivimos juntos. Todas ellas forman parte de mi acerbo emocional cuando miro sus fotos en mi casa, en su casa, en centenares de lugares públicos donde nos solíamos encontrar, antes o después de una marcha, una conferencia o simplemente un paseo.Ella esperaba mis llamados semanales que nunca bajaban de una hora de charla en el teléfono. No había hora ni día, sólo había necesidad de sentirnos y recorrer las novedades de nuestras familias, los viajes y los proyectos. Solía llamarme Carlos desde el primer día porque decía que yo “tenía cara de Carlos”. Era una broma nuestra de intimidad absoluta, cuando ella llamaba a casa y preguntaba por Carlos.  Siempre nos reímos de eso. Nunca supe si ese andar lúdico que ella establecía conmigo y con mi compañera no fue el indicio de una enfermedad que vino con el tiempo. Tampoco importaba. Nos gustaba reírnos a sonrisa plena junto a ella, con ella. Nos encantaba verla reír con los ojitos chispeantes y pícaros siempre recordando cosas. El cierre de las charlas casi siempre era igual, solía decirme “pórtate bien nene y no hagas renegar a esa bella mujer que te acompaña. Si te portás bien, te preparo esas milanesas que tanto te gustan”. Con el tiempo llegó “El bollito de carne” como ella lo llamaba a nuestro hijo Tupac y le permitía gatear en pañales por toda la sala tocando todo, incluso recuerdos de Héctor y Solano López que siempre traía para compartir.  Nosotros temblábamos viéndolo, pero ella habilitaba todo para ese bisnietito adoptado. Verla entrar por el pasillo de casa con un vino en la mano significaba saber que la madrugada volvería a encontrarnos ensimismados en viejas y nuevas historias que todos necesitábamos conocer mejor. Iba a haber quiebres, enojos y chistes. En fin, vida. Eso derrochaba Elsa: vida. Ella siempre nos contaba que solían invitarla a hablar en “nombre de Héctor”, por “la obra de Héctor” y hasta querían que les firmara libros del gran trabajo de su marido Héctor Germán Oesterheld. Se enojaba a menudo porque sentía que su mirada y sus opiniones como persona, como individuo, estaban condicionadas por la gran obra de su compañero de la vida. Un día decidí que ella hiciera un prólogo para mi libro. Ella me dijo “¿pero que puedo escribir yo sobre los Qom si todo lo que se, lo aprendí de vos?”. Le dije: “No  Lala querida, no quiero que hables de los Qom, quiero que hables del derecho arrebatado a la identidad y de eso nadie mejor que vos para hacerlo”.  Entonces vi otra vez ese brillo en los ojos que calaba profundo en mí,  y supe que estábamos uniendo nuestros andares para siempre.  Un 1 de mayo a las doce de la noche llegué a su casa del barrio de Belgrano para corregir y darle forma a ese manuscrito que guardo como un tesoro familiar. Milanesas caseras mediante, pusimos en papel otro color en nuestro arco iris del amor.Lala fue una mujer sin par. Tenía una agenda que metía miedo a sus casi nueve décadas de andar. A menudo solía pensar que con varias décadas menos, yo no estaba seguro de poder cumplir ni con la mitad de dicha agenda, pero a Lala no había noche, ni frío, ni lluvia que la detuviera. La invitaban de todas partes, encuentros, embajadas, barriadas del conurbano, casa de gobierno…de todas partes,  y ella iba. Ojalá hoy muchos de aquellos anfitriones la recordaran recíprocamente. Era una mujer cabal, íntegra, maravillosa. Su fragilidad aparente no impedía descubrir la potencia de esa “madraza gallinezca” que lo dio todo por su familia y de quien tuvimos la fortuna vital de recibir un poquito de amor en la nuestra. Lala partió físicamente un 20 de junio, horas antes de tener yo que salir al aire por los viejos Andares que hacíamos en la destratada Radio América. Fue una dura madrugada esa. Hoy como siempre hay una flor en aquel lugar que ella ocupaba cuando venía a nuestro hogar, en nombre de la “abuela Elsa” como la llama el Tupac, en su breve memoria de haber trepado sus faldas cual montañas y acariciado su experiencia a través de sus rugosas manos repletas de afecto.Si existe el coraje sin límite, sin dudas debería llamarse Elsa Sánchez de Oesterheld.  A su memoria.

El hijo de Marta Sosa, asesinada en Córdoba hace menos de un mes. habló después de lo que fue la sentencia en el juicio de San Rafael, Mendoza, por el cual se condenaron a prisión perpetua a 12 genocidas entre los que estuvieron involucrados los responsables de la desaparición de su padre, Aldo Fagetti. Sosa fue querellante hasta el momento de su asesinato, semanas antes de dictarse la sentencia. Fue en el programa Oral y Público, con Fernando Tebele, por Radio La Retaguardia. (Por La Retaguardia) Foto: la espera de la lectura del veredicto. (APDH San Rafael) Por un lado, Fagetti expresó la emoción de llegar a la sentencia de un juicio por el que luchó toda su vida y dentro de un contexto político donde pareció peligrar la finalización del proceso. Por otro lado, lamentó la ausencia de su madre en la lectura del veredicto y continúa considerando su muerte más vinculada a un femicidio que a una cuestión de lesa humanidad, aunque no descarta ninguna opción: “Acá estamos. La verdad es que ha sido una situación difícil. A partir de la muerte de mi madre uno se replantea todo. La sentencia de mi viejo era lo más importante en mi vida, un momento histórico, pero a partir de la muerte de mi madre uno se empieza a replantear algunas cosas. No le queremos sacar importancia a lo que fue la sentencia, un juicio muy luchado, muy peleado. El año pasado tuvimos miedo de que esto no llegara a final porque con el cambio de gobierno hubo muchísimos inconvenientes a través de la Justicia para llegar a la condena. Con el 2×1 también tuvimos ese pequeño temor, pero gracias a la sociedad que se manifestó, un millón de argentinos saliendo a la calle pidiendo que no haya impunidad, nos dio ese envión para decir tiene que ser ahora o no es nunca más. Entonces, todos nos fortalecimos muchísimo. El asesinato de mi madre nos tiró para atrás, nos preocupó mucho. En primer momento, por la crudeza y la violencia con la que ella murió, se nos vinieron todos los fantasmas encima de que hubiera sido una cuestión de lesa humanidad, que haya sido un nuevo Julio López, una nueva Silvia Suppo. Por ahora eso no lo descartamos del todo, pero creemos que tiene una connotación más por una cuestión de género que de lesa humanidad” explicó.Las condenas de determinados genocidas despertaron en Fagetti una gran alegría que se vio empañada por la tristeza de no contar con su madre al lado, como siempre en la querella: “Ayer me pasó algo extrañísimo. No podía no estar con la foto de mi vieja porque ella era fundamental, una querellante que le puso mucha garra a esto como todos, pero con un sentido muy especial. Todos los compañeros se sentían muy queridos por ella y ella era muy querible, como el alma del grupo. Era imposible no estar con la pancarta de ella y tampoco podía dejar de llevar la bandera de mi viejo, entonces tomé la decisión de estar con las dos. Cuando leyeron las perpetuas de (Luis Alberto) Stuhldreher, (Aníbal Alberto) Guevara y (Juan Roberto) Labarta (Sánchez) fueron las más sentidas por mi y (Hugo Ramón) Trentini obvio que era un personaje nefasto en San Rafael. Esas perpetuas fueron…en esos momentos se me vino la imagen de mi vieja directamente. Eran los que más queríamos que tuvieran esas perpetuas, porque la luchamos, porque son personajes que tienen mucho poder político y mucha repercusión en la sociedad. Son personajes que se han manejado siempre en la parte civil y con mucho poder político. Personajes que cuesta mucho hacer entender a la gente que realizaron estos crímenes y son los responsables. Esas perpetuas eran lo que nosotros veníamos a buscar. Cuando las leyeron se me vino la imagen de mi vieja abrazándome, como que fue bastante reparador y a su vez una puñalada en el corazón” reconoció en conversación con Fernando Tebele para Radio La Retaguardia. Cambiar el rumbo de la militancia Javier Fagetti reflexionó acerca de lo que fue crecer con la figura de su padre desaparecido y cómo la muerte de su madre le hizo replantearse su labor militante, encarándola ahora al ámbito de la violencia de género: “Es como que uno por ahí coquetea con la muerte. Al escuchar los testimonios, es como que a la muerte la idealiza un poco. Que se te muera un ser querido… yo nací con un padre muerto, viví toda mi vida con eso. Lo idealicé. Cuando uno es joven tiene que aceptar la figura del desaparecido y después aceptar que está muerto. Tuve que laburar la militancia desde ahí. Nos lo sacaron de los brazos de mi vieja y míos, se lo llevaron a un calabozo en construcción, porque encima donde estuvieron detenidos ellos era una obra en construcción. Los torturaron hasta morir y después los desaparecieron. Sabiendo eso, uno ve la muerte desde otro lugar. Después, encontrarse con la muerte de tu madre, la persona que estuvo en los momentos más complicados; el inicio del juicio, cuando hicimos una excavación acá cerca, en la Laguna de Diamante, en San Carlos, donde supuestamente estaban los cuerpos. Estuvimos juntos en esa experiencia. En ningún momento se me ocurrió que mi vieja podía llegar a morir en una forma así, tan brusca y violenta. La muerte tuvo otro sentido. Eso hace que empieces a poner en valor la vida y te replantees estas cuestiones. Yo no puedo dejar de militar. Yo voy a militar para que no pasen estas cuestiones de la actualidad. La violencia de género es una realidad y la militancia que voy a encarar ahora va a ser justamente en eso, en la violencia de género, para que las mujeres no sufran estas cuestiones y para que los argentinos podamos combatir este flagelo que es terrible. Creo que hoy es una forma de terrorismo. No sé en qué casillero ponerlo. Es terrible lo que está pasando como sociedad, personas que deciden

Sigue el juicio por los asesinatos de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco, por el que está acusado el policía Daniel Santiago Veyga. La próxima audiencia es el 26 de junio en Lavalle 1171 a las 8:30 (puntual). El debate es, hasta ahora, oral pero no público, pues está vedado el ingreso de la prensa al recinto y hasta quedan afuera parte de las familias damnificadas. Aún hay testimoniales pendientes, por lo que los alegatos y la sentencia probablemente serían en una fecha posterior. Además, el Tribunal practicó un explícito destrato a las familias de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco, acusándolos de antidemocráticos y custodiando su ingreso y salida de cada jornada con la policía. En La Retaguardia, Ángelica Urquiza, mamá de Kiki, lo relató. (Por La Retaguardia)Foto: La Retaguardia (Foto: radio abierta en la vereda de los Tribunales) “Este último fue un martes muy triste. De entrada no nos dejaban instalar nuestras cosas para una radio abierta y una olla y un gacebo (en la calle peatonal y sin interrumpir el tránsito). Nos dijeron que había una orden del Tribunal, que no podíamos hacerlo porque habían hecho un escrito diciendo que el motivo eran los ruidos molestos. Hablamos con la Policía y dijimos que hagamos un acuerdo. Pusieron vallas de fierro altas y nos pusieron un micro con todos los policías”, denunció Angélica. “Entramos muy nerviosos a la sala. Con el tema de siempre, que al principio había lugar para periodistas, habían tomado las credenciales. Éramos cinco familiares y cinco periodistas. Al rato, el presidente del tribunal llamó a la secretaria, que hizo una cara… y nos dijo que no había lugar. No quieren decir que es contra la prensa”, consideró.Los forenses En la segunda jornada, pudo verse el vídeo del operativo policial. A medida que avanza el relato, Angélica se angustia más: “Empezó el debate con los médicos forenses. Todo este tiempo luché para tener justicia, que se aclare lo que pasó, poder tener un panorama que nunca tuve. Yo no sé mucho, creo que los que están ahí saben mucho más que yo. Cuando la médica del SAME dijo que no recordaba nada, cuando le leen (su declaración anterior) puede recordar, cuando le pasan el video puede recordar ciertas cosas, pero no quién hablaba en el video. Ella, en una parte le dice al policía que está al lado de ella ‘¿cuántos tiros tiraste?’ o ‘¿acá también tiraste?’”, aseguró. “La médica está haciendo el recorrido con el cuerpo mirando donde estaba Kiki. Ella insiste en que no recuerda. Estaba mintiendo”, considera Angélica.“Después se dio otra situación, otro médico forense que declaró también para el caso de Luciano (Arruga). Un médico espectacular que relató cómo había sido el asesinato de Kiki y a qué altura estaba, todo. Habló de que estaba el arma apoyada en la sien de Kiki, y en el caso de Ezequiel, que el disparo fue a muy corta distancia. También dijo que los chicos no habían consumido. Luego, le fueron preguntando y dijo que el corazón cuando uno toma estupefacientes pesa más y que esto pasaba, es decir que habían consumido en la semana u horas antes. Ahí, la jueza preguntó y repreguntó”, destacó. Maltrato es poco Es imposible escuchar el relato y no entender el primer factor en juego: la clase. El policía Santiago Veyga, que no tiene plata pero es desclasado, tiene un hijo de la edad de Kiki. Sin embargo, puede disociar perfectamente esa información a la hora de despreciar la vida de un negro de la edad de su hijo.“Lo que se juzga acá no es si los chicos se fumaron un porro dos horas antes, sino quién los mató. Cada vez que salgo, salgo indignada, porque estas dos juezas y el juez dan esta sensación. Yo creo en la justicia, si no no hubiera llegado hasta acá. Pero lo primero que nos dijo la jueza cuando entramos es que éramos antidemocráticos, como que éramos montoneros, que teníamos que respetar la libre expresión. Eso dicen mientras no dejan entrar a alguien a sacarle una foto a Veyga. Es un día muy triste”, insistió Angélica, ya entre sollozos. “Tengo fe y esperanza de que esto se pueda revertir, pero hay un maltrato hacia la familia, a los que la acompañan. Pedimos la sala más grande, no la dieron. Sin querer sonó un celular, y por eso pararon todo para retarnos. Invitaban a mi familia a que salgan del hall, a decirles que no podían permanecer. Es un lugar público donde tenían que estar mis hijos porque no pueden entrar a la sala”, planteó sobre la humillación a que son sometidos a diario.“Luego nos acusaron de que cuando él salió sufrió agresiones verbales porque le decían asesino ¿Qué le podemos decir? El tipo tiene chaleco antibalas ahí, come chicle, tiene su Coca light. Mientras, nosotros estamos muertos de sed. Yo la miraba a la jueza y pensaba si no le corre sangre por las venas. Si es abuela, tía, hermana, madre. Cuando salí, le ordenaron al jefe del operativo que me acompañara ¿A mí? Hace siete años y once meses que vengo por los juzgados. Conozco bien la salida, no necesito que me acompañen. Me invitaban a acompañarme porque tenía que salir el Señor Santiago Veyga. Podrán protegerlo mucho ahí, pero nunca lo va a proteger su propia conciencia. Esa conciencia lo va a acusar toda la vida porque es un asesino, y cuando abrace a su hijo de 17 años no se va a olvidar de que mi hijo tenía esa edad. Le dije todo eso al policía que me respondía que no tenía nada que ver. Entonces que no me acompañe”, sugirió desesperada.“Estamos viviendo lo mismo que hace siete años y once meses con el juez Cubas. Represión, una falta de consideración a la familia, una falta de justicia. Esto sigue en cadena en el mismo Estado. Quieren hacer pasar que los chicos le fueron a robar, pero encima estaban drogados y él se defendió. Están buscando nuestra reacción. Estoy muy

Desde hace semanas La Retaguardia venía intentando dialogar con Agustín Santillán. Anoche sonó el teléfono, número privado decía, y allí estaba su voz y tono inconfundibles. Agustín quería hablar pero tenía que ser en ese momento. Así, rápidamente, iniciamos este diálogo interrumpido varias veces por la poca señal y, al final, ya sin batería, Agustín no llegó a decirnos lo que luego nos anunciaría. La semana próxima, si no se resuelve su excarcelación en la segunda instancia que se está tramitando, reiniciará una huelga de hambre. Además describió su lugar de detención, agradeció a Félix Díaz por el acompañamiento y explicó que la causa más grave que tiene en la actualidad es por una toma de la intendencia, en la que integrantes de su comunidad se llevaron donaciones para la gente inundada que estaban arrumbadas en un galpón. (Por Fernando Tebele para La Retaguardia) Agustín Santillán: -Quiero contar un poco la situación que estoy viviendo acá en Las Lomitas.La Retaguardia: -Llevás más de dos meses preso, ¿cómo estás? AS: -Todavía estoy en un calabozo desde el que me trajeron cuando me detuvieron en Ingeniero Juárez. Le pido ayuda a los hermanos o a los que están escuchando esta grabación, que ellos me puedan ayudar. Pido que se difunda porque no puede ser que nosotros estamos en democracia y a mí me tienen como un preso político por estar en contra del gobierno de Formosa. A mí me persiguen hace varios años. Venía recibiendo amenazas. Cualquier cosa que pasa en Ingeniero Juárez me echan la culpa. Tengo como seis causas. Entre esas está incluida la toma de la municipalidad. En ese momento nosotros reclamábamos por la inundación que sufrimos. Hermanos que perdieron todas sus cosas y no tenían ayuda de nada. Entonces el gobierno mandó cosas y el gobierno en lugar de repartir, guardaron en depósitos. Entonces la gente decidió ir a la municipalidad y encontraron mercaderías, colchones y frazadas. Algunas cosas ellos llevaron porque sabían que eran de ellos. Ahí me armaron la causa por robo en poblado y en banda. Después está el tema de la delegación zonal. Nosotros hicimos una manifestación pacífica, reclamamos por seguridad en las escuelas. Hay muchos hermanos que están cobrando 1000 pesos, 500 pesos por estar trabajando en la escuela y ellos querían un aumento. Ahí también me armaron una causa. Y el enfrentamiento de los jóvenes con la policía. Que ellos decían que yo soy el cabecilla y yo no tengo nada que ver y no tengo conocimiento de esas cosas. Por eso estoy detenido y castigado acá en un calabozo. Por eso pido a todos los hermanos. A los derechos humanos y a todas las organizaciones ayuda así yo puedo recuperar mi libertad, porque estoy acá en un calabozo, una pieza de 2×3. Tengo dos descartables donde tengo que orinar y después a la mañana tirarla afuera. LR: -La causa principal por la que no te dan la excarcelación es la del robo en poblado y en banda. ¿Esa es la que la gente se llevó los colchones y otros artículos de primera necesidad tras las inundaciones?. AS: -Sí, eso también está en la causa. Robo en poblado y en banda con armas decían. Cuando nosotros tomamos la municipalidad nosotros pedíamos al intendente, la gente pedía no yo, y el intendente dijo acarreó en su vehículo y llevó a los barrios. Por esa causa estoy detenido. Después en un barrio (Barrio Obrero) había problemas que unos jóvenes habían enfrentado a los policías y en eso también dijeron que yo los mandé, que yo participé; es que justo yo paso y por eso me incluyen. En todas las causas me incluye la policía para que yo no me quede libre, para que me metan preso. Cualquier cosa y me acusan a mí, y por eso estoy detenido. LR: -¿Te considerás un preso político? AS: -Sí. A mí me meten preso por estar reclamando por todas las injusticias que están pasando en nuestra comunidad. Mira que hubo tantas inundaciones ahí en Ingeniero Juárez y no pasa nada, realmente nada. Mandaban a los policías a los barrios para que anoten los nombres y después no había ayuda. Hay muchos chicos que murieron, porque ellos estaban dentro del aguas, sus casas y sus cosas se perdieron, y eso es lo que quiere ocultar el gobierno, por eso yo estoy preso por difundir, por hablar de la realidad que ellos no reconocen. A mí me tienen marcado, pero yo las cosas que hacen los jóvenes yo no sé nada. Nuestra comunidad sufrió muchas cosas en estos últimos meses. Primero pasó la tormenta. Luego se inundó totalmente Ingeniero Juárez y todas las comunidades están bajo agua. Con los jóvenes hicimos reclamos. Cortamos la Ruta 39 pidiendo ayuda al gobierno o a alguno que venga a ayudarnos, y por eso a mí me persiguen: por reclamar y difundir la realidad.LR: -¿Cómo fue la detención? AS: -Yo me enteré que había problemas esa noche y a la mañana se estaba por hacer una reunión para ver qué se podía hacer con los jóvenes que se estaban enfrentando con los policías y los vecinos. Yo fui para participar en la reunión. Yo veía, pasaba por la sala y después me paré ahí y me llamó el comisario de Juarez. Me bajé, lo saludé, dijo: “llévenlo”, y ahí comenzaron a golpearnos. Me metieron una patada en la cabeza, tenía toda la cabeza hinchada. Me golpearon las manos. Me golpearon entre todos los policías y yo tenía miedo que me pasara algo, que me golpearan en la columna y quedara inválido. Así me llevaron, como a un criminal. Me llevaron a la comisaría y me dijeron que estaba detenido por estas causas. Después me llevaron a Las Lomitas y me metieron en el calabozo en el que estoy hasta ahora. LR: -¿Cómo es el lugar de detención? AS: -Mira es una pieza de 2×3. Tengo una camita, una mesita, mi termo, y dos bidones donde puedo orinar. Tiene la luz. Es un lugar

Se produjo una nueva postergación en el inicio del tercer tramo de la causa Feced, en Santa Fe, que incluye entre los acusados al cura Zitelli, porque el juez Villafuerte Ruzo dijo que no podía integrar el tribunal. Adolfo Villate, Fiscal General de la Unidad de Derechos Humanos de Rosario, brindó más información al respecto. Fue durante una emisión de Oral Y Público. (Por La Retaguardia)Es la segunda suspensión que sufre el comienzo de la tercera causa de este juicio que lleva el nombre del genocida Feced (Agustín, que murió pero así se conoce la causa) y que tiene como imputados a treces policías de la provincia de Santa Fe y al ex capellán de la policía, Eugenio Zitelli. El fiscal Villate contó los motivos del juez que llevaron a postergar el juicio: “El doctor Villafuerte Ruzo viene planteando desde el mes febrero esta situación que se iba a dar inexorablemente por la jubilación de otro de los jueces de la ciudad de San Nicolás, de donde es el doctor Villafuerte Ruzo. Él lo puso en conocimiento de la Cámara Federal de Casación Penal y la Cámara entendió que hasta tanto no sucediera la jubilación de este juez, el doctor Villafuerte Ruzo iba a tener que seguir interviniendo. El punto es que la jubilación del juez que también se desempeña en la ciudad de San Nicolás recién se produce a partir del primero de julio. Es decir, lo cierto es que el doctor Villafuerte Ruzo viene adelantando desde el mes de febrero que esta situación se iba a producir y parecería ser que, un poco por la obstinación de la Cámara Federal de Casación Penal, pidió que este reemplazo se diera con anterioridad y se evitara esta nueva postergación del juicio. No hay tanta responsabilidad del juez porque él ya lo había avisado en dos oportunidades anteriores, en los meses de febrero y de mayo” informó.¿Cómo se resuelven estos casos? “Lo que hace Casación es buscar aquellos jueces que no han intervenido hasta el momento en otros tramos de la misma causa y que pueda considerar que han prejuzgado sobre el tema. En este caso, han tenido que acudir a jueces de otras jurisdicciones. La presidenta, la doctora Carnero, que es de la ciudad de Paraná, el doctor Miño, que es de Santa Fe y Villafuerte Ruzo, de San Nicolás” respondió el fiscal a Fernando Tebele en el programa Oral y Público, por Radio La Retaguardia.Adolfo Villate remarcó que se trata de un juicio de suma importancia, no solo por la gran cantidad de víctimas sino también porque la mayor parte son casos nuevos:“Son 152 víctimas y catorce imputados. Tres de ellos son imputados nuevos que no han atravesado ningún otro juicio oral. Uno de ellos es un capellán de la policía de la provincia de Santa Fe, Eugenio Zitelli. Además, de estos 152 casos hay aproximadamente 90 que son casos nuevos. Es un caso de suma importancia” expresó.El fiscal dio detalles de dónde se llevaban a cabo los secuestros y arrojó información acerca del aparato represivo de la provincia de Santa Fe durante la dictadura militar:“Esto es en lo que es conocido como el Servicio de Informaciones, que estaba en la vieja jefatura de policía de lo que es la Unidad Regional II de Policía de la provincia de Santa Fe, en pleno centro de la ciudad de Rosario. Rosario formaba parte de lo que la dictadura militar denominó cordón rojo o serpiente roja del Paraná. Se extendía desde la ciudad de San Lorenzo hasta lo que sería Zárate-Campana. Todo un cordón industrial que fue uno de los objetivos principales de la dictadura militar. Nosotros tenemos causas vinculadas a trabajadores que van desde San Lorenzo, pasando por Rosario, Villa Constitución y San Nicolás, que también es competencia de la ciudad de Rosario” agregó.Zitelli al banquillo de los acusados No es habitual que se consiga llevar a juicio a un actor de la Iglesia Católica, por lo que la imputación de Eugenio Zitelli, capellán durante el terrorismo de Estado, toma una notoria relevancia:“Es sumamente importante. Los capellanes cumplían un doble rol. Zitelli no solamente era un integrante de la Iglesia Católica sino que además tenía un rango policial, formaba parte de la Policía de la provincia de Santa Fe. En este rol, no solamente brindaba consuelo espiritual a los represores sino que además oficiaba obteniendo información de las personas que estaban privadas ilegítimamente de su libertad” dijo Villate. Sobre la situación procesal de Zitelli informó que “está libre” y agregó: “El resto de los acusados, salvo dos de ellos y el tercero sería Zitelli, están todos condenados. Nueve de ellos están encarcelados. De esos nueve, cuatro están en detención domiciliaria. El resto están libres para este proceso, pero están cumpliendo prisión preventiva para otros procesos que también están en trámite” contó.Por último, el fiscal Adolfo Villate expresó que espera que el juicio comience lo antes posible y aseguró que hay voluntad de parte del Tribunal para que así sea: “Lo que nos han manifestado los integrantes del Tribunal es que hay una seria intención de parte de ellos en que el juicio se inicie lo antes posible y que podamos, al fin, dar comienzo a este tercer juicio de la causa Feced” cerró. DESCARGAR