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Durante la tarde del martes 3 de mayo, vecinos y vecinas de Andalgalá sufrieron una brutal represión en Choya, Catamarca, mientras resistían al proyecto minero MARA-Agua Rica. Enzo Brizuela, integrante de la Asamblea El Algarrobo, pasó por el programa radial Conciencia Rebelde y habló de lo ocurrido. Por su parte, Ezequiel Moreno, también de El Algarrobo, pasó por el programa La Retaguardia. Una de las manifestantes continúa detenida.  🎤 Entrevistas: Mariela Silvestein, Sandra Gioia, Fabián Coppiz/Fernando Tebele, Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Julián Bouvier💻 Edición: Pedro Ramírez Otero📷 Foto de portada: Asamblea El Algarrobo “Cuando el gobierno es socio de las empresas multinacionales, se vuelve una dictadura. Eso está pasando acá, nos gobierna una dictadura político-minera. El pueblo está en el medio de sus negociados”, comenzó Enzo Brizuela, de la Asamblea El Algarrobo de Andalgalá, Catamarca. La mañana del 3 de mayo, un grupo de vecinos y vecinas de Choya que se encontraban manifestándose en una de las entradas principales de la mina Agua Rica vieron pasar siete camionetas hacia la zona de los cerros. “Luego nos enteramos que fueron a desalojar el camino para que puedan subir las camionetas mineras, que tenían que hacer un recambio de personal, de combustible y de despensas. Y ahí arriba, la policía allanó el camino para que las camionetas suban y bajen. Como en ese lugar no hay señal telefónica, había una gran preocupación en la gente. Cuando las camionetas bajaron, los vecinos y vecinas decidieron hacer un corte de ruta, para exigir información de qué era lo que estaban haciendo arriba. Los policías les dijeron que desalojen o los iban a desalojar a la fuerza. Cumplieron su promesa y abrieron fuego a todo el mundo, sin importar que había mujeres, niños, ancianos. Hubo mucha gente herida, con balazos de goma en los tobillos, porque les tiraban ahí para que se caigan y poderlos correr de la calle. Mucha gente con balas de goma por todo el cuerpo, en la cara. Algunos terminaron hospitalizados, y hay una detenida que se llama Karina Orquera, que es del distrito de Choya, madre de familia, que al no acatar la orden de moverse, entre cinco y ocho masculinos la redujeron y la llevaron detenida. Todavía continúa detenida”, contó Brizuela. El integrante de la Asamblea El Algarrobo se refirió a cómo actuaron las instituciones estatales de Andalgalá ante lo ocurrido. “El Hospital Chaín Herrera de Andalgalá no quiso comprometer a la institución y entonces negó todos los certificados a la gente que se fue a  ver ahí. Pero nosotros tenemos fotos. Ahora vamos a presentar denuncias por violencia policial. Por otro lado, el fiscal Martín Camps, de Andalgalá, cobarde como siempre, hizo traer a otros tres fiscales de la ciudad capital para que lo acompañen y quieren empezar una cazería de brujas, que es lo que suelen hacer después de este tipo de incidentes. Y buscan culpables. Entonces creemos que esto no va a terminar acá. Ahora el pueblo se está reorganizando, volviendo a los acampes y a las asambleas permanentes al costado de la ruta, de manera informativa”, dijo.  En 2021 el Poder Judicial de Catamarca declaró inconstitucional la ordenanza 029/16, con perspectiva ambiental que protegía la cuenca del Río Andalgalá. La misma estuvo vigente desde 2016 hasta 2021. “Algo ilógico, porque el 70% del pueblo no quiere las mineras acá. Hemos hecho marchas de 2 mil, 3 mil personas cada sábado. Y el 10 de abril del año pasado, el gobierno con la policía organizaron un operativo enorme y hubo otra tremenda represión, con el objetivo de desarticular todo el movimiento ambientalista de acá. Tuvimos 11 personas detenidas injustamente, sin pruebas. Con causas armadas que quedaron en el tiempo, porque no hacen pericias ni nada. Entonces seguimos con las causas abiertas”, contó Enzo.  Ezequiel Moreno, también de la Asamblea El Algarrobo, contó que estuvo presente en las dos represiones. “Se está realizando un acampe en Minas Capillitas, a 60 kilómetros de Andalgalá, que es una de los accesos que tiene la minera Agua Rica para entrar al proyecto. Allí hay vecinos y vecinas de Choya acampando hace un mes. La primera represión sucedió allá arriba, donde están los compañeros bloqueando el camino. La policía de Catamarca llegó temprano, subió al cerro custodiando a las camionetas de la empresa MARA, con el camión de combustible que sube cada una semana a recargar el proyecto y a acompañar a las camionetas que suben a los trabajadores que hacen los recambios. Arriba no hubo balas, pero sí empujones y golpes para que entren las camionetas. Luego, a la tarde sucedió lo siguiente. Para llegar al proyecto tienen que pasar por Choya, un distrito que está a 10 kilómetros del centro de Andalgalá, al pie de donde se encuentra Minas Capillitas. Allí está el otro bloqueo, arriba, a 3.600 metros sobre el nivel del mar. Cerca de las 19, cuando bajan las camionetas de los policías, se encuentran con el bloqueo, y al querer pasar se encuentran con los manifestantes, enojados porque sabían que arriba habían reprimido a sus vecinos y vecinas. Se bajan todos los policías y empiezan a avanzar y tirar balas de gomas a todos los vecinos, sin importar que había niños, mujeres”, relató Moreno.  El día anterior a la represión, había comenzado a trabajar la Mesa de Minería Abierta, donde está el ministro Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; las cámaras mineras; el ministro de Trabajo, Claudio Moroni; la encargada de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont; Miguel Pelle, uno de los directores del Banco Central; Cecilia Nicollini, quien acompaña a Juan Cabandié en el Ministerio de Ambiente; entre otros. Esta supone ser una mesa de diálogo. Las asambleas no fueron convocadas. “El diálogo que tienen es la represión, porque en el mismo momento que hacían esa mesa estaban reprimiendo a nuestros compañeros en el cerro. Y después, a la tarde, reprimieron otra vez. Entonces es una mentira eso del diálogo. Los vecinos de Choya están en acampe hace un mes y siguen esperando que el

Esta fue la pregunta que desde el programa radial Tengo una Idea, le realizaron a la periodista socio ambiental correntina Gabriela Bissaro. Además de describir el estado de situación con las últimas informaciones de los incendios en aquella provincia, la periodista se refirió al vacío ambiental y sus consecuencias. Por último, mencionó el mal y tardío accionar de los Estados provincial y nacional cuando en enero los focos de incendios fueron más graves. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás Rosales ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero La periodista Gabriela Bissaro desde Corrientes brindó algunos detalles e información de lo sucedido en la provincia: “Los incendios se siguieron sucediendo hasta la primera semana de marzo. La lluvia, tal vez la más importante de los últimos años, ayudó a aplacar bastante. Pero se reavivaron seis focos de incendio bastantes importantes que obligaron a los bomberos a estar otra vez trabajando durante varios días con temperaturas que oscilaron entre los 43 y 45 grados. La semana pasada, el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de Corrientes informó que se superaron el millón de hectáreas quemadas, esto significa el 12% de territorio provincial quemado”. Por otro lado, Bissaro, especialista en la temática del medioambiente, esbozó algunas acciones gubernamentales ante el actual estado de situación: “Si bien hay ciertos anuncios por parte del Gobierno, como por ejemplo el Plan Renacer Iberá que contiene una serie de acciones tendientes a recuperarlo, no está muy clara cuál va a ser la estrategia”. Vacío ambiental “Lo que sí están señalando los y las especialistas investigadoras del territorio es que para empezar a ver cómo se puede recuperar y restaurar el ambiente primero tenemos que tener un diagnóstico de lo que se perdió. Es todo tan reciente que la tormenta que se sucedió al mismo tiempo generó mucho viento y se hizo como una especie de nube y tornado de cenizas. Nunca se había visto algo igual. De lo que se quemó en total, los bosques cultivados representan solo un 3%, la mayor superficie afectada. El 32% son esteros y bañados, que era lo que estaba totalmente seco y se incendió. Le siguieron los malezales y pastizales en una porción bastante importante. No obstante esto, para las áreas cultivadas agropecuarias que sufrieron las llamas hay diferentes líneas de ayuda para pensar el día de mañana. Los pastizales y los malezales tienden a regenerarse solos. En el caso de los bosques quizá necesiten algún tipo de intervención, pero ahí los biólogos son muy cautos”, explicó Bissaro.  Pérdidas agroganaderas La periodista también explicó otras problemáticas: “Hay otra discusión política y económica sobre la agroganadería y qué hacer con los animales. Los terneros que se crían en Corrientes representan el 50% de la cría de ganado en nuestro país. El problema en el corto plazo es que no hay comida para estos animales, por eso se están recibiendo donaciones. De esta forma, los productores no tendrían la espalda para comprar los alimentos, y por lo tanto verían la oportunidad de malvender la hacienda. Además están comprometidas las crías que siguen. Según los técnicos que están trabajando en el territorio, aún no pueden dimensionar las pérdidas producidas para el sector. Hay mucha preocupación”. El estado distraído Por último, expresó: “Lo que hoy es una verdad es que se comieron la curva. Esto aplica para todos los gobiernos. Porque no estuvieron a la altura de las circunstancias. Esto se veía venir porque la gente del campo que trabaja con pronósticos lo venía anunciando desde octubre de 2021. Hubo un despliegue de fuerzas y recursos increíbles, pero recién la segunda quincena de febrero, cuando ya se llevaban quemadas 500 mil hectáreas. Todo enero Corrientes ardió y la gente estaba de vacaciones, incluyendo los funcionarios, por lo tanto las responsabilidades son compartidas. Esto ha sido una catástrofe y lo será por mucho tiempo. Se podría tardar de 70 a 80 años en restaurar los esteros del Iberá tal los conocíamos a diciembre del año pasado. Estamos hablando de la segunda reserva natural más importante que tenemos. Es una pérdida que nos toca a todos”.

Sabrina Ortíz, abogada ambientalista e integrante de Paren de Fumigar Pergamino, habló acerca del procesamiento de un piloto y un ingeniero agrónomo por fumigar sobre una escuela rural, incumpliendo las reglamentaciones. Ortíz pasó por el programa radial La Retaguardia, donde también contextualizó la histórica lucha del pueblo pergaminense contra los agrotóxicos. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Julia Iwela La abogada Sabrina Ortiz habló sobre el procesamiento del piloto Ángel García y del ingeniero agrónomo Santiago Jacobi, por fumigar sobre una escuela rural, incumpliendo las reglamentaciones previstas por la Justicia local. “Estas dos personas son las últimas que fueron procesadas. Pero se desprenden 11 procesados de todos estos hechos que vienen sucediendo en Pergamino, entre ellos ingenieros agrónomos, productores, dueños de campos. Uno de los procesados ahora es el piloto de un avión fumigador, Ángel Enrique García, quien sobrevoló de manera temeraria por sobre una escuela, mientras los niños estaban jugando en el patio de la misma, y las imágenes fueron captadas por gente del lugar. Por supuesto que la deriva en ese momento no estaba apta para hacer este tipo de fumigaciones. El otro procesado es el ingeniero a cargo del control de la receta agronómica (receta que nunca existió), que es Santiago Andrés Jacobi, representante de la empresa de ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas), del sector agropecuario, que era quien estaba a cargo de toda la seguridad de la fumigación. No solamente se los procesa sino que, además, se traba embargo por sobre los bienes de ambos, por una suma de 5 millones de pesos. Es importante remarcar este procesamiento, porque en esta oportunidad se trata de un ingeniero representante de empresas. ACA en Pergamino es muy reconocida. Y entendemos que en esta oportunidad, y como lo ha decretado anteriormente la Justicia, está respondiendo en pos de la seguridad de las personas, sin fijarse quien es el poder que está adelante”, comenzó. La integrante de Paren de Fumigar Pergamino contextualizó la lucha de años del pueblo de Pergamino contra los agrotóxicos: “Hace muchos años en esta ciudad somos víctimas directas del modelo agroproductivo actual, desde antes de 2011, cuando nos involucramos junto a muchas personas en esta temática. En 2018 ingresó una denuncia en Juzgado Federal, donde se empezó a mover toda una investigación de más de cuarenta cuerpos. Hemos asistido a la Justicia local, porque en la Justicia de la Provincia no hemos encontrado ningún tipo de respuesta. A partir de ello, conseguimos una medida cautelar para una zona de la ciudad, para una región puntual, que inicialmente abarcaba tres barrios. Y en 2019 logramos la ampliación de esa medida cautelar que indica 1.095 metros prohibidos para las fumigaciones terrestres, desde la zona periurbana y 3 mil metros por la vía aérea de la zona periurbana. Todo esto viene aconteciendo en medio de pruebas científicas, con análisis en el agua, por ejemplo, donde se encontraron 19 agrotóxicos en una parte de Pergamino, que casualmente es un barrio que en 8 manzanas tiene más de 50 casos de cáncer. Y, por otro lado, en barrios que se encuentran en el otro extremo de la ciudad, se encontraron 18 tipos de agrotóxicos, con daños genéticos en las personas del lugar, inclusive en mis hijos y en mi familia”. Ortíz contó cómo comenzaron a organizarse las familias pergaminenses ante esta problemática: “Una de las querellantes pertenece a ese barrio con más de 50 casos de cáncer, y perdió a su pareja por el cáncer, sus dos hijos también tenían cáncer, ella tuvo cáncer. Entonces empezó a hacer un relevamiento entre los vecinos y descubrió esta cantidad de casos en el barrio. Cuando se empezó a investigar los factores, se consiguió conocer que el agua del tanque central que consumen las personas de ese barrio tenía todos estos agrotóxicos, que los peritos médicos determinan como altamente cancerígenos, disruptores endocrinos, es decir, que afectan a todo el sistema hormonal. Además existen otras enfermedades en ese barrio, por los mismos motivos. Hay niños de tres o cuatro años que ya están recibiendo diálisis. Y es muy complejo porque hay toda una exposición diaria, al bañarse, lavar las verduras, al tomar, estamos en permanente contacto con el agua. No podemos prescindir de ella”. La abogada también comentó cuál es la posición del Gobierno de la Ciudad de Pergamino ante este conflicto: “Lamentablemente, el Gobierno (el intendente es Javier Martínez, de Juntos por el Cambio) niega toda esta cuestión. Niega a los enfermos de cáncer. Niega a los fallecidos por cáncer. Por el contrario, nos dicen que somos un grupo que quiere derribar al Gobierno. Y toda esa historia se comunica en los medios. En esta ciudad hay más de 70 empresas que lucran con el agronegocio y se hace difícil desde acá darles batalla. La medida cautelar de las distancias sigue vigente, como también la entrega de agua a los barrios que están incorporados en esta causa madre. Sabemos que esto es solo una medida paliativa, que las medidas cautelares no son eternas y que necesariamente debe haber decisiones políticas que conlleven a un modelo productivo que no atente contra la salud y la vida de las personas. Porque acá se privilegian los intereses económicos por sobre la vida”. 

Lo dijo el periodista Facundo Viola. Las fumigaciones con agrotóxicos quedaron excluidas en toda la localidad santafesina reconocida por la producción de frutillas. En diálogo con el programa radial Tengo una idea, brindó más detalles de lo que se podría considerar un triunfo en términos medioambientales y sobre todo de concientización del pueblo que le dijo definitivamente NO a la contaminación con agrotóxicos. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás Rosales ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia A partir de febrero no se podrá fumigar con agrotóxicos en Arroyo Leyes, provincia de Santa Fe. El periodista especializado en medioambiente, Facundo Viola, comenzó explicando: “Desde 2015 venimos trabajando sobre esta situación donde se fumigaba sin ningún tipo de control sobre los monocultivos para hacer frutillas. Arroyo Leyes se ubica a 15 kilómetros hacia el norte siguiendo la ruta provincial 1 de la capital de Santa Fe, lo que sería el periurbano”. La lucha y resistencia Por otro lado, Facundo Viola denunció: “En esta zona se fumigaba sin ningún tipo de control, directamente sobre la población. Por dar ejemplos drásticos,  a dos metros de la ventana de una escuela cuando los niños estaban dentro. Después de las fumigaciones se producía mortandad de aves, mucha gente se enfermaba con enfermedades terminales, eran vecinos cercanos a los campos. A través de relevamientos con distintas instituciones encontramos que existían altos índices de discapacidad por encima del promedio, patologías poco frecuentes en niños, contaminación de agua por fertilizantes. Toda esta situación hizo que comencemos a movilizarnos para visibilizar más esto, concientizar, y reclamar. Llegamos a hacer denuncias penales, allanamientos, y a la par fuimos gestionando con el Estado provincial y la comuna local un proceso de ordenamiento territorial con un comité interministerial con el cual nos fuimos reuniendo y proponiendo una resolución a este conflicto. Fue algo que llevó años, y hacia 2019 obtuvimos una ordenanza con este trabajo participativo que es la 02/19, donde se fueron estableciendo plazos para que se dejara de fumigar”.  En la provincia de Santa Fe se encuentra vigente la ley 273 para la aplicación de agroquímicos, que dice que no se puede fumigar en ámbitos urbanos. Viola remarcó que esto no se cumple. “Conseguimos que en el ámbito periurbano solo se permitan producciones sustentables o abocadas a la agroecología. Al vencerse los plazos, el año pasado se hizo una especie de prórroga donde se permitió a uno de estos campos permanecer en este tipo de producción (con agrotóxicos) pero ya este año las instalaciones se han levantado y retirado”, contó. El poder de lobby agroexportador “La ley vigente en Santa Fe tiene 27 años y es anterior a la introducción de los transgénicos y a su paquete tecnológico. Las organizaciones ambientales fuimos insistiendo con diferentes proyectos dentro de la Legislatura con evidencias científicas que fuimos aportando para demostrar los daños y perjuicios que presentan los agroquímicos para la población. Por otro lado, hay un lobby muy fuerte en la provincia, tenemos el puerto agroexportador, ubicado en Rosario, más grande del mundo junto al de Chicago, Estado Unidos. También existen formuladoras de agrotóxicos muy importantes y además está presente el poder de lobby de empresas aerofumigadoras que están ubicadas en la zona núcleo”, dijo el periodista. Un cambio cultural Viola mencionó en qué cambios pudieron avanzar, producto de mucho trabajo: “En la localidad de Arroyo Leyes pudimos accionar sobre 80 hectáreas divididas en 20 campos aproximadamente de productores frutihortícolas, que no por producir frutas y verduras son menos tóxicos. De lo contrario, se los fumiga mucho más. Entendemos que si no hay una concientización del peligro que esto representa, las leyes muchas veces no se cumplen. Incluso hay fallos judiciales que prohíben, por amparos judiciales que se han realizado, fumigar a determinada distancia en Santa Fe. Pero lo siguen haciendo porque nadie reclama, no hay fuerza para hacerlo. Nosotros trabajamos en la localidad fuertemente en un cambio de mentalidad y cultural en todos los sentidos, no solo a la población, sino también a las organizaciones intermedias, los representantes del Gobierno comunal y provincial para que puedan transformar esa visión que tenían que los agrotóxicos son agüita y no pasa nada si uno tira veneno ahí y no repercute en la salud y en el ambiente. Estamos hablando de un genocidio silencioso, donde miles de ciudadanos y ciudadanas están cada vez más expuestas a estos venenos y que traen formas de enfermar y morir con enfermedades, crónicas, de largo plazo”. Para cerrar, dijo: “Nuestro desafío es ir camino a poder comer frutillas sin veneno”.  DESCARGAR

Matías Ruíz, profesor de historia y coordinador de la Campaña No al fracking de la ONG Conciencia Solidaria, detalló cómo funciona la técnica de extracción hidrocarburífera, comúnmente llamada “fracking”. También explicó cuáles son sus consecuencias, tomando como ejemplo Vaca Muerta y el nuevo negociado en la Costa Atlántica. Lo hizo en diálogo con Conciencia Rebelde, el nuevo programa de Conciencia Solidaria en Radio La Retaguardia, donde remarcó además la importancia de las movilizaciones populares como el Chubutazo y el Atlanticazo. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Silvia Medrano/Mariela Silvestein ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Conciencia Solidaria —¿Qué significa “fracking” y qué consecuencias tiene esta práctica? —Literalmente en inglés significa “fracturando” y tiene que ver con una técnica distinta de la explotación convencional de petróleo. Para explicar que es el fracking tendríamos que ir mucho más atrás y empezar hablando del origen de la extracción petrolera, allá por principios del siglo XX, y que desde entonces hasta ahora la humanidad ha prácticamente acabado con casi todo el petróleo que había en las profundidades de nuestro planeta. Petróleo que es producido por los fósiles de especies animales, vegetales y minerales que han ido muriendo a lo largo de toda la historia. Sus restos se han ido depositando en el interior de la Tierra para finalmente producir el petróleo y los diferentes tipos de gases. Quedan muy pocos yacimientos y se han encontrado yacimientos llamados no convencionales de petróleo y gas de esquisto, que están a muy grandes profundidades dentro de nuestro planeta. Y eso no evitó que la industria del hidrocarburo encuentre la forma de extraerlo también. Y esto es la fractura hidráulica, el llamado “fracking”, que es un procedimiento de extracción que consiste en inyectar en el subsuelo una combinación de arena mezclada con cientos de químicos contaminantes, que requiere una inmensa cantidad de agua insertada a altísima presión para poder quebrar la roca y llegar tan profundo como están estos gases y este petróleo no convencional. Una vez llegado a esa profundidad surge el reflujo de esto mismo que se usó para producir la apertura del camino, por donde va a subir el petróleo y el gas, refluye hacia la superficie y obviamente es agua tóxica, contaminada, que por filtraciones puede tranquilamente llegar a las napas de agua potable. Regresan hacia la superficie. No hay forma de recuperarla. Existen estos piletones de contención que están cerca de los sitios de exploración donde el agua es acumulada, pero también en nuestro subsuelo existen sustancias radiactivas que dentro del subsuelo cumplen obviamente funciones que tienen que ver con el planeta, pero que afuera son muy peligrosas. Y estos gases muy peligrosos para el efecto invernadero también pueden subir hacia nuestra atmósfera. Otra consecuencia puede ser el incremento de actividad sísmica. Que ya se estaba denunciando en nuestro país, especialmente en Añelo, allí cerca de Vaca Muerta, el yacimiento de fracking más famoso en nuestro país. La Asamblea de Allen y de Añelo hace muchísimo tiempo que vienen denunciando las diferentes consecuencias por este tipo de extracción. Una vez que se genera la grieta principal, vertical, que va hacia el subsuelo, se descargan explosivos a través de estos conductos para poder generar las grietas horizontales que muchas veces tienen kilómetros de expansión, cruzando por debajo de poblaciones, por debajo de lagos, de ríos. Entonces, ciertamente pueden llegar a generar enormes niveles de contaminación y de residuos que van a afectar nuestra agua, más allá del agua que se utiliza para producir la grieta para poder empezar con la extracción.  —¿Por qué es importante hablar de fracking en este contexto del Atlánticazo y de lo que está sucediendo con la exploración sísmica, ya autorizada por el Gobierno nacional a través del Ministerio de Ambiente?  —Porque una de las técnicas que se va a utilizar para poder hacer esta exploración es la técnica de fracking. Aparte de esto, también tenemos que considerar que tenemos un muy reciente incidente que tiene que ver con el petróleo, cercano también a Allen, a Vaca Muerta, a Añelo; en Catriel, Río Negro. Donde a mediados de diciembre se produjo probablemente el peor daño ambiental de las últimas décadas, cuando se rompió un oleoducto de 16 pulgadas que conectaba la estación de bombeo de puesto Hernández, en Neuquén, con la estación de bombeo de Medanito en Río Negro. Y esto produjo más de 3 millones de litros de petróleo derramado, afectando no solamente la zona de la rotura de este oleoducto que obviamente no tiene mantenimiento porque una vez que son construidos ya quedan así. Estos tienen 60, 70 años de antigüedad. Fueron creados allá por la década del 60, entonces se rompen. ¿Cuál fue una de las medidas de remediación que tomó la empresa Oleoductos del Valle, que tiene el 95% de la producción y yacimiento de Vaca Muerta? Pusieron una pileta pelopincho debajo de la grieta del oleoducto. Tremendo. No se había visto nunca ingenio argentino al 100%. Y bueno, obviamente más de 3 millones de litros de petróleo derramado, dos hectáreas afectadas de forma directa. Los pueblos originarios que viven cercanos a la zona del derrame denuncian que la pileta no fue lo único que llevaron, también estuvieron ahí haciendo algún otro tipo de contención y produjeron daños. Dos hectáreas más alrededor del área afectada. Entonces tenemos también cuatro hectáreas afectadas.  —La cantidad de petróleo derramado no sólo contamina las hectáreas mencionadas, ¿no?  —Claro. Además podemos vincularlo con lo que podría llegar a pasar en el Atlántico, porque es muy parecida la situación. Debajo de esta zona en Río Negro, en Catriel, hay solamente a tres kilómetros de profundidad una reserva de agua dulce muy importante que alimenta a los ríos de la región e incluso ríos que por sus ramificaciones llegan hasta la Provincia de Buenos Aires. O sea que no es que solamente se queda el problema en Neuquén, en Río Negro. Este petróleo que es absorbido nuevamente por la tierra va a llegar hasta estas napas que tienen un grado

El Gobierno nacional a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible autorizó el 30 de diciembre a la empresa noruega Equinor a localizar pozos de petróleo en el fondo marino de la Costa Atlántica bonaerense. Fernanda Génova, integrante de la Asamblea por una Mar Libre de Petroleras de Mar del Plata y Mónica Tissone, de la Asamblea Ambiental del Tuyú de San Bernardo, dialogaron con los programas radiales Tengo una Idea y Otras Voces Otras Propuestas. Allí, hicieron referencia a las movilizaciones de asambleas y organizaciones ambientalistas que se dieron en diferentes puntos de la costa en oposición a este proyecto. Génova y Tissone destacaron el crecimiento de la participación ciudadana y argumentaron acerca del daño ambiental y sus posibles consecuencias. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevistas: Nicolás Rosales/Luis Angió ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/Agustina Sandoval Lerner 📷 Foto de portada: Radio Comunitaria La Revuelta Fernanda Génova, integrante de la Asamblea por una Mar Libre de Petroleras contó cómo fue la movilización que se denominó el “Atlanticazo” que tuvo como objeto expresar la oposición a la instalación de petroleras offshore en la ciudad de Mar del Plata de la Costa Atlántica. “Los vecinos y vecinas no querían irse, fue una movilización increíble. Una demostración de lo que queremos como población, como comunidad. Y de lo que estamos dispuestos para defender el mar y nuestra forma de vida”, comenzó. La asambleísta continuó detallando: “Nos concentramos en la avenida de la costa, frente al playón del Hotel Provincial, de la rambla. No pudimos estar en el playón de los lobos porque estaba vallado tratando de impedir que hiciéramos nuestra acción. Pero, como somos una comunidad que entendió que tenemos que salir a la calle para defender el bien común que más nos convoca e importa que es el mar, directamente nos concentramos en la calle. Fueron varias cuadras de gente sobre la avenida, personas que marcharon decididas a demostrarle a este Gobierno nacional, provincial y municipal que acá no hay lugar para el extractivismo, que las plataformas petroleras no tienen licencia en nuestro territorio. Y que no les conviene instalarse, porque no van a poder. No los vamos a dejar”. Por su parte, la activista ambiental Mónica Tissone desde San Bernardo describió: “Fue sorprendente e increíble la cantidad de personas que se sumaron a la movilización. Incluso visitantes turistas y también residentes de la zona sur del Partido de la Costa que se sintieron realmente estimulados e inspirados de alguna manera. Fue algo muy natural y orgánico. Los cánticos, las consignas de las pancartas que cada uno trajo, las formas en que grupos de jóvenes presentaron su reclamo de un mar sin petróleo”. Y agregó con orgullo: “Luego de la movilización hicimos una actividad artística con música y baile. Fue emocionante haber logrado una convocatoria tan masiva”. El offshore y la contaminación ambiental  Hay una imagen dando vueltas en el imaginario social que es la de una Costa Atlántica contaminada de petróleo a raíz de este método extractivo. Al respecto, Génova realizó algunas aclaraciones: “En principio lo que ahora autorizó el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación es iniciar la exploración sísmica que consiste en un bombardeo desde un buque con distintos disparos de aire comprimido que impactan sobre el subsuelo marino y van a generar una señal que le permitirá identificar dónde exactamente tienen que hacer las perforaciones. Aún no habrá. La empresa YPF dice que quiere hacer el primer pozo exploratorio a fin del 2022. Sin embargo, este bombardeo sísmico genera un daño terrible sobre la fauna marina y todo el recurso pesquero que es fundamental en la economía de las ciudades costeras,  porque de ahí viven miles de familias, no solo en Mar del Plata, sino a lo largo de la Costa Atlántica. Las perforaciones en sí, son para sacar petróleo de la plataforma continental a la altura de la costa bonaerense y lo que se estableció por un estudio que hizo la Universidad Nacional del Centro es que hay un 100 por ciento de probabilidades de accidentes de derrames producto de las condiciones adversas en las que se hacen estas perforaciones en alta mar a 300 kilómetros de la costa. Por otro lado, es un método costoso y contaminante”. Además, la activista planteó que esto sucede en un contexto donde se están llevando adelante varias luchas contra el extractivismo a nivel mundial: “No se entiende por qué intentan hacer esto en este momento y de esta manera donde el mundo entero está diciendo que hay que dejar de extraer hidrocarburos para dejar de emitir gases de efecto invernadero y mitigar las consecuencias que estamos teniendo a partir del cambio climático. Vamos a contramano de lo que se está planteando y diciendo todas las comunidades científicas”. En esta línea de pensamiento y adherida al reclamo de la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras de Mar del Plata, la asambleísta Tissone desde San Bernardo afirmó: “Nos posicionamos también en defensa de la biodiversidad que es lo que más en riesgo está y que no tiene voz. Es por el impacto que pueden generar estas petroleras, no solamente las plataformas sino también los barcos petroleros. Estas bombas pondrían en riesgo la diversidad marina. A una ballena o a los delfines, le pueden llegar a producir sordera, estas especies se verían desorientadas y podrían llegar a morir. Lo mismo pasaría con los cardúmenes, afectando a la reproducción. También podrían migrar hacia otros hábitat más benévolos para sostener la vida. Y así con otras especies de la fauna marina”. “Conciencia ambiental” Por último, Génova volvió a remarcar la cantidad de personas que se movilizaron y en este sentido dejó ver un mayor grado de conciencia ambiental. “Nuestra asamblea viene funcionando hace unos seis o siete meses. Venimos haciendo acciones y movilizaciones. La realidad es que hasta ahora la población no se había sumado masivamente. Desde el día que salió y se publicó el Boletín Oficial con la resolución del Ministerio, la comunidad se está expresando en las

La embestida extractivista en Argentina apagó rápidamente la euforia por la victoria del pueblo chubutense que consiguió la derogación de la ley de zonificación que permitía la megaminería en la provincia. Otros conflictos, como la explotación petrolera offshore en Mar del Plata, movilizan a cientos de personas en las calles. Las luchas ganadas impulsan nuevas resistencias. Fabiana Cartolano, docente antiminera de Chubut, analizó el triunfo y remarcó que el pueblo sigue alerta más fuerte que nunca. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia La docente Fabiana Cartolano, militante contra la megaminería en Chubut estableció una relación con la pueblada que se generó a partir de la aprobación de la zonificación por parte de la Legislatura con lo que sucedió en Argentina en 2001. “Es un paralelismo con el 2001. Les voy a enviar una imagen de un fotógrafo que forma parte de un grupo de fotógrafos que están detrás de las luchas sociales. Compañeros que corren con nosotros entre las balas, que han tomado edificios.  Aníbal Arizal  es uno de los que hace un paralelismo con la foto del 2001, donde un compañero está tirando la piedra con una foto de frente, con la Policía del Chubut reprimiendo en 2021. Nosotros tenemos un paralelismo con el Chubutazo que siempre fue nuestro norte.  Siempre que imaginábamos, deseábamos, teníamos la utopía de repetir aquel chubutazo. No solo lo repetimos, sino que lo superamos en una magnitud inmensa”, comenzó. Una historia de lucha La lucha en oposición a la megaminería en esa zona de la patagonia se viene dando desde hace mucho tiempo. Así lo recordó la docente: “Estamos agotados de todos estos días. De todos estos años. Porque en veinte años de lucha es la primera vez que el pueblo de Chubut se manifiesta de este modo. Entonces también es un paso fuerte, inmenso, que es que no solo hacemos un paralelismo con el 2001 y que la gente va a quedar en la memoria después de 20 años del Chubutazo. Sino que en Chubut también vamos a contar dos:  el Chubutazo y el Chubutaguazo. Y de eso se trata la historia. Y nosotros decidimos cómo, cuándo y de qué modo contarla”.  Días de fuego Minutos antes de la represión, Cartolano había sido entrevistada por La Retaguardia. “Cuando corté con ustedes comenzaron a reprimirnos. En ese momento el aire no se cortaba con nada. Había una tensión que en cualquier momento explotaba todo. Corté y tuvimos que correr. Estaba detrás de mi auto que quedó estallado de vidrios, de rotura de piedras. Ahora me dejé llevar por esa sensación. Pero bueno, también era esto de venir hace tantos años en la lucha. Tantos años caminando. Y qué no salía el pueblo completo. Creo que no se animaba a ser escuchado. Nos seguían silenciando, seguíamos opacados, seguían las mineras y las empresas, los patrones y los dueños de la verdad. El discurso político pisándole la cabeza a la gente con sus trabajos. Con sus compromisos laborales. El pueblo se manifestó. Venimos diciendo hace muchos años que no provoquen al pueblo, que no se les ocurra levantar la mano en contra. El pueblo no se defraudó a sí mismo. Tuvimos tres días de fuegos en Rawson, se prendieron 18 edificios públicos. Vi correr gente que jamás en mi vida creí que iba a salir a la calle. En Rawson metimos una marcha de 15 mil y 20 mil personas que jamás en la historia sucedió. Puedo estar horas hablando de imágenes, y de cómo se sucedieron todos estos días”, contó.  El despertar del pueblo “El pueblo entendió que de ahora en más no tenemos que bajar la guardia ni dar un paso atrás. Ni siquiera para tomar el envión, como decíamos hacia el final de la marcha. Porque tenemos que aprender que de ahora en más vamos a luchar de acá para arriba, y que cualquier político que venga y de los que están aún en el gobierno sepan que de ahora en más el pueblo va a reaccionar así, porque el pueblo lo entendió. Por ejemplo, salimos con algunos de los pocos que quedamos con los cuerpos cansados a tomar algo. Estábamos comiendo algunos de los asambleístas y se nos acercaron varios vecinos a decirnos que no podían estar en ese lugar sabiendo que estaba presente el hijo de uno de los intendentes, uno de los diputados que levantó la mano en contra del pueblo. El bar estaba cantando cuando llegué, canciones que aprendieron de  estos tres días en la calle. Así que le pedimos al dueño del bar que la gente estaba pidiendo esto, que se retire,  y en un solo canto unánime el bar le empezó a cantar que si el pueblo no tiene paz, ellos tampoco. Y que se lo van a hacer saber cada vez. No podía parar de llorar de emoción, porque realmente ver el despertar de un pueblo no es cualquier cosa. Suena hippie, suena poético, pero yo vi despertar al pueblo y eso nadie me lo va a sacar de la memoria. Hablábamos con muchas compañeras y decíamos que el día de mañana  las que somos docentes vamos a hacer de las viejas docentes antimineras. La gente entenderá que le vamos a contar a nuestros pibes lo que sucedió en Rawson y que fueron tres días de fuego. Que al Gobierno no le tembló la mano en dispararle a los vecinos durante cuatro horas y media. Tengo una amiga que dejó el reloj del conteo de pasos prendido, y la primera noche corrimos 25 kilómetros. Todos quedamos con perdigones en el cuerpo, todos quedamos agotados, estresados, pero entendimos que también la vida se defiende con vida. Pero nunca habíamos estado tan cerca, y el pueblo no lo dudó y salió a la calle. Y el marichiweu, el grito de guerra de mi pueblo ancestral, significa que por cada caído, diez se levantarán. Cada diez caídos, cien se levantarán. Vimos despertar al

El fotógrafo Pablo Piovano expondrá en Mar del Plata las imágenes que capturó durante varios años en Vaca Muerta, Neuquén. Será el 10 de diciembre en el Espacio de Memoria y Promoción de los Derechos Humanos “El Faro”, y también habrá una charla de la que participarán representantes de la Confederación Mapuche de Neuquén y del Observatorio Petrolero Sur. Piovano pasó por el programa radial La Retaguardia y profundizó acerca de la muestra “Fracking en Vaca Muerta”.  (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero ✍️ Redacción: Julián Bouvier 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Fotos: Pablo Piovano Pablo Piovano, fotógrafo, recorrió por más de cuatro años el megaproyecto hidrocarburífero Vaca Muerta, en Neuquén, que abarca unos 30 mil kilómetros cuadrados. A partir de estas visitas, de hablar con la gente de la zona y con las comunidades mapuche que están en el territorio, Piovano hizo un registro fotográfico que expondrá en la muestra “Fracking en Vaca Muerta”. Tendrá lugar en el Espacio de Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos “el Faro” de Mar del Plata, el viernes 10 de diciembre. “El trabajo tiene como eje ver cuál es el impacto de las grandes corporaciones en las comunidades. En este caso, sobre el fracking, donde nos encontramos en una situación muy alarmante en términos medioambientales. Una crisis enorme socioecológica, donde resulta urgente la necesidad de modificar los vínculos con la naturaleza. La explotación que se da en el fracking es drástica y afecta una cantidad enorme de kilómetros cuadrados. Una formación sedimentaria, en la meseta de Neuquén, donde ya existe un estrés hídrico, una profunda crisis sobre el agua. Y el daño se extiende, no sabemos hasta dónde. Pero sí sabemos que hay una gran cantidad de sismos en Sauzal Bonito, un pueblo donde viven 200 familias, pero donde ya se han perforado 80 pozos. Donde se han declarado 300 sismos en cinco años. La situación es realmente grave. Aunque se hable de una salvación económica, no puedo dejar de observar lo que está pasando dentro de las comunidades, y sobre todo lo que pasa con la tierra, con el agua. Cada vez que salgo a hacer un trabajo tengo la necesidad de escuchar las manifestaciones de estos seres sagrados, dadores de vida, que hay que cuidarlos y tener una relación verdadera. Recuperar la memoria de esa relación, simplemente para la continuidad de la vida”, comenzó a contar el fotógrafo. Además, remarcó la difícil situación laboral de quienes tienen que trabajar en estas explotaciones y los cambios que sufre el pueblo con el paso de los años. “Suele haber una exigencia laboral muy alta. A veces trabajan 14 días de corrido, muchas horas, y se producen a cada rato episodios de contaminación, incluso de muertes obreras. En un año se han registrado 8 muertes obreras. Y ni hablar de lo que significa instalar esto en un pueblo pequeño —Añelo, en el corazón de Vaca Muerta—, con una idiosincrasia muy distinta a la que se está gestando por la llegada de las grandes empresas. De repente se empiezan a construir cantidad de casas, empieza a recorrer una energía que no había. Se instala un casino, empieza la prostitución, se complejiza todo el sistema social. Pasó de haber 2.500 personas a 8 mil en muy pocos años. Por eso creo que es importante tomarse el trabajo de observar la implicancia de estos modelos desde diferentes puntos de vista. Yo estoy yendo ya hace tres o cuatro años, en el marco de un proyecto más amplio, pero siempre que llego a Añelo, a Vaca Muerta, es una sensación como de desolación. Se te seca la piel de manera directa, un poco por el clima, pero también por el daño que se le está haciendo al lugar. Imaginémonos que se fractura la tierra en una cantidad enorme de metros y se le extraen sus recursos de manera muy violenta. Se fractura con químicos. Se utiliza una cantidad enorme de agua, entre 70 y 90 millones de litros por pozo. Es complejo y muy dramático en términos ecológicos”, dijo. —En estos años que estuviste recorriendo Vaca Muerta, ¿con qué tipo de historias te encontraste? —Sobre todo he estado trabajando con el pueblo mapuche. Ahí en los alrededores hay cerca de 20 comunidades, donde se instalaron estas empresas. Para ellos es muy complicado porque van siendo desplazados. Se contamina el agua. Y están todo el tiempo en un proceso de negociación. Porque tampoco existe la fuerza para oponerse a semejante invasión. Creo que es una continuidad de la Campaña del Desierto, pero esta vez en términos ambientales, aunque siguen involucrados los pueblos originarios. No deja de ser un avasallamiento a su tierra, a su espacio, a sus vidas. Entonces están en constante tensión con el poder judicial, porque los echan. Hay juicios de usurpación, que algunos como el de Campo Maripe fueron ganados. Porque la comunidad, en el derecho común de los pueblos originarios, dos meses después del comienzo del juicio lograron revertir la situación de la que los acusaban. Pero esto demuestra el poder de operación judicial y política, otra vez sobre la debilidad de los pueblos. Yo vengo trabajando sobre el espacio de las comunidades. Es difícil entrar a las empresas. Alguna vez pude entrar, haciendo trabajos para Holanda. Entré a Shell y a YPF. Son paseos que te hacen como si fueras de jardín de infantes, donde te muestran muy poco de lo que sucede. Es muy escaso el registro que se puede hacer, y es casi imposible incluso hacer fotos desde la ruta. Cuando queremos levantar un dron, a los cinco minutos caen servicios de seguridad privados diciéndonos que no podemos documentar esos espacios. Que son públicos. Y con amenazas de que si no frenábamos nuestro trabajo nos iban a mandar a la comisaría. Tienen mucho poder. Entonces es muy difícil trabajar en la zona, porque las empresas se convierten en los gobernantes de ese territorio. Y constantemente están negociando y haciendo entrar a las comunidades en negociaciones también. La exposición “Fracking

Lo dijo Belén Silva, abogada especializada en derecho ambiental y soberanía alimentaria, en diálogo con el programa radial A mí no me importa. Allí se refirió al puesto que ocupa Argentina en el ranking publicado por Carbon Brief de contribución al calentamiento global. También habló del papel que juega la agroecología en las crisis económicas y de la importancia de la sanción de la ley de Etiquetado Frontal. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Agustina Sandoval Lerner ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia Carbon Brief, organización británica especializada en ciencia y política del cambio climático, publicó un informe donde determina la contribución de cada país al calentamiento global. Allí se analizan las emisiones de gases de efecto invernadero por utilización de combustibles fósiles y cuál es el impacto de la deforestación en el calentamiento global. Argentina se encuentra en el puesto 14 de emisiones por quema de combustibles fósiles y en el puesto seis respecto de tierra cultivada, con 39 millones de hectáreas. Según un informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el país está entre los diez países con mayor pérdida de bosques nativos en el período que va del 2000 al 2015. Consultada acerca de esta problemática, Belen Silva, abogada especialista en derecho ambiental y soberanía alimentaria, dijo: “Capaz que quienes son más jóvenes están habituados a que esto sea así. Pero esta forma de producir no siempre fue así, desde que la soja transgénica hizo su ingreso en Argentina hasta hace unos años, la forma de producir cambió. Antes teníamos más variedad, había matrices productivas diferentes, más diversidad. La agroecología propone la diversidad también, generar esa riqueza en los pueblos, pero también generar esa riqueza para quien produce. Porque hablar de la forma en que se produce actualmente, también involucra a los seres humanos, ya sea a quienes laburan en la tierra, a quienes dan su fuerza laboral para estar ahí, generando esas ganancias que se concentran en muy pocos bolsillos. Pero también para quienes viven en las cercanías de esas actividades productivas y tienen que padecer las consecuencias del actual modelo de producción, que es un modelo de concentración de riquezas en muy pocas manos y con un alto uso de paquetes tecnológicos, lo que conocemos como agrotóxicos. Entonces toda esa cadena empieza a generar impactos. Y esto de que somos el sexto país de mayor superficie cultivada, también somos el país que mayor cantidad de agrotóxicos aplica. Entonces, esto genera un impacto a nivel tierra, pero también a nivel de los cuerpos”. Y continuó: “Hay un concepto que es el de externalidades, que es el verdadero costo de lo que se está produciendo hoy en día, por ejemplo, en actividades extractivistas. Estas actividades que, cual vampiro, chupan y dejan secos los territorios y dejan secas las matrices productivas. Es complejo comenzar a discutir esto, pero es necesario también para empezar a darle soluciones a esos conflictos. Porque tal vez pensamos que no hay chance de salir, que el agronegocio está instalado y que es un monstruo enorme. Pero también hay pequeñas victorias como la ley de etiquetado frontal en el Congreso, que también está estrechamente vinculada a una forma de producir los alimentos. Entonces, esa manera de vincularnos con los alimentos, de vincularnos con el ambiente, está generando impactos. Por ejemplo, en el área a lo que compete a la ley de etiquetado frontal, en la salud de los cuerpos. ¿Y esto por qué pasa? Porque estamos inmersos en ambientes donde hay un grado de contaminación en diferentes ámbitos hacia la ruralidad, pero también en lo urbano, porque a veces cuando se habla de los agrotóxicos se piensa que el problema es del campo. Y no, porque acá en la ciudad consumimos esos alimentos y también generan impacto en nuestras vidas. Es una charla re incómoda hablar del modelo de producción, del uso de agrotóxicos, pero es necesaria porque está generando muchas consecuencias, pero también hay alternativas y ahí es cuando entra la agroecología y nos trae un poco de aire”. —¿Crees que existe una mayor circulación de información en la juventud sobre este tema, que hay una mayor concientización? —Sí. Para mí lo que está sucediendo ahora, el tema juventud y temas ambientales es como una tormenta perfecta, como una conjunción de eventos que están desencadenando en algo bueno. La crisis ambiental está avanzando, está generando esto que estamos diciendo. Las juventudes lo están notando y las redes sociales bien utilizadas también son un factor de cambio. Entonces, antes para acceder a la información había que ir al territorio, que sigue siendo una práctica muy necesaria conocer los territorios, pero hoy en día las redes nos permiten sociabilizar la información. Entonces creo que estamos atravesando un momento muy tenso pero a la vez muy esperanzador respecto de quienes están activando. Jóvenes que están siendo protagonistas de este nuevo ambientalismo, que a mí me gusta hablar mucho de ambientalismo popular, con conciencia de clase, de entender que cada uno o cada una aporta desde el lugar donde está. Estas movilizaciones de cuestionar el modo en que se está produciendo, en que se consume, también es la idea de generar un cambio. No quejándonos en casa, no haciendo actos aislados. Porque durante mucho tiempo también la responsabilidad de salvarnos de la crisis ambiental se puso en que usemos menos el auto, que usemos menos ropa nueva. Es una de las tantas acciones. Es necesario y yo soy una gran militante de que migremos hacia la economía circular respecto de la ropa, una industria tan contaminante, pero también tenemos que pedirle a quienes están en los puestos de decisión. Y ahí es cuando tenemos que salir a las calles. —Los gobiernos siguen haciendo crecer el agronegocio, van en contramano del pedido de la gente y ofrecen falsas soluciones, ¿no? —Sí, y todo esto que estamos hablando tenemos que ubicarlo a nivel geopolítico. Latinoamérica tiene una vasta cantidad de recursos naturales o, como

La ciudadanía comenzó a organizarse para resistir y oponerse a la propuesta del Gobierno porteño para construir a través de la empresa IRSA un barrio privado con megatorres en los humedales de la Costanera Sur. En diálogo con el programa radial Tengo una idea, María Eva Koutsovitis, integrante del Observatorio del Derecho a la Ciudad, se refirió al proyecto de IRSA Costa Urbana y brindó más detalles de sus objetivos. Además, explicó dónde radica la importancia de la costanera como un humedal que debe ser protegido como una reserva ecológica para favorecer el medio ambiente de la Ciudad. La participación masiva en la audiencia pública podría ponerle un freno al avance del cemento, como sucedió con Costa Salguero. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Graciela Carballo/Nicolás Rosales ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Diego Adur Marcela Eva Koutsovitis, integrante del Observatorio del Derecho a la Ciudad, habló de la importancia de frenar el proyecto IRSA-Costa Urbana, que pretende construir un barrio privado con megatorres en la Costanera Sur. La ingeniera hidráulica explicó las consecuencias ambientales y sociales que el proyecto ocasionará si se reemplazan los humedales de la costanera por cemento, como el aumento de las olas de calor y las inundaciones. Además, el Observatorio y cientos de organizaciones más pretenden recuperar ese espacio para que no sea entregado a manos privadas  —¿De qué se trata el proyecto y cuál es su objetivo? —Este proyecto inmobiliario se denomina Costa Urbana. Lo impulsa el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires junto con el grupo económico (IRSA). Impulsa la construcción de megatorres de 145 metros de altura en la Costanera Sur. El predio en donde históricamente iba a llevarse a cabo la Ciudad Deportiva de Boca. Tiene 72 hectáreas, es decir casi 72 manzanas, se encuentra al lado del barrio popular Rodrigo Bueno y la Reserva Ecológica. Al avanzar en este nuevo Puerto Madero, lo que vamos a hacer es generar un conjunto de impactos ambientales irreversibles para la Ciudad de Buenos Aires, en particular para el Barrio Rodrigo Bueno y para la Reserva Ecológica. Por eso es que desde un conjunto de colectivos y asambleas nos venimos oponiendo a este emprendimiento inmobiliario, que además va a destruir uno de los pocos humedales que le quedan a la Ciudad de Buenos Aires, de los pocos que conserva. Recurrimos a la Justicia en primer lugar para poder frenar el avance de este mega emprendimiento inmobiliario. Luego presentamos un proyecto alternativo en la Legislatura porteña, que propone recuperar el predio, porque además entendemos que nos corresponde por historia recuperarlo. Este proyecto alternativo de recuperación del predio y de nueva Reserva Ecológica cuenta con el apoyo de más de 6 mil firmas y el acompañamiento de casi 300 organizaciones feministas, ambientales, sindicales y sociales. Estamos a la espera de que algún legislador o alguna legisladora levante el proyecto del estado parlamentario para justamente poder debatirlo en el recinto. Mientras tanto, el Gobierno de la Ciudad ya votó este proyecto en primera lectura. Este tipo de proyectos requieren de dos votaciones que se las denomina: primera lectura y segunda lectura. Y entre esas dos votaciones lo que hay, obligatoriamente, es una audiencia pública. Así que el Gobierno de la Ciudad avanzó. Es importante aclarar que votó en primera lectura este proyecto sin respetar las mayorías que la Constitución de la Ciudad establece. Y entonces el proyecto ahora está convocando a una audiencia pública.  —En el contexto de pandemia se han revalorizado los espacios públicos y verdes en las grandes urbes, como en la Ciudad de Buenos Aires, ¿qué se podría hacer en vez de edificios?  —Es un predio que hasta en la década del 60 fue ganando al río. Estamos hablando de tierras de relleno que luego se transformaron en humedales. Por eso es fundamental poder proteger este predio y evitar que se desarrollen torres suntuosas de 145 metros de altura para poder tener algún orden de magnitud. El desarrollo inmobiliario de Costa Urbana implica la construcción de 900 mil metros cuadrados. Es inimaginable, pero estamos hablando de una mayor densidad constructiva de la que actualmente tiene Puerto Madero, de rascacielos. Todo esto en un humedal al lado de la Reserva Ecológica en la Ciudad de Buenos Aires, que se encuentra en emergencia ambiental. Es una de las ciudades del mundo con menos superficie verde por habitante. Es fundamental poder conservar este predio. La Ciudad, además, enfrenta dos amenazas de origen natural que son las inundaciones y las olas de calor. Para mitigarlas necesitamos superficies verdes absorbentes. Y por supuesto que la pandemia ha puesto en evidencia la importancia de poder contar con superficies verdes y públicas. Es más, si los fines de semana recorremos la Reserva Ecológica, vamos a ver que las familias hacen cola para poder entrar a visitarla. Sin embargo, si recorremos por la noche Puerto Madero, vamos a aceptar que la mitad está vacío. Este proyecto, entendemos que es un contrasentido ambiental, social y urbano. Las ciudades del mundo, en el marco de la crisis climática, están recuperando los bordes costeros para justamente poder hacerle frente a eventuales ascensos de las aguas o para poder permitir que los vientos de las costas ingresen a los centros urbanos; Para lograr el recambio en el aire y se mejore la calidad de aire que respiramos y además mitiguen un efecto conocido como isla de calor urbana.  —Se lanzó “Plan Futuro”. Horacio Rodríguez Larreta lo anunció como un proceso de participación ciudadana, ¿estás al tanto? —Hace tiempo venimos impulsando con un conjunto de organizaciones y asambleas una ley marco para regular la participación ciudadana. La verdad es que nuestro sistema es la democracia participativa. Así lo establece la Constitución de la Ciudad. Sin embargo, en estos más de 25 años no hemos podido regular los mecanismos de participación ciudadana para que, entre otras cosas, puedan ser algunas instancias vinculantes. En ese sentido, las propuestas que el Gobierno de la Ciudad viene impulsando desde el año pasado y hasta la fecha en materia de mecanismos de participación